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Al parecer este "señor" estadounidense, se molesto por ver juntas la bandera de mi país y la suya, me imagino que el tipo lo vio como un símbolo de la comunión entre las dos naciones, como un símbolo de unión de dos razas, como el significado del agradecimiento que tratan de dar nuestros conacionales en el vecino país -ellos no nos quieren allá-, mis paisanos tratan de agradecer las oportunidades, el dinero y no sé que más (los golpes, las patadas, los insultos, el racismo, los balazos, las violaciones, los desaparecidos, las humillaciones, etc. etc., puedo estarme toda la tarde aquí), la verdad es que este señor, es uno de tantos que siente que su raza es superior a la nuestra, cree que es más inteligente que nosotros y más fuerte, en lo personal, soy una persona con una idea bastante bien definida de mi raza y de la de él, mi raza, la original, nació en mi país, en mi territorio, no se robo nada, una raza orgullosa y organizada, creció con la guerra y con la ciencia y antes de la llegada de los españoles, era ya muy desarrollada, no tenia la corrupción que ellos trajeron, ni la avaricia del oro, ni las pestes, mis indios fueron, literalmente, exorcisados de sus costumbres, de su valor, de su orgullo propio de ser indios (por que para muchos es un orgullo ser de raza pura) y transplantados en lo que somos hoy, no por querencia propia, si no por la fuerza, aún así, hemos conservado nuestra capacidad de respetar a las naciones vecinas.
Ellos llegaron a una tierra que no les pertenecía, pero que según ellos si, por el derecho que les dio dios (un dios que solo se les aparece cuando están solos, necesitados de ayuda o de tierras o de petróleo o en "defensa" de la libertad),por los designios de este dios, el mundo y la vida y los derechos son poca cosa para ellos si de defender sus intereses se trata, a sus razones públicas nunca las han perseguido hechos justificados y nunca jamás sus hechos, han estado sustentados en sus razones públicas (mentiras), sino en verdades inconfesables, inconfesables por que ofenden hasta a su propia madre, pero, ¿quien es su propia madre si la vida se trata de dinero y no de propia madre? (he tenido que resistir el deseo de cambiar la palabra "propia" por un adjetivo mas calificativo).
A este "señor", se le olvida que somos nosotros, los mexicanos, quienes les hacemos el maldito favor de permitir la convivencia entre las dos naciones, de soportar al vecino incomodo, que somos nosotros quienes hacemos el trabajo sucio de su país (lo que llega a mi país en remesas internacionales no es una limosna), el trabajo que nos dan no es ayuda ni es un favor, tenemos que soportar y lidiar con las bandas del narcotráfico en nuestro país, para que los señoritos gringos puedan tener la nariz empolvada y fumar sus churros para calmar sus penas, o, será que por primera vez en la historia del capitalismo, ¿el consumo fue activado por la oferta y no por la demanda?; A este señor, se le olvida que bajo amenaza de muerte, le sacaron a Antonio López de Santa Anna (su Alteza Serenisima), un tratado de cesión de derechos, FALSO, TRAMPOSO, MENTIROSO e ILEGAL (en su país como en el nuestro y en todo el mundo) y en nombre de dios todopoderoso ( si no me creen lean México Mutilado de Francisco Martín Moreno), sobre territorio que no le pertenecía ni a Santa Anna ni a ningún mexicano en particular, si no a una nación completa, si, una nación para ese entonces indefensa, inberbe, imposibilitada, analfabeta y tal vez sin un corazón único (si no con muchos latiendo por muchos lugares y a distintos tiempos) y para colmo de males, atada de manos y pies por la iglesia católica, pero por eso es más cruel la rapiña, lo que se quedaron, los "señores", "jueces del mundo", fue nada más y nada menos que más de dos millones de kilómetros cuadrados de territorio nacional, como compensación por gastos de guerra, me pregunto como enseñaran a sus niños esta etapa de su vida como nación, que dirán en las clases de historia, por que me parece extraño que ya ni la cara de verguenza muestren ante nosotros.
Ahora resulta, que los muy estúpidos, insolentes, hipócritas, se enojan cuando, mi lávaro patrio, representación del honor y gloria de las armas de mi país (honor y gloria por que nunca las hemos utilizado para robar a otras naciones si no para defendernos, con muy malos resultados por cierto, de los ataques externos), está junto al símbolo del robo más cuantioso de la historia (¿otra vez no me creen?, petróleo en Texas, oro en California, la Bahia de San Francisco y el valor productivo de mas de dos millones de kilómetros cuadrados a trávez de cerca de dos siglos), resulta que mi banderita no merece estar junto a la suya... que poca verguenza, que poca madre.
Pero no es que haya arrojado al suelo mi bandera, es que no tolero el hecho de que se cree mejor que yo (cosa que por mi educación es algo extraño, ya que siento que si algo me distingue es la tolerancia), no tolero que mis paisanos vayan allá, por hambre, por necesidad, que vallan a ayudar y a ayudarse (¿que mejor manera de ayudarse a salir adelante que el trabajo propio?) y que a parte de soledad, los reciban a balazos, primero que nada, después con insultos y al final con desprecio, esto casi se siente como una patada en los cojones (es un dolor agudo localizado entre las piernas y el abdomen, para quienes no pueden saber lo que es).
Atentamente
Rubén Darío Rodríguez Zubía
P.D. Dejen su opinión....
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