El reinado del sol
Toda historia asombrosa tiene huérfanos en su relato, porque cada uno de ellos esconde historias y vivencias ricas por descubrir. Eric Ferrith, un joven de 24 años, habitante de la antigua ciudad de Lounchmert, era un pobre carpintero artesano, en lo pobre me refiero a la pobreza que le tocó vivir, pero eso no implicaba a su talento como escultor. Vivía con su hermana menor de 12 años, alumna del único colegio de la antigua ciudad, Victoria Ferrith. El joven Eric nombró una experiencia fantástica obtenida en los rincones más remotos del antiguo Palacio principal de la ciudad.
En una de sus visitas diarias al Palacio, tuvo la experiencia grata de observar una luz intensamente blanca, que emanaba desde la parte superior de una columna, y se esparcía por toda la sala, formando una alfombra lumínica en el techo dorado. El rostro del joven se iluminó por aquella luz, y por el asombro que yacía en su interior. Sin entender de qué se trataba, atinó a huir, dejo caer al suelo las maderas que llevaba consigo para arreglar los bancos de la sala principal, y salió atropellando bancos, y luego personas en otras salas, e inclusive en la calle…
La jovencita Victoria estaba en el último año escolar, ya estaba por pasar al mundo de los adultos, o al menos, al intermedio, pero para la sociedad ya era considerada adulta a pesar de su corta edad. Aquella tarde en la escuela, se organizaba el festival de fin de año, con gran alegría, y algunas disputas ofensivas por momentos, pero era solo por la lujuria que tenían por aquella fiesta. La jovencita Victoria se alejó del grupo hipnotizada por la imagen de una bella flor amarilla que observó a través de la ventana de la sala. Salió de la escuela atrás de aquella flor, tentada por el aroma suave que emanaba esta. Cuando estaba muy cerca de ella, ésta se marchitó, y comenzó a liberar un aroma hediondo, se alejó del lugar con una tristeza que brotaba desde el interior de su corazón.
Dedicó la tarde a recorrer las calles de la antigua ciudad, al pasar por la fuente que se encontraba en el medio de la ciudadela, divisó una flor amarrilla similar a la de los alrededores de la escuela, la jovencita procuró no prestarle atención, pero fue seducida una vez más con ese suave aroma cautivador. La flor flotaba reluciente en el agua cristalina, cuando la jovencita Victoria se asomó, la aromática flor se sumergió hacia las profundidades, se dio vuelta bruscamente desilusionada, pero una sensación muy extraña hizo que voltee la vista hacia la fuente. Desde las profundidades la flor emitía una luz blanca muy intensa, que pronto se escapaba hacia el exterior de las paredes de la voluptuosa fuente.
La jovencita sintió que la flor necesitaba ayuda, y se encomendó ir atrás de ella, se lanzó en las aguas amenazadoras, y desesperada buscó la flor. Cuando la pudo alcanzar, y mantener contacto con ella, ocurrió algo fantástico. La luz desapareció, la flor se marchitó, y el escenario cambió por completo. Su ropa se encontraba seca, lo mismo que su cabello. Alrededor de ella había animales que no pertenecía del conocimiento del hombre. Por eso no opacaba la belleza del lugar, era de un verde intenso, con grandes montañas, ríos, lagos, cascadas por donde se mire. Un gran castillo se podía divisar por entre las montañas. La jovencita comenzó a caminar cautivada el muro de rocas montaña arriba…
No nos olvidemos del joven Eric, que continuó atropellando personas por las calles, pero paró su marcha frente a la fuente, cuando divisó el sombrero de su hermana, el cual flotaba en el agua a medio nivel. Lo sacó inmediatamente, y se dirigió hacia la escuela. Habló con los compañeros de su hermana, y éstos les dijeron que se había marchado cautivada por una estúpida flor. Eric desesperado la buscó por toda la antigua ciudad, pero no obtuvo el paradero de su hermana. En estado de shock desesperado ingresó a la sala principal del palacio de donde había salido espantado por la aparición de aquella extraña luz, dedujo que eso tendría algo que ver, con la desaparición de su hermana Victoria. Y con valentía y valor gritó frente a la mágica columna; -Oh, Señor de luz, ayudame a encontrar a mi preciada hermana-. Y cuando terminó con la frase se clavó un cuchillo en el pecho. Un haz de luz emanó desde el techo del Palacio, y con éste el joven Eric desapareció...
En el reinado del sol los hermanos huérfanos se encontraron, y allí vivieron por el resto de la eternidad, al lado del Rey Sol, y con todas sus diversidades naturales.
FIN
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