Quijotesco austero e iluso soñador utópico comparte la enfermedad del gitano andar

En mezcla fantasía de ayer con sueños de un hoy sonámbulo, entre ebrios u bohemios compartiendo su afán de lactar por la palabra, amores de perfectas quimeras

Con su lengua sencilla y sana cuenta historias que le comparte su corazón puro y sincero,
a todo oyente
Capaz de soporta el enamorarse de la abstracta palabra, sea escrita o sea hablada.

Paladín ambulante sospechosamente retraído en los cantares del romancero, combinando al Cid con la figura de un fiero che leal su filosofía, unificando a Bolívar con Bocaccio encontrando
Semejanzas en las generaciones y acortando discrepancias entre parlantes,

Esta entronado en la letra que declama a la alquimia de un fénix o la tribal lengua de un cortejo para la amada bella siendo esta la misma luna llena.

Con su armadura de papel y tinta se enfrenta a una turba fusca, regalando a los oídos
Sensibles viejas frases,
de una tatuando en la piel de aquel que se deje seducir, los secretos de invocación para despertar zombis a viejos autores en sus tumba de bibliotecas

Cuan gigante y suprema es la gracia del conocimiento a la ignorancia, pero que atrevida es la amenaza de resolver a la mala cualquier interpretación de una charla

Bañado en sangre de dragones va el soberano príncipe de su reinar imaginario, combatiendo sicarios a sueldo de la palabra, cobardes y soeces que desconocen la razón del sacrificio de prometeo

Cae pero vuelve y se arma de inspiración para rimar y versar declamando contra el sordo que no quiere despertar de su mal