Cada beso quema nuestro corazón, nos enreda en una nube celestial, que nos lleva a lo extremo... y luego acabamos en un hasta mañana que en realidad es un "te veo en mis sueños" pero nadie dice nada y nos guardamos en el interior ese sueño, esperando que se haga realidad y cada encuentro derrama ternura, y así, juntos los dos nos acercamos y estamos tan cerca que apenas nos miramos, sentimos la respiración que cada vez se hace más fuerte, y luego al fin la triste despedida, la soledad que viene luego de eso y la luna nos acompaña en nuestro camino con el ángel que va a nuestro lado, nos pierde en la oscuridad y de nuevo comienza la historia, que nunca acaba, ya que nos convierte en una sola luz, un solo alma así no nos extrañamos tanto.
Más allá de la distancia que nos separa, los pensamientos nos acercan, nos juntan y en una especie de sentimiento en el que coincidimos eternamente recordamos cada uno de nuestros encuentros y nos escurrimos en un segundo hasta el alba y el mismo suspiro de amor, en el más dulce y cálido amanecer de ilusión, despierto de ese sueño y volvemos a la realidad.