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Escribe: Borarje
En el bosque de los cuentos reinaba la paz. Bajo cielo azul y nubes de algodón y albo resplandor crecían sanos los árboles de los cuentos. Los había enormes y fuertes, otros medianos y también pequeños, pero todos daban fruto exquisito porque estaban asentados en buena tierra. Sus raíces se extendían profundas y fuertes. Encontraban siempre el alimento que les hacía crecer.
Quien visitaba el bosque de los cuentos se extasiaba con el trino del ruiseñor, tal cual ocurrió al abad San Virila en la añeja leyenda que relata el padre Ramón Molina, monje-hospedero en Leyre, clásico teológico de los goces de la eternidad.
En las ramas de los árboles crecían los cuentos, se multiplicaba la poesía; fruto dulce y jugoso. El guardabosques del bosque de los cuentos veía orgulloso que todo se desarrollaba en armonía. Vivía satisfecho de su esfuerzo por preservar aquel hermoso lugar.
Mas un día brotó en aquella buena tierra la hiedra venenosa, y al guardabosques del bosque de los cuentos le pasó desapercibido. Y así, la toxicodendron radicans se fue extendiendo por el suelo igual que reptan las culebras. Fue trepando por los árboles de los cuentos y fue invadiendo sus ramas; ahogaba el fruto e inhibía nuevos brotes.
La hiedra venenosa llegó a ocupar todos los espacios y aquel hermoso bosque comenzó a decaer. Los árboles más prolíficos, los de mejor fruto, fueron blanco predilecto para depositar su irritante urusiol.
El guardabosques del bosque de los cuentos muchas veces fue advertido sobre lo que estaba ocurriendo, pero ocupado en otros menesteres, confió en que sus ayudantes, los boinas rojas, atenderían la emergencia.
Pero el guardabosques del bosque de los cuentos desconocía que algunos de tales boinas rojas habían sido transformados en una nueva especie de hiedra venenosa, la toxicodendron radicans moderatus bolitusrojitus y era la peor de todas las especies venenosas que estaban haciendo daño a los habitantes del bosque de los cuentos.
No sólo ahogaba con su tallo a los árboles de los cuentos, no sólo inhibía el crecimiento del fruto, también solapaba y propiciaba el crecimiento de la hiedra trepadora. Aprovechaba también sus facultades para presentar ante el guardabosques del bosque de los cuentos a los árboles más resistentes a su veneno como árboles incómodos que debían ser erradicados.
Y así, en poco tiempo aquel hermoso bosque fue perdiendo su esplendor. El buen fruto cada día era más escaso, en su lugar crecían hongos venenosos, el ruiseñor dejó de cantar y se escuchaban voces espectrantes entre ramas decaídas de árboles enfermos. Como la hiedra venenosa había tupido las copas de los árboles, el sol no podía penetrar y el lugar se tornó tétrico y peligroso.
En medio de tanta desolación, surgían voces que clamaban la presencia del guardabosques del bosque de los cuentos, pero la toxicodendron radicans moderatus bolitusrojitus acallaba esas voces con sus risotadas de hiena en celo para que no llegaran a su destino.
Sin embargo, en el bosque de los cuentos prevalece la esperanza por que algún día el guardabosques del bosque de los cuentos regrese a poner orden y se recupere el esplendor del otrora hermoso bosque.
* En Cancún, costa mexicana del Caribe.
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Texto agregado el 15-04-2008, y leído por 554
visitantes. (11 votos)
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Lectores Opinan |
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22-04-2008 |
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Bueno, lucresia o Carmen_Posada o Juanadenadie o C_posada o cualquiera de los muchos nicks que acotumbras usar (según me enteraron ayer en un mensaje de fuente digna de todo crédito) te dije en comentario anterior que respeto mucho tu opinión, por más que te esmeraste en hacerla negativa, pero hoy que me doy cuenta de que no eres otra cosa más que parte de esa hiedra venenosa de la que hablo en mi fábula, la cosa cambia, porque esto es precisamente lo que trato de cambatir, la proliferación de personas como tú, que sólo crean nicks por docena para ahogar e inhibir la producción literaria en esta página. A mí no me importa si me dices que mi trabajo es una porquería, sé lo que hago y conozco mis limitaciones y mis alcances, pero es mucho el daño que provoca gente como tú a quienes tratan de hacer algo en este arte de la escritura, muchos son niños que buscan incursionar en la literatura y en lugar de apoyarlos lanzas todo tu veneno en su contra. No me extraña tu presencia en La Columna del Miércoles, esa hiedra venenosa que tú bien representas ha estado presente desde tiempo atrás en este espacio, desde que formó parte del proyecto La Columna y del cual me retiré para proteger el material aquí depositado de quienes lo alteraban o eliminaban arpovechando que se trataba de un nick compartido. Ayer agradecí tu visita, hoy doblemente la agradezco, porque sirves de ejemplo de lo que trato de combatir, Carmen Posada o Lucresia o C_Posada, o Juanadenadie o alguno otro de los 30 nicks que se calcula has abierto.
borarje |
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21-04-2008 |
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Gracias por tu visita lucresia, toda crítica sirve para mejorar... borarje |
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21-04-2008 |
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La fábula como fábula es pésima. Ni siquiera un niño de parvulario podría entretenerse con ella. No en pocas ocasiones he leído artículos de este espacio y siempre he sido crítica de los textos. Los autores como tal no me interesan. Me parece mal escrita, le falta creatividad, la redundancia en los personajes cansa la lectura, el tono como si los lectores fueramos una suerte de estúpidos es insultante. Si la fábula tenía fines críticos se durmió en los laureles porque lejos de ser una crítica a esta sociedad literaria parece un chisme mal contado por una presentadora de magazín de farándula evitando dar los nombres de los artistas implicados en el chisme. Repito: El autor me es indiferente. No tengo nada bueno ni nada malo qué decir de él porque no lo conozco más que por lo que he leído por ahí. Hablo exclusivamente del texto que osadamente alguien clasificó de fábula. Pésimo por contenido y pésimo por calidad literaria. Saludos. Lucresia |
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20-04-2008 |
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Me dejo perplejo la maravillosa forma de narrar y en sí la historia de los cuentos, pues pienso que cada uno de nosotros es el guardabosque del bosque de los cuentos y tenemos la gran oportunidad de limpiar y ser a la vez los árboles del bosque delos cuentos diaivo |
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20-04-2008 |
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wow! que ingenio! me encanta la forma en que hilas, tus manos màgicas, tu creatividad puesta al servicio de la denuncia...sea pues que el fruto ya lo diò: te admiro cada dia mas! luzyalegria |
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