Despertando de hipnóticas unciones tu alma atribulada se desangra; guiada por un extraño Abracadabra luchaste contra el Tiempo y sus acciones. Naufragó en el caudal del Aqueronte tu depresión de sombra desolada; saliste de tu erial, vitalizada, gobernando el tic tac de los relojes. En un millón de noches, fue tu rostro transmutado en azul y gris celaje, cual haz de garabatos incorpóreos. Presencia el Universo tu lenguaje expresado en un ícono hiperbólico, dejando la señal de un largo viaje.
Texto agregado el 21-04-2008, y leído por 115 visitantes. (1 voto)