Mil alaridos bañados en aromas de melocotón
Mil lamentos acompañados de palabras de aliento
Un soldado suicida mandado al destacamento
Cientos de caricias recibidas por compasión

Rosas prohibidas para el pais de los juramentos
Almas vendidas, regaladas, por dos pesetas nada más,
Perdidas como siempre en el pais de los quizás,
Palabras que no se escuchan, en el pais de los atentos

Canciones de cuna, para los que nunca duermen
Despertadores para los que nunca dejan de soñar
Una cancion para quien no puede cantar
Un billete de ida, para los que hoy ya vuelven….

Cientos de razones infundadas en mis manos
Quizás alguna, alguna vez, merecio la pena
Varias catastrofes en cadena
En la agitada memoria de los ancianos…


Maldita sea mi mente,
Por sacarte de la nada
Para hacerte imposible eternamente…