Mas crueles son tus ojos
Ya entrada la noche, la copas ya se le habían subido a la cabeza, sus penas ya eran muchas, y en su inconciencia, Rodrigo, un chico de 17 años, no muy alto, tez blanca, cabello negro, corto, ojos café claro, pestañas chinas y nariz respingada, seguía bebiendo a pesar de que lo que tomase lo vomitaría, pero el alcohol ya no le era suficiente, tomo una esponja y el tíner y comenzó a inhalar, en el cuarto alguien prendió un porro, pues que mas le daba si ya estaba ahí había que fumarle antes de que se acabara. Por otro lado, alguien mas saco la piedra, vaya cruzon que se metieron pues después de un rato aparecieron los cristales. La mitad de ellos terminaron inconscientes, pero a diferencia de todos, Rodrigo se estaba muriendo, no era la primera vez que intentaba suicidarse.
De repente la figura de un mujer triste, desgastada pero aun perseverante apareció en ese minúsculo cuarto en algún sitio de esta enorme ciudad donde se encontraban. Lo tomo entre sus brazos y sin titubear se lo llevo al hospital. Una dura desintoxicación y muchos lavados de estomago fue lo que se gano por intentar quitarse la vida. Su madre, quien lo salvo del precipicio entre la vida y la muerte me llamo para contarme lo ocurrido, las lagrimas se le escuchaban por el teléfono Rodrigo esta en el hospital . Mi dolor se confundía con el de ella, imaginarme que doloroso seria ver al hijo que has concebido, criado y cuidado toda tu vida, en las peores condiciones depresivas contemplando como se hace daño el mismo sin poder hacer nada para ayudarlo era devastador.
De prisa tomé mis cosas, salí de mi casa y me encontraba recorriendo la cuidad con los ojos empapados en lagrimas de preocupación, lo único que me pasaba por la cabeza era: espero que este bien y que cuando llegue este vivo . Su madre me había contado de manera no muy detallada lo que había pasado, pero aun así no quería saberlo, lo único que quería era tomar su mano y sentir que el corazón le latía.
Al fin llegue al hospital, recorrí sus fríos y deprimentes pasillos, cuando por fin di con el cuarto 202, lo vi, estaba ahí dormido y sedado vestido con una bata blanca que lo hacia ver más pálido que de costumbre. Su madre estaba sentada en una bizarra silla al lado de la cama. Se levantó y con un gesto no muy claro, pero que entendí de inmediato, me cedió su lugar. Me acerqué y me senté justo donde ella segundos antes estaba, mientras ella dejaba la habitación para que yo estuviera a gusto con él.
Tome su mano y comencé a hablarle:
Hola cielo, ya veo que no te encuentras en las mejores condiciones, y espero que no me vigiles desde tu cielo que yo no se que haría me quedara aquÌ sin ti.
Recuerdas el cuento que te prometí? no lo he terminado pero tal vez si te lo cuento me ayudes y dice:
Si te cuento, si te digo
Me escucharas?
Si te amo, si te quiero
Por siempre te quedaras?
Yo como un ángel sin rostro
Y tu como mi demonio inocente
Desando formar en cuento
Alejando el miedo aquel
En una sonrisa insistente, confía
Sin ver porque, ríe.
Tu historia junto a la mÌa
Tan solo en el murmullo escucha:
Antes de que el tiempo fuera tiempo y los años tan cortos, existía una tierra mística a la orilla de un amanecer y la existencia de sus habitantes era de siglos .
Al pie de una valle se encontraba un bosque encantado, con árboles tan altos que tocaban el cielo, arbustos espesos y flores de muchos colores que platicaban entre si los animales jugaban a vivir, el trino de los pájaros entonaban un cántico de paz y las mariposas revoloteaban libres de cadenas. En medio un camino, que parecía no tener fin, este llevaba a un enorme y hermoso castillo de mármol blanco, pulido con extrema elegancia, rodeado por un lago de peces multicolores lo llenaba de vida. Detrás de un enorme portan, estaba la caballeriza que nos guiaba hasta un imperial jardín, dividido por angostos pedazos de mármol en cuadros las áreas verdes, donde estaban plantadas rosas rojas roseadas por la brisa del amanecer y en el centro una fuente de piedra gris perfectamente tallada, tan alta que al voltear a ver su terminación, la luz del sol cegaba
Ahí, Antuan, mago blanco de los mil atardeceres. Un hombre de apariencia joven, tenía la edad de 600 años. Era alto de cabello negro corto, ojos miel y pestañas chinas, su nariz era la más perfecta de aquella tierra. Usufructuaba porte y gallardía, que disimulaba su alocado, rebelde, simpático y cínico corazón. Guerrero con alma sencilla y vividez incomparable. Aprendía los encantamientos más avanzados al lado del más viejo y poderoso de los magos. Bernard era un hombre de 2000 años de edad, pequeño de aspecto decrepito, de barba larga, vestía una túnica blanca y lentes de media luna que opacaban sus brillantes ojos azules. De aspecto cansado por librar tantas batallas contra el lado oscuro del bosque, amargado, pero aun así querido por las criaturas mágicas que lo conocían.
Bernard siempre prevenía y preparaba a su aprendiz ya que presentía que la maldad estaría de vuelta con Dante al mando cuando despertase. Este era un mago oscuro muy poderoso de porte egocéntrico e imponente, gallardía innegable, con cabello negro largo rizado, asÌ cuando caía sobre sus hombros denotaba un brillo tan maldito como extraído del infierno mismo. De mente maquiavélica, alma obsesiva y corazón glacial. Sus labios muertos al igual que su piel causaban pavor.
Eran tan poderoso que detentaba la habilidad de convertirse en lo fuese. Había caído en un profundo sueño y su cuerpo yacía en un castillo de piedra negra, con torres muy altas. Con una enorme fortaleza rodeado de un pantano con criaturas concebidas por el demonio mismo. Se encontraba en la otra parte del bosque, la zona donde los árboles estaban secos, la tierra era húmeda, el olor era putrefacto y los únicos animales que habitaban eran insectos, sapos y culebras al asecho de cualquier presa para alimentarse en aquel inhóspito lugar.
Del lado esplendido, vivía acompañada de conejos, venados, patitos, enervantes cisnes y de más animales cuya compañía era pasiva, una joven hada; tan hermosa como una flor, alta de cabello hasta la cintura, negro, lacio, su piel era tan blanca como la nieve y sus labios como pétalos de rosa roja. En su mirada se reflejaba el mar, pero lo más impactante eran sus alas y su asombrosa mezcla de colores. Su corazón era puro e impoluto, tan dulce como maliciosa y tan noble como justa. Su nombre era Margoth
Sin embargo después de mas de 200 años de su tragedia, su pena aun no sanaba. Su madre, una hada igual que ella peleo junto con el mago Bernard para derrotar a Dante y sus aleados en la batalla épica más grande nunca antes contada. Donde involucradas estaban todas las criaturas de el mundo mágico en 5 elementos: tierra, viento, fuego, agua y el hombre. Esta lucha duro más de un siglo y cuando al fin debilitaron las fuerzas del mal, Dante asesino a su madre absorbiendo su magia para evitar morir y solo caer en un profundo sueño de tiempo indeterminado, viéndola caer a sus brazos condenándola a sus recuerdos.
Margoth no cabía de tristeza y no podía olvidar que su madre era todo para ella, ya su espíritu alegre y persistente que solía tener se desvanecía poco a poco en el encierro del bosque. Pasaba el tiempo sentada a la orilla de un lago, donde contemplaba como los peces que vivían ahí dentro no tenia idea de cual era la pena que le embargaba y uno de eso días, uno de tantos donde sus lagrimas corrían entonando una canción de desesperación, Antuan paseaba por ahí y su dulce voz lo atrajo al lugar a que ella se encontraba.
Se quedo observándola por un instante, era tan hermosa y tan triste, sus pensamientos comenzaron a revolotear y se encontraba tan ensimismado que no se dio cuenta de ella también ya le observaba.
quién eres?- pregunto Margoth mientras secaba sus lagrimas apenada.
Soy Antuan, no pude evitar escuchar tu dulce voz, tú y tu triste cantar son tan bellos con el mismo amanecer. Eh escuchado de ti pero jamás me imagine fueras tan hermosa.
No quiero ser descortés, pero no me gusta la compañía
De menos, me podrías conceder el honor de saber tu nombre?
Margoth
Lindo nombre, pero en vista de que no soy bien recibido, paso a retirarme.
No, espera. Podría hacer una excepción.
Si no es indiscreción, puedo saber por q es que te escondes del resto?
No quiero bloquear mi corazón, ni olvidar como se siente que la felicidad recorra cada poro de tu piel, pero el vacío aquÌ dentro es mas fuerte que mi fuerza para luchar y nada es mejor q estar solo.
jamás te des por vencida, aunque duelan las heridas curaran, y si la las lagrimas te nublan las vista y corazón, escupe el miedo, en el olvido no sanan las penas no todo tiene un porque y un camino lo hacen los pies, ay un mundo por descubrir y una vida fuera de aquÌ, pero la decisión solo la tienes tu
Antuan se puso de pie y le recordó que la vida solo es una y que si se dejaba vencer por uno de sus obstáculos, ni el mas sabio de los magos la podría ayudar. TomÛ su camino rumbo al castillo dej·ndola reflexionando.
Al dÌa siguiente decido salir a explorar todo aquello fuera del bosque encantado. En la entrada del bosque había un pequeÒa aldea de humanos, con pequeÒas casa de madrera y techos de paja. Donde vivÌan de lo que sembraban y se gobernaban por el más viejo y sabio de ellos. Margoth recorriÛ toda esta aldea y la alegrÌa e estas personas la contagio mientras paseaba. Como en esta tierra todo es posible, el mar no quedaba muy dejos de la aldea, así que fue a apreciar el vaivÈn de las olas del mar. De esa manera pudo escuchar un canto:
Cuando mi barco navega
sobre las olas del mar
pongo atenciÛn por si escucho
a una sirena cantar.
Dicen que muriÛ de amores
Que en su canciÛn se escucho
Yo doy gustosa la vida
Siempre que sea por amor.
Corre, vuela sobre
las olas del mar
quien pudiera a una
sirena encontrar.î
Llena de curiosidad se acerco y vio a una pequeÒa sirena de piel bronceada por el sol, sus ojos eran color miel y su cola se teÒÌa de una indefinida variedad de azules que hacia juego con una estrella de mar que siempre adorna se cabello largo, lacio, plateado.
- hola øquÈ tal? ñ comenzÛ a hacer la platica Margoth.
Un poco sobre saltada, ya que no se esperaba que alguien le estuviera escuchando le respondiÛ con una sonrisa
hola, la prÛxima vez avÌsame que podrÌas hacer que se me caigan las escamas de la cola
si claro, øcu·l es tu nombre?
Osiris, øy el tuyo?
Margoth
Que gusto
El placer es mÌo
Se encontraron platicando muy acaloradamente y con el paso del dÌa comenzaron a llevarse bien. Margoth le contÛ lo de su madre y los rumores que corrÌan sobre el acercamiento del despertar de Dante. Osiris tambiÈn le contÛ que como los sirenos
no vivÌan tanto como los magos, las hadas los gnomos o los duendes, no tenía idea de quienes de su familia lucharon y fenecieron antes de que ella fuera si quiera planeada.
De repente a Margoth le regresaron las notas de la canciÛn que le escuchÛ esa maÒana
- øa que se debÌa esa canciÛn?
- es que por la madrugada, me era imposible dormir, así que decidÌ dar un pequeÒo paseo por la orilla y me senté en una roca, mientras yo cantaba y me cepillaba el cabello, un hombre apuesto y gallardo pasÛ a mi lado, y se quedo contempl·ndome, cuando al fin se decidiÛ a hablarme. Vaya sorpresa que me lleve cuando de sus labios salieron unos hermosos versos que decÌan:
ìInclinado en las tardes tiro mis tristes redes a vuestros ojos oce·nicos.
AllÌ se estira y arde en la más alta hoguera mi soledad que da vueltas los brazos como un naufrago
Hago rojas seÒales sobre vuestros ojos ausentes que olean como el mar a la orilla de la playa.
que lindo detalle en verdad, pero quien es? Acaso no te dijo su nombre o algo??
No nada, pero supongo q es un mago muy poderoso y espero que esta noche se pueda aparecer por aquÌ
Que raro el único mago poderoso es Bernard y Ö lo siento me tengo q ir, ya es tarde. Prometo venir a buscarte maÒana
hasta maÒana.
CorriÛ lo más que pudo y emprendiÛ el vuelo hacia el castillo de Bernard y le contÛ lo sucedido.
extraÒa es la situaciÛn ñ dijo pasivo Bernard ñ sin embargo no debemos fatalizar, a pesar de que magos blanco y negros habemos ya muy pocos y mi joven aprendiz no ha abandonado el castillo desde esa vez que te encontrÛ en el lago.
Y.. øquÈ hacemos? Debemos averiguar quien es
Paciencia, solo ay una cosa que podemos hacer
Esa noche Osiris tampoco pudo dormir pensando en que su gallardo prÌncipe pudiera aparecerse y así fue este misterioso hombre se apareció en el mismo lugar, a la misma hora durante las siguientes semanas al igual que Margoth por la maÒana así se hicieron muy amigas, pero la duda de quien era su enamorado le corroÌa por dentro.
Mientras Margoth y Osiris platicaban una maÒana como todas, Bernard se hallaba frente al castillo de Dante, esperando que aquello que había dicho Margoth fuese solo una confusiÛn. Temeroso entro en el castillo, en la entrada se encontraba un gran comedor de pino podrido, la mesa era larga y estaba puesta para doce personas, pero al igual que el resto de las pertenencias se encontraban cubiertas de polvo y moho, intactas desde la ultima vez q estuvo ahí.
ComenzÛ a subir las escaleras de madera podrida como todo lo dem·s en ese escabroso lugar, el barandal era tallado a mano y al final tenia una cabeza de un dragÛn tallada tambiÈn. EncendiÛ una antorcha para aliviar el olor p˙trido de aquel lugar, cuando de pronto una voz frÌa y malvada rompiÛ el silencio
vaya, vaya, øquÈ tenemos aquÌ? Ya habÌas tardado en venir a visitarme ñ soltando una amplia risotada.
Vine a terminar lo que empecÈ hace mucho tiempo
Vos, el gran Mago Bernard, no sois más que polvo, insolente anciano, peroÖ øquÈ he hecho mal ahora para que vos se decidiese a hacerme cosquillas?
°°Basta de charlas absurdas!! Hoy ser·s historia
así comenzÛ una lucha de poderes, sin embargo del otro lado del bosque, Margoth y Antuan que se habÌan percatado de que Bernard no se haya ahí. Tan deprisa como pudieron fueron en su b˙squeda en el único lugar en el que podrÌa estar.
Triste sorpresa que encontraron cuando llegaron, su cuerpo yacía moribundo en el fuerte del castillo.
- øpor quÈ?- pregunto Margoth- øpor quÈ lo hiciste?
quería una vida tranquila para ti hija
°°øhija?!!-, tom·ndolo entre sus brazos
así es, amaba a tu madre y el dolor mas grande fue perderla y nunca me di cuenta que podÌa compensar esa pena am·ndote a ti hija mÌa.
Pero, pero Ö - contesto entre sollozos y los cristales de su llanto ya se asomaban
Antuan, cuÌdala en tus manos esta el poder de salvar la tierra de la oscuridad
Se desvaneciÛ en los brazos de Margoth, mientras ella lo lloraba con ternura, Antuan le dio su mano para que se alzara y la abrazo tan fuerte para aliviar su pesar.
Al dÌa siguiente fue a avisarle a su amiga la sirena de lo sucedido, para así supiera quien era su enamorado. Le pidiÛ que avisara a su padre, el rey de los sirenos que reuniera un ejercito ya que se necetirarÌa de nuevo el poder de todas la criaturas mágicas. Inesperadamente Osiris le respondiÛ
Jam·s, no te ayudaremos estoy profundamente enamorada de Dante, y él de mi
øSabÌas quien era y jam·s me lo dijiste?
El me contÛ todo, y así lo aceptÈ, pero no contribuirÈ a que lo mates
øPerdÛn?
así es, lo amo con todo mi corazón
No lo puedo creer, øy todavÌa le crees?
Pues claro
Tienes idea de que estaría traicionando a todos aquellos que te aman y dieron la vida para tu vivieras
øY eso me tiene que hacer feliz?
Necia testaruda. TendrÈ que arregl·rmelas yo sola, gracias amiga. Claro, si a eso se le puede llamar amiga.
Una herida más para su mancillado corazón, el dolor era insoportable, pero era aun más insoportable su deseo de prosperidad, así que disperso la noticia del regreso de Dante y más tardo en preguntar que en formar un enorme ejercito creado por gnomos, unicornios, hadas, duendes, elfos, s·tiros, ninfas, magos y hechiceras, así derrotar a quien le había arrebatado toda su felicidad. Le dolÌa tanto que su amiga le hay traicionado por un hombre que no le amaba, como ella a él.
Antuan, por su parte se había enamorado de Margoth, por su car·cter perseverante y dulce, sin embargo ella no se daba cuenta de lo que sucedÌa en su entorno, solo sabÌa que tenía que cobrarse todas aquella maldades que se habÌan cometido, así que Antuan sombra Margoth solo se conformaba con ayudarla y consolarla
Mientras tanto el lado oscuro trazaba su estrategia para llegar a su objetivo, conquistar y dominar los 5 elementos naturales; tierra, viento, fuego, agua y el hombre.
El principio de la guerra estaba latente, todos se aferraban a sus deseos de paz y el miedo estaba flor de piel. Dante visitÛ a Osiris, mientras ella con sentimientos encontrados observaba el atardecer con todos sus rojizos colores y como el sol se sumergÌa en el mar al horizonte.
Dante øquÈ va a hacer de nosotros ahora q he traicionado a casi todos los que amo? øestar·s a mi lado por siempre y no te iras? ø o acaso soy solo parte de tu malÈvolo plan?
TendrÈ que decir os la verdad, ni os amo, ni lo harÈ, no puedo tener tal debilidad, sin embargo os agradezco me hayas proporcionado la vitalidad del mar con vuestros labios. Resign·is y vivir en el olvido pues la sugerencia de la muerte me debilitarÌa por la conexiÛn de nuestra magia.
La guerra a comenzado y si tu mueres, no verÈ por ti, sufrirÈ por la traiciÛn a mi familia y amigos viÈndote morir.
El cielo estaba estrellado y en silencio, era hora todo había comenzado vampiros, hombres lobo, cÌclopes, orcos, demonios, troles, dragones y magos ambiciosos, guiados por Dante, aparecÌan al horizonte. Los vampiros las criaturas mas hermosas de la noche, con su tez blanca, sus colmillos brillantes y sus gabardinas negras denotaban deseos de saciar sus sed. Los hombres lobo feroces mostrando sus fauces aterrorizando al paso. Los cÌclopes altos y fornidos con su ojo bien abierto se mecÌan al caminar. Los orcos adefesios y mal olientes brincaban de emociÛn, la mantaza estaba cerca. Los demonios meditaban la situaciÛn en su mente pensado en que harÌan con la parte que les correspondiera de las ganancias de aquella guerra. Dragones surcaban el cielo, haciendo dominio de este. Los magos en especialmente Dante embozaban una sonrisa exageradamente malÈvola.
De frente a ello se encontraban los gnomos pequeÒos y orejones se encontraban guiados por el más viejo de ellos, Rudolph. Los unicornios, animales de bellaza inigualable bufaban de coraje listos para atacar. Las hadas guiadas Margoth, tenÌan el mismo coraje y perseverancia que ella y no se darÌan por vencidas tan f·cilmente. Los duendes se confundÌan entre la multitud pero solo se alcanzaba a ver el gorro mas grande del guÌa de estos, Jorgie un duende hecho de hash , elfos, s·tiros, ninfas, sirenos, magos y hechiceras, unidos por la misma causa reestablecer la paz, pero ahora era para siempre. Antuan era la cabeza y el más fuerte de todos ellos.
Cuando Dante dio la seÒal, Antuan tambiÈn la dio y así comenzÛ esta gran guerra.
Dante se convirtiÛ en DragÛn, un gran dragÛn negro que obligo a Antuan a hacer o mismo, pero a diferencia este era blanco pero aun así igual de poderoso.
Margoth se enfrentaba las vampiresas y vampiros junto con todas las hadas, evitaban ser mordidas y lazaban polvos que producÌan el mismo efecto que el sol en ellos. Los unicornios con los hombres lobo peleaban envistiÈndose a muerte. Los elfos con cuerdas y flechas tiraban y matan cÌclopes, ceg·ndolos primero con una flecha en el ojo. Los gnomos unieron fuerza para abatir a los orcos sin embargo por su tamaÒo muchos fueron fulminados por un pisotÛn y su fuerzas fueron debilitadas cuando al matar a un orco cayo sobre Jorgie el lÌder de los duendes. Los demonios lazaban bolas de fuego contra las hechiceras que forman un campo de protecciÛn y cuando menos lo esperaban lanzaban un hechizo o una posiciÛn para así destruirlos. Las ninfas enamoraban a los troles, los manipulaban, haciÈndolos caer al mar y con ayuda de los sirenos, el mar los ahogaba y hacia de él su tumba. Los s·tiros trataban de dominar la mente de los dragones para así en el corazón poderles apuntar con una flecha y deshacerse de ellos para siempre.
Osiris preocupada por todo lo estaba pasando decidiÛ aparecerse y ayudar a sus iguales a reestablecerr el orden, así apoyo a las ninfas ahogando a los troles.
Mientras todos luchaban el cielo Antuan y Dante se enfrentaban cara a cara con llamaradas rasguÒos y mordidas, pero a su lado luchaba Margoth con el lÌder de los vampiros el Conde conocidos por todos, ya estaba dÈbil y cansada, así se descuido y este le soltÛ una bofetada que hizo que se estrellara contra el pico de una montaÒa cayendo fallecida resbalando por la montaÒa hasta al piedra en al solÌa estar con su amiga Osiris. Todo se detuvo por un instante mientras Antuan y Osiris observaban la escena, fue el momento preciso para Dante y le ataco lanz·ndolo con la cola hacia el mismo pico donde perdiÛ el conocimiento. Dante bajo donde se encontraba inconsciente Margoth, apareció una flecha y un arco al tronido de sus dedos y mientras le apuntaba al corazón ella recupero el conocimiento y con una amplia sonrisa le dijo :
vaya abres los ojos para verte en el mismo patÈtico fin que vuestra madre, no sois más que uno de los muchos seres m·gicos inservibles. Una vez más demuestro que vos sois dÈbil y yo fuerte.
SoltÛ la flecha que sostenÌa en el arco justo al corazón, pero quien cayo moribunda no fue Margoth, Osiris se atravesÛ para recibirla por ella. En brazos su brazo yacía aun con vida solo con el aliento suficiente para despedirse
He saldado mi deuda, he pagado por mi traiciÛn
Dante se acerco sorprendido y abatido, observando como su amada morÌa. Dio la media vuelta con las l·grimas en los ojos
Espera amor, lo único que quería decir era que te amaba y no te temÌa, øpuedes escucharme?, øpuedes sentirme en tus brazos sosteniendo mi ultimo aliento? øpuedes decirme si en verdad me amabas?
SucediÛ algo tan inesperado, Dante volteo inundado en l·grimas
Te dije que si vos morÌa yo me debilitarÌa y no tanto por la magia que vos me dio, sino porque en realidad me enamore y si os pedÌa no soportarÌa el dolor de no tener os a mi lado
Amor siempre estarÈ contigo, te lo prometo
No, serÈ yo quien estar· vos y renunciare a todas mis ambiciones y sueÒos como vos lo hizo por mÌ.
apareció una flecha, al que se clavo en el corazón en ese momento todo seso no mas nada luchando, no más nada muriendo, no más nada destruyendo. Toda la maldad muriÛ cuando el amor llegÛ y aquella pesadilla desapareciÛ.
Cuando Antuan recobrÛ el conocimiento, encontrÛ a Margoth llorando y cantando una canciÛn de desesperaciÛn, como cuando se conocieron.
øPara que? Dime øpara que quiero la vida si a quienes ame ya no est·n aquÌ?
Para que te amen los aun siguen a tu lado, para q veas tu alrededor y abras los ojos y te des cuenta de que en este mundo yo te amo.
Margoth lo abrazo y se soltÛ a llorar en sus brazos.
Dime que a mi dalo siempre vas a estar, dime que no me vas dejar
Jam·s
Jam·s, Rodrigo, jam·s te dejarÈ de apoyar y estar a tu lado como tu sombra ni de recordarte que la verdadera belleza de la vida la podemos encontrar en los más insignificantes rincones y saber apreciar lo que tenemos es la virtud más grande que la esta nos dio.
En ese momento se despertÛ, poco a poco abriÛ los ojos apretÛ mi mano con fuerza, me miro a los ojos, con aquellos grandes ojos fijos que eran tan crueles al verlos llenos de penas y dolor. Con mucho esfuerzo pudo pronunciar :
ìsorry baby, sorry for all the bad things. Mi niÒa perdÛname pero no soy la persona que tu crees que soy y aun así estas aquÌ, te lo agradezco desde el fondo de mi corazÛnî
En su otra mano tenía un pedazo de papel, arrugado y casi roto me lo dio y lo comencé a leer:
porque eres mÌa
porque no eres mÌa
porque te miro y muero
y peor que muero
si no te miro amor
si no te miro
porque tu siempre existes dondequiera
pero existes mejor donde te quiero
porque tu boca es sangre
y tienes frÌo
tengo que amarte amor
tengo que amarte
aunque esta herida duela como dos
aunque te busque y no te encuentre
y aunque
la noche pase y yo te tenga
y no.
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