No traes soluciones, llegas como golondrina sin primavera, es más,
Eres el ojo de la tormenta y yo no sé hasta que punto eres real,
Si siempre que llegas te creo, y luego te vas, surcando aguas conocidas
Dejando tus huellas sobre cristal líquido.
Aprendí a vivir sin aire porque cada vez que tú llegabas me asfixiabas,
Hasta que nuevamente decidías partir,
Evaporándote,
Renovando los espacios vacíos.
Para ti todo es un juego, pero apuestas con dinero ajeno.
Eres el intruso que roba mi correo,
El embudo del eco en mi cabeza llena de aire,
La certeza de mis dudas capitales.
Eres la red de tabiques que parcela mis múltiples identidades,
El generador de las frases conocidas, de los ciclos, de mi vida
Eres el transformador de mi amor en odio, de mi odio en amor,
El que trae y lleva mi dolor, yo sólo soy un recinto de custodia
Eres el ingeniero de mi razón, la belleza del pensar.
El carnicero de mis alas rotas,
Y también el injerto que me permite tener un nuevo par.
Eres un niño en huelga de hambre.
Eras mi compañía de cada noche, cuando salía a pintar las estrellas,
Eres mi espejo, mi alfeizar, mi reflejo, mi paraguas,
Mi escondite,
Yo soy el tiempo que perdiste.
Eres pichón y cielo,
Cuento y silencio,
Carretera y freno,
Un infierno que no me sorprende y el responsable de mis ojos desabridos.
Eres la historia de mi hoja en blanco,
Mis tabúes, mis instintos, mis ataúdes.
Mi velero en tierra, el humo de mi cigarro,
El costurero de mis labios cerrados.
Eres mi sicario,
Mi tendencia a morir cada dos años,
La febrícula silenciosa de mis oídos.
Mi crónica y la sugerencia de mi biografía.
El matasanos que operó mi alma gitana,
El artesano de mi espalda quebrada.
El marrullero que me compró el alma,
Eres el amor de mis fantasmas.
Eres la peste que marchitó mi jardín,
Y el abono sobre el que volvía a florecer,
Eres el bulbo de la esperanza,
Y la mano negra que corta la flor.
Eres el botón de emergencia,
El interruptor encendido que mantiene cohesionado mi retrato.
El manual de instrucciones del fracaso
El mejor amigo de mis sueños cansados.
Del concierto del silencio y el bramar de las montañas,
Eres la nota más alta.
Eres el viento que azota mi ventana clausurada
Sencillamente eres una bomba de tiempo
El que descose mis bolsillos,
El que quema mi granero,
El hijo de puta que me permite seguir viviendo.
Eres el que habla al oído y revive los cadáveres frescos
Y cuando salto al vacío para huir de ti,
Eres el resorte que me devuelve al infierno.
Porque cuando subo los peldaños y siento que no avanzo,
Estás tú abajo hundiendo la escalera.
Eres una mancha en la nada
Dentro de la mancha mi universo
En su centro,
Tres puntos imperceptibles formando una línea
Y yo que no veo nada,
Que tengo la cara mojada,
Me dejo convencer por ti, otra vez,
De que soy el vientre de esa línea difusa.
Así es como me haces sentir,
Donde habita el olvido,
Dentro de una mancha en la nada
En el centro de mi universo.
Así es como me dejas cada vez que vas y vienes,
Con la cara mojada,
Y convencida,
De que soy el último punto, de tres puntos suspensivos.
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