Los caminos recorridos de ida y vuelta todos regresan al seno de la conciencia, nutren el alma, despiertan al espíritu, hacen vibrar el falible cuerpo. Se avanza como subiendo los escalones, uno cada vez más alto.
A medida que avanzamos vamos nutriéndonos de los colores del firmamento, de la gloria de este universo, del milagro de estar viviéndolo instante a instante. De la belleza de este planeta que nos lleva en viaje también por su propio camino trazado, hacia su toma de conciencia y su perfección, porque también es un organismo vibrantemente vivo, y a pesar de todo el daño que le hacemos, sigue protegiendo a la vida que se manifiesta en todo su esplendor.
Cada vida florece y nace de un recipiente común para cada especie llamado alma, en donde deja al término de su existencia, las experiencias tomadas de su ambiente vivido.
Cuando se toma un animalito en custodio llenándolo de cariño, de amor; lo que se hace es envolverlo en humanos sentimientos y esa pequeña vida responde entregando a su vez su agradecimiento y a su muerte lleva de regreso a su alma común toda esa bella experiencia del contacto humano.
Tomen como ejemplo la experiencia de tener un perro, un gatito, un loro y tantos otros animales superiores. Obsérvenlos a través de su corta vida, como van cambiando, como se van mimetizando con la persona que los ama, como entregan ese cariño que llevan dentro. Eso es lo que llevarán de vuelta a su alma y todos los de esa especie subirán un escalón hacia su perfección.
Todos quisiéramos que toda la vida existente vibrara al unísono con nosotros, pero también debemos comprender que cada animal tiene a su vez un destino que cumplir y vivir de acuerdo a sus instintos de supervivencia y nuestra especie ha sido la predadora de toda la vida de este planeta. Tanto animal, vegetal y mineral.
Ese es el don que tiene el ser humano por tener un alma individual que comprende y entiende el porqué esta y para que está en este mundo.
Entonces si tenemos esa conciencia grabada en nuestra psiquis ¿Por qué matamos sin piedad a cuanta vida se nos pone por delante? Dándole caza sin piedad, ¿Exterminándola sin un solo cargo de conciencia? Aún a nuestra propia especie. Matar por el placer de hacerlo, de sentirnos dioses. De tener ese poder en nuestras manos.
Piénsenlo antes de quitar la vida por capricho a cualquier ser viviente, que tiene una mente aunque rudimentaria siente y existe. Y tiene derecho a vivir en este planeta que es milagro de vida.
Aunque sea para alimentarnos.
Nomade...Ojala que la lechuga que estoy comiendo no este gritando
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