COMO CADA DIA DESDE QUE TE CONOCI
Cada día con el rabillo del ojo y el atento sonido característico del ordenador espero tu llegada, la alegría llena mi rostro, el corazón a saltos y la sonrisa amplia instalada entre mis pecas. Dos vidas, dos personas diferentes acercados por el solo hecho de querer estar juntos y conocerse.
Sus pensamientos rodaban cada día sumida en la dicha de estar y en un cerrar de ojos.... veo tus dedos mágicos de flautista cerca, tus brazos largos y hermosos, tus manos de artista tomando el pincel, y yo en abstracto silencio, muda de dicha captando cada instante, cada milímetro de movimiento al untar la suavidad del pincel en pintura fresca, olor a hombre y trementina, casi no respiro quisiera detener la traslación y la rotación, un leve mareo se asoma en mis ojos, mis labios semidormidos me inundan, he sentido antes esto, es conexión, cercanía, unión, es un sin razón y un sin por qué.
Tus jeans manchados en tus caderas dejan ver la curva al final de tu espalda, cada pedazo de tu piel mide un universo, cada poro exhala virilidad, simpleza y sencillez, calidez, es un momento que quiero petrificar en la memoria. Me miras y una sonrisa se esboza disimulada en tu rostro, tu pelo cubriendo frente y mejillas, dejan entrever esa mirada profunda desde tus ojitos pequeños, un chispazo, una mirada corta y que causa estragos en mi estómago. Estoy en este espacio viéndote pintar, mientras saco ese cuaderno y lápiz que tan dulcemente dejaste disimulado en el velador, comienzo de a poco al igual que tu en este cuaderno blanco y tu ante la tela virgen aún, nos damos este regalo, yo acomodada en la cama desordenada me cubro los pies con tu chomba negra, la misma que te acabas de sacar dejando tu torso desnudo, para mi y para ti, tu espalda ancha termina en el muro de tus hombros en los que dormí a ratos, sin querer para no perderme el sonido de tu descanzar, en el sonido de tu latir, de tus manos buscando en mi pelo, en mi pecho en mi toda entera, a pesar de todo dormí...
Entonces ambos miramos nuestras obras blancas, como grabar, como tallar o plasmar de tinta y óleo un momento de dicha total. La libertad de viajar en esta forma etérea en las alas del pensamiento, nos permiten estar simplemente estar y darnos este cariño tan especial. El color se plasma en brochazos delicados no pregunto que harás, ni tu a mi que escribiré, te dejo ser y tu me regalas el candor de tu cuerpo ante mi. Entre almohadas blandas mis dedos corren en las líneas invisibles imprimiendo sentido y tu me miras de tanto en tanto en una mezcla de seriedad total y sonrisa oculta bajo tus mechones desordenados, casi siento ruborizar de la forma en que miras mis piernas, mi pelo a medio ordenar y a tu cuaderno que ahora tiene dueña, yo sonrío creo, mi rostro debe reflejar paz. Al subir mi mirada buscando un recuerdo cercano, veo tus labios recorriendo mi cuerpo y los míos el tuyo, sin apuro en desesperada paz, invocando el alma entre estas sábanas blancas.
Las telas cubren ampliamente el lugar, desde el cielo hasta el piso, hace frío creo pero está clareando y poco a poco el sol que entra impropiamente a nuestro rincón nos viste de día alumbrando las transparencias blancas que delicadamente me visten todavía, en mi piel aún guardo el sudor y el olor de los cuerpos que se han amado en descontrol, no me dejaste ducharme ni yo te lo pedí, nos dejamos los aromas de los cuerpos mezclados a veces tan dulcemente y a ratos descontrolados intentando devorarnos y tragarnos el sabor. Tus manos me han dado placer, las mismas que ahora recorren la tela, no veo lo que imprimes ni tu tampoco lo que imprimo yo. Buscar porques no es algo que nos preocupe, en algo nos parecemos y es en el gusto por el sentir, no hay preguntas ni explicaciones, no hay futuro, no hay pasado, solo este momento tan sencillo pero tan puro que espero quede impregnado en ti. Me detengo un instante y me doy cuenta que escribo sobre ti y lo que me haces sentir, te miro un largo rato, y de pronto detienes tu labor girando tu tela y me permites ver, una ancha sonrisa silenciosa que deja caer el lápiz en tu cama, la tela, en ella estoy yo, y corro como niña a tus brazos, me reconozco, soy yo en tu cama, en tu vida haciendo eterno este instante que es solo tuyo y mío, al igual que este pequeño escrito que dejo para que lo leas después, cuando ya no esté o tal vez para invocarme para hacerte compañía, para darte paz, lucidez o para pervertir tus noches o mañanas frías, no hubo palabras hoy no.
El sonido del celular me trae bruscamente a la tierra, he vuelto, no hay un aviso naranja con tu nombre en el, no estás pero debes estar pensando en mi. El pensamiento es poderoso, estoy aquí, sola recordándote de la forma en que elegí. Me conociste alegre, hoy estás reconfortándome no creas que no me doy cuenta, ya habrá tiempo para darte de vuelta lo que me das. Solo quiero que sepas que estoy pensando en ti, como cada día desde que te conocí....
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