Inicio / Cuenteros Locales / daicelot / Al final cuando brilla el día
[C:347385] | ||||
No sé cómo plasmar esto. Hay una imagen que me precede. Una imagen que quisiera traspasar a líneas. La he visto frente a mí, ya escrita, pero no sé cual es el orden racional de las palabras. No sé que significantes debo usar, los matices que deben ser puestos, para que mi idea, la visión, quede traspasada. No sé cuanto necesito pero creo que puedo lograrlo. Creo que la única forma de lograrlo es intentar. Rozar la incoherencia. Intentar bordear el asunto y empezar por decir, por tosco que suene, de qué se trata. Parte en un campo. Un campo lleno de trigo, amarillo. Es como un cuadro de Van Gogh, con esa viveza, con ese onirismo expresionista, tan puro y sencillo, tan rural. Empieza con este trigal y también pienso en el Missisipi o Mark Twain. No debería decirlo porque la inclusión de esos nombres me hace perder la idea. Sin embargo esos nombres me remiten a esta imagen. Al trigal donde podría haber un Tom Sawyer envejecido recreando con círculos y espirales la carretera. También pienso en una carretera. Larga y atravesando un desierto. Un desierto de Estados Unidos, algo de los sesenta, quizás los cincuenta; con ese tipo de publicidad con dibujos, esas mujeres sonrientes, nuevas amas de casa, el estallido de una nueva economía luego de la depresión, un despertar. Un despertar aletargado, teñido de pasado, con conciencia de ese pasado, o sea, un recuerdo. Un recuerdo de un campo de los cincuenta en algún lugar de Estados Unidos que tiene trigales que evocan a Van Gogh. Una infancia en ese sitio, o una vejez, es prácticamente lo mismo. Si es un viejo, debería ser en la década del sesenta, del siglo diecinueve, poco tiempo después de la guerra civil norteamericana. Un viejo fumando una pipa, al borde de un pantano, aunque esa es otra idea, de seguro, una idea prima, no es la misma idea. Esta otra idea está más llena de otro tipo de fuerza, es una serie de fotogramas de cámaras caseras, las súper 8, típicas. Si se ambienta en Chile debe ser más antiguo, más antiguo todavía, antes de la guerra contra España, o quizás después, no sé en qué punto, quizás en los veinte del siglo veinte, en los tiempos que vivía todavía María Luisa Bombal, la transición entre caballo y auto, con muchos huemules todavía, con yaganes también. Cerca de los yaganes quizás. En el golfo de penas, algo así como una tarde cualquiera del día más feo del año, con un viento tozudo sacudiendo las crines de una yegua, en la patagonia, con guanacos. |
Texto agregado el 13-04-2008, y leído por 174 visitantes. (0 votos)
Para escribir comentarios debes ingresar a la Comunidad: Login |