La sangre se agita como mar embravecido en las venas azules de mi cuerpo dolido. La mente se alborota con presagios oscuros de vivencias ocultas de sabor impuro. La locura cabalga en corceles negros destruyendo a la razon de ribetes inciertos. Las manos se contagian de temblores ajenos el corazon estalla dentro del pecho. De la boca entreabierta fluye la espuma blanca los ojos llenos de miedo sin atinar a nada. En un segundo te pienso solo tu presencia basta para amansar mis desvelos y navegar por la calma.-
Texto agregado el 13-04-2008, y leído por 101 visitantes. (1 voto)