¿Quién es la persona que se encarga de transmitir las costumbres más típicas de los pueblos, o sea, su verdadera cultura? Lo que forma a un pueblo es su cultura, transmitida de año en año.
Hoy, los nuevos medios nos enlazan fácilmente a lo que proviene del exterior; aquellas cosas que son como tinta roja, entremezclándose con tinta azul (o sea, el legado del pueblo mismo). Ambos son colores muy atractivos, pero si el tinte rojo se mezcla con la azul en mayor proporción, obviamente que predominara más la roja, y de la azul quedaría un tono que alberga su presencia en la mezcla, pero pobre.
De esta forma nos “mancharemos” si nos dejamos invadir por cosas o modas nuevas. Nuestros padres nos dejan de herencia su significado del legado del pueblo, valiosa herencia que representa tanto nuestro folclor como la moral y las buenas costumbres, y culturiza, como años atrás lo hacia.
Al considerar a la tierra como nuestra base y hogar, y al deber que significa estar unido a la herencia, lo representaremos como una cadena de barro, ligadura muy sensible a un cambio en nuestra vida. Desde el momento en que uno se aparta de su cultura paternal, la cadena que lo mantenía unido se romperá, y echara a la basura.
Actualmente el hombre codicia lo nuevo, para alargar su vida de mil maravillas. La moda de las novedades florece la vida del hombre, y moldean su propia telenovela – vida de película - . ¿A poco es anticuado o aburrido absorber la misma historia o reglas, transmitidas por gente ya muerta?
Como si se tratara de volver al pasado, aquellos personajes entregaron sin querer lo que hoy por voluntad propia se llama cultura: De no haber existido latín, tampoco el español; sin carabelas, no se encontraría América; sin Alejandro Magno, tampoco las conquistas; sin el Arte Gótico, tampoco los que le vinieron después (o en este caso surgirían otros); de no haber existido Maradona, todo sigue igual. Aparte de desconocer la Historia Universal que no representa ninguna invalidez, en nuevamente ignorar la precultura, de donde nació la cultura.
Ahora ¿Cuál es el deber que tiene uno en la vida? El bien, pero de retransmitir lo que nos retransmitieron y aquello traspasarlo a nuestros hijos. La cultura Hip Hop, sectas que lo son, Neonazi, los que pertenecen a un partido o a aquellas “tribus urbanas” y otras novedades, no podrían trascender como lo que es común para todo mundo, como lo que es llevado de generación en generación. No puede ser cultura aquello que dañe inocentemente y esparza sus minorías como cebo colocado en caza de pescar – y a veces, la cuerda se rompe y nos sentimos libres de aquel dominio -.
Si aun así sentimos la plena voluntad de abandonar ese legado, tomar un camino distinto que oriente su ideología noventa por ciento a su apariencia, o nos sintamos capaces de arreglar el mundo, con sangre o venganza, y creamos que nuestra “cadena de barro” se ha roto, si, se rompió, pero nunca nos soltaremos totalmente del rastro de la cadena – rompimos la cadena, pero no abrimos el candado -, y del candado siempre estamos unidos, y la llave no existe por la sencilla razón de que la crianza de tus padres nunca se te despegará, en buena o en mala.
Y si quieres volver al legado del pueblo, regenera tu barro y empieza de nuevo.
|