Sombras de pureza huyen por el rosado lienzo que les prestas y en mis ojos, aunque sombras, se reflejan. Sombras de pureza emiten susurros suaves de promesa que en mi alma resuenan. Tú callabas. Sombras de pureza esconden tu sonrisa deseada de mi encuentro. Y yo, que la buscaba, desespero. Tú ríes a otro lado. Sombras de pureza ponen velos a mis ojos y alas a tu espalda y yo las sigo como si pudiese alcanzarlas. Sombras de pureza por la Luna proyectadas en tu cuerpo y antes en otros; quizá después también. Dime que las ves. Sombras de la pureza que tienen mis sueños al alba. En mis pies las llevo clavadas al alma. No las tocaré Sombras de pureza: - Si te haces llamar Quijote, debes a nosotras darnos nombre. Ves por qué te llamo Dulcinea.
Texto agregado el 30-03-2003, y leído por 321 visitantes. (5 votos)