Es de noche y estoy solo. La soledad, que a veces tanto disfruto es, en estos momentos, una carga insoportablemente pesada. Algunas veces he logrado ignorarla diciéndome que no hay tal, que estoy conmigo mismo y entablo diálogos interiores que me distraen y consuelan.
Soy un hombre incomprensible y sorprendentemente fiel, hoy, sin embargo, invade mi mente la imagen de una bella dama ante la que una vez ya estuve a punto de ceder y que hoy se acerca a mi, atractiva y seductora y yo me siento solo, débil, vulnerable y dispuesto a ceder.
Hoy quiero hablarles de
Ella
La seductora amante que me acosa.
Nos hemos vuelto a ver,
yo de soslayo, pretendiendo fingir indiferencia;
ella segura, audaz, provocativa,
haciéndome sentir que no hay remedio,
que no intente evadirla, que no luche,
porque al final, inevitablemente,
me atrapará en sus redes,
seré suyo.
Trato de estar sereno, ser ecuánime,
permanecer en calma, estar tranquilo;
pero sé que es inútil, no hay remedio,
tarde o temprano cederé.
quizá sea hoy, no sé, tal vez mañana
o dentro de un instante, nadie sabe,
pues su llegada es siempre impredecible.
Asumo una actitud de gran desprecio,
pero en el fondo sé que estoy dispuesto a ser su fácil presa
porque ella me encanta, me seduce,
me fascina, me atrapa, me enamora,
definitivamente la deseo.
Quiero ser suyo ya, no me resisto,
me cautivan su gesto, su sonrisa, su actitud, su ademán,
el timbre de su voz que ya adivino,
el tan imaginado enervante placer de su presencia
conduciéndome a un clímax de delicias. .
Quiero yacer inmóvil, sin defensa ni resistencia alguna,
inerte y dócil, aceptar que me abrace y que me abrase,
que se prenda a mi piel con su caricia,
intensa, deliciosa, prolongada;
que provoque el deleite inmensurable
de un orgasmo sin fin jamás gozado.
Quiero decir su nombre
en un grito sin voz que mi alma emita,
con firme devoción, en amorosa entrega
sutil plegaria, invocación ferviente,
fórmula mágica que abrirá para mí la tan ansiada
puerta que cruzaré para olvidarlo todo.
Su nombre cadencioso, sonoro, impresionante,
majestuoso, rotundo, lleno de sugerencias y misterio,
que significa todo y también nada,
que minimiza todos los deseos,
demoledor de sueños,
conciliador de todas las batallas,
utopía y realidad,
que es infierno y es gloria.
Mi seductora amante les presento:
Ella es Thanatos..... ¡Diosa de la Muerte!
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