Tema Prosa: Responder a la carta de la tía Magnolia:

Querido sobrino(a):
Me imagino que te sorprenderá recibir carta mía. Permanecí en silencio desde que tu mamá casi me echó de su casa cuando la fui a visitarla hace 30 años. Eras un jovencito alborotado entonces y a lo mejor no recuerdas el motivo de nuestra pelea. Estuve sin dar noticias desde entonces pero ahora que me encuentro viuda y enferma creo que llegó el momento de dejar de un lado los rencores. Tu madre no está, pero quiero reparar contigo la armonía familiar. Tengo que hacer unas curas en la capital y sé que no me negarás la hospitalidad.
Llegaré dentro de quince días y como me quedaré por unos meses vendré con mi gato. Si tienes animales será necesario que los saques de casa, Titina es muy celosa. Sé que tienes tres hijos adolescentes, te ruego que no haya ruido en casa.
Estos pequeños pedidos se compensarán ampliamente. Eres mi único pariente y he tomado disposiciones para favorecerte. Tu esposa se sentirá aliviada cuando tenga a su lado a una tía cariñosa que cocina muy bien y le enseñará muchas cosas.
Lo único que necesitaré es disponer de una habitación para mí sola y que me acompañen a los tratamientos. En cuanto al baño, les molestaré poco porque mi médico me tiene prohibido bañarme más de una vez cada tres meses y soy tan aseada en lo personal que no pesaré con mi ropa en el lavado. Mandaré dentro de unos días la fecha exacta de mi llegada para que puedas disponer para ir a buscarme a la estación. Tu tía que te quiere
Magnolia

P.D espero que no fumes que el humo me hace mal

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ESPERANDO A LA TÍA
gmmagdalena

Querida Tía:

Mientras disfruto un cigarro he leído con gran alegría tu carta y vinieron a mi mente los imborrables recuerdos de tus visitas. Especialmente los días previos a tu llegada, el nerviosismo de mamá, sus continuas indicaciones de cómo debíamos comportarnos y la cara de papá al saber que debería ir a fumar a la plaza.

Ya por ese entonces el baño no era tu fuerte, al igual que tu fallecido esposo a quien recuerdo todo el tiempo rascándose la entrepierna.

Desconozco el enojo con mamá pero creo que fue cuando mi hermanita Jacinta tuvo un berrinche al tener que sentarse tu lado en la mesa.

- huele mal – dijo señalándote con su dedo índice. En realidad tía querida, cualquier lugar en la mesa era igual, ni el guiso de repollo de mamá podía tapar tu peculiar perfume.

Ante de continuar, te diré que estamos encantados de que vengas y te acompañaremos a hacer las consultas médicas que necesites, siempre y cuando sean nocturnas porque nuestros trabajos no nos permiten horarios diurnos. En cuanto a mis hijos, ellos están felices de recibirte a vos y a Titina. No te imaginas su alegría al saber que tendrían una gatita a su disposición, quieren mucho a los animales. Cuando eran pequeños temíamos hubieran heredado el gusto de su tío, no sé si recuerdas que estuvo preso injustamente por zoofilia. Pero no te preocupes, seguramente eran infamias y los muchachos son muy cariñosos con los animales, aunque en verdad debería contarte que ......., mejor que no, Lilian dice que no te preocupe, que con seguridad a tu gata no le ocurrirá nada.

En cuanto a una habitación sola, te hemos preparado adecuadamente el sótano porque tenemos sólo una habitación que compartimos con los muchachos. La cocina es toda tuya, con mi esposa trabajamos de la mañana a la noche, como corresponde a una familia moderna y llegas justo para cubrir el puesto de nuestra última cocinera que renunció porque odiaba las ratas, al margen que había visto a uno de los chicos tratar de ......., Lilian repite que no te preocupe con tonteras. Pero tía querida, nos ocuparemos en desratizar la que será tu habitación cuando cobremos el aguinaldo, dentro de seis meses. Además, mis hijos dicen que si hay algo que les guste más que los animales, son las ancianas.

Te esperamos. Tu sobrino. Jeremías.