Ese automóvil que anda por aquel camino mojado y resbaladizo llegará a su destino que por lo general es lo mismo que llegar a la meta...
Soy como aquel automóvil, mis pasos van por un camino que dependerá de la meta propuesta por mi corazón. En algunas ocasiones se presenta pedregoso, en otras tan limpio y suave que iría deslizándome más rápido de lo común... A veces lo acompañan desiertos, montañas, árboles o praderas.... Cada cierto tiempo el sol se aleja y el cielo se cubre de nubes, tan negras que pareciera que camino en tinieblas, el miedo cala los huesos y por tiempos relativamente cortos me detengo, me pregunto si será conveniente seguir o devolverme, el razonamiento dice que siga, mi corazón me grita que es necesario... Entonces saco fuerzas de un lugar desconocido de mi ser y vuelvo a pisar con más fuerza... Sigo caminando y a medida que avanzo las nubes se disipan lentamente hasta que por fin vuelve a salir el tibio y resplandeciente sol... A lo lejos diviso mi meta y se ve mas gigante de lo que pensaba... Sigo el trayecto y más adelante me encuentro con varios obstáculos más: arboles caídos, arenas movedizas, trampas, y un fin de acontecimientos que tratan de convencerme de que no siga, de que es mejor devolverme... En algunas ocasiones soy tan ilusa, que cuando siento que mi cuerpo se desvanece de tanto caminar y luchar por hacerlo que me devuelvo, no termino el camino, y es ahí cuando mi vida se arrepiente de haber nacido... Esta vez será distinto, no importa cuan grande sea el árbol, cuan alto sea el muro, cuan pedregoso sea el camino o cuantos obstáculos deberé pasar.... Esta vez iré preparada, no me dejaré vencer ni por el miedo, ni por el cansancio, ni por las dudas, ni por la envidia... Esta vez terminaré este camino... Porque se lo que soy y porque se lo que quiero.... |