Personalidad múltiple, eso dijo. No le entendía ni tampoco quienes me observaban sentado en esa silla. Traté de explicarle, pero no hubo caso. No entendía mis razones ni yo las suyas. Solo padecía lo que él dijo, personalidad múltiple. Trataron de explicarle todos, pero tampoco les entendía. Creo que no los podía oir, pero yo si oía sus voces claramente. Personalidad múltiple ¿qué querrá decir? Trataron de explicármelo, pero solo recibía palabras de consuelo de sus bocas. Que no tenía eso, que él padecía eso, que su traje blanco, su peinado engominado y zapatos lustrados no le daban la razón. Pero si veía razón, la sentía cierta y confusa, horriblemente desgarradora. Personalidad múltiple, palabra compuesta que se había introducido en mi cabeza y como una flecha la había partido en dos. Ya no podía explicarle, ya no tenía la razón. Él era la razón y me estaba hablando, sentado frente a mi con una bata blanca y zapatos lustrados…
“Hola señor razón, gusto en conocerle. Mi nombre es parásito. Hace tiempo me habían hablado de usted, y ahora le conozco. No sabía que usaba lentes iguales a los mios, ni tampoco que usaba esa colonia barata de la farmacia. Disculpe por no invitarle a mi morada, pero el huésped no admite a más personas. Aquí el único quien habita este cuerpo soy yo” Y el señor razón se marchó y volvió con varias pastillas de colores, de tantos colores como los del arcoiris…
[-Logical consequence -]
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