Mi laberinto. a Fabiola.
Qué pensaría Asterión de mí
al saber que, como a Ariadna, a ti te predí.
Él, su amor, casi humano, quísole dar,
mientras yo me petrifico al tu rostro mirar.
Creo que en mi laberinto la inseguridad
es mi enemiga,
y tu imagen, cual inalcanzable deidad,
mi única salida.
Acepto que tengo mucho más que dar,
no tengo pretexto a mis actos radicales
y reconozco que los mismos te hacen desconfiar
y pensar que porto los más bajos instintos animales.
Sólo algo te pido,
bríndame de tus fuerzas para alcanzarte,
por que me siento perdido,
déjame ver tu luz, permíteme tocarte.
Qué pensaría Asterión de mí,
que por su amor protejer murió
si yo con un pequeño callejón me rindiera,
sin luchar por tí, sería como si yo también muriera. |