Es simple la presencia de una madre, nadie nace si no del vientre de una madre
-quien es hermana? quien es amiga? Quien es esposa?
La mujer, al lado de su opuesto complemento
por que no decir que la tierra es fémina, y que la naturaleza también lo es, sí del vientre terreo fecundado por Dios nace el primer Adán, quien a imagen y semejanza de su creador reinara en un mundo sin compañía, he aquí que suplicó por una presencia mas tangible que su sombra, fue entonces que de su parte mas recóndita, la mas cercana al corazón, la mas sensible de allí partió desde sus sueño, ella a ser el culmen de toda la creación su ultima obra, hecha con tanta perfección, después del prototipo vienes refinada, sin ser ángel, sin ser otra bestia del edén, tampoco bella flor, reúnes en ti la cualidad que al hombre conquisto...
A quien cantar los romances del ayer , a quien extraña el fuerte hombre si no es a su madre, quien le cuido y resguardo cuando en otrora un niño indefenso era, ahora en añoranzas y busca incesante mente esas carencia en una amante
Hombres parciales van por el mundo plagándole de guerras contra si, probándose la fuerza que se les dio, incubados por el miedo, latentes en su debilidad, renacen en la caricia de una dama, que rompiendo murallas y desatando incrustaciones de una malsana educación, nudos que contenía en su coraza interna de piedra y concreto las lagrimas de su dolor, ella es la que en sus palabras libera la gracia, doma al dragón, sana al enferma, llevándole a su realización
Heme aquí escribiendo para ellas, si no es que siempre ha sido así, para dejarme conquistar, para sembrar en la sin gnosis de la artística poesía un poquito de su magia, robada y atrapada en reflejos por las pupilas, aunque sea sutil y efímera, una dosis en pizcas de la hermosura, se la debo, como un legado muy preciado, un don a ser cultivado, sea para halagos, sea para arrepentimientos
No las entiendo pero poco a poco conviviendo con ellas desde los recuerdos, van mellando en el carácter de un bárbaro- comprendido y rescatado.
Como la empírea escritura de un manual , temibles, sabias, tercas y no se que mas, igual que la naturaleza, creciendo y apostando por donde nuestra lógica dice no, sus supuestos llenos de magia y adivinación la impulsan por un si, y es allí que obra el milagro, piden y pueden con su fe hacer brotar manantiales en el desierto, formando oasis de remansos en la habitación del caos, casi, casi como un dios, tenaz mujer, fuiste poblando poco a poco y con dolor los cuatros extremos del orbe, donde, y donde jamás a existido una criatura humana no nacida del vientre de mujer, si hasta el mismo Dios bájese de los cielo para plantarse en su sagrado lecho, vida entregada de parte y parte para venir a traer favor, porque si de Eva vino la perdición de Maria floreció la salvación
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