Era un auténtico cascarrabias. Como todo buen periquito, era todo un gruñón. Por si nunca has disfrutado de la compañía de un periquito en tu casa, te advierto: es uno de los pájaros con la ¿voz? más desagradable del reino pajaril. Mil y una veces habíamos comentado para nuestros adentros, e incluso a viva voz "a ver cuando se muere de una puñetera vez". Pero nada, el tío seguía grazna que te grazna. Si había ruido molestaba porque no dejaba oír, y si había silencio molestaba porque no dejaba descansar y su presión auditiva era todavía más insoportable.
Y a pesar de todo, no había más que abrir la jaula (previamente cerradas todas las puertas de nuestra casa, nuestra jaula particular ), y ver como andaba el pollillo por el suelo, para hacer aparecer, como por arte de magia, una sonrisa en el rostro de todos los presentes:
"Jajajaja... como mueve el culo" "parece Charlot"
El pobrecillo había perdido (no sabemos si por un golpe ) su capacidad para volar, y solo "planeaba" hacia abajo, y andaba. Que cachondo era el tío. Entonces sí que daban ganas de cogerlo y estrujarlo, pero no de rabia, sino de alegría.
Jamás tuvo un nombre oficial. Y si lo tenía, tal vez era "Azul", en contraste con otro periquito que tuvimos, que se hubiese llamado "Verde".
Y bueno, hoy nos lo hemos encontrado muerto. Y evidentemente, ya echo de menos no sólo sus andares, sino también su mala leche piando. Así que, a falta de una oración por su alma, ya que no sé si el era creyente, pero yo desde luego no, aquí te dedico estas palabras, compañero.