Ningún disfraz podrá ocultar durante mucho tiempo el amor donde esté, ni fingirlo donde no exista. Emilio Popoca.
Efigie de la beldad femenina,
Edén de sahumerio a rosas,
que dejas perennemente en mi alcoba,
para respirar hasta el fondo de mi alma,
los líquidos placenteros que tu piel derrama.
Ávido indago tú presencia,
la alcoba en penumbras,
una candelilla que sólo alumbra,
tú atavío reposando en el tálamo
sin tú silueta reposando.
Vuelo y me asumo al viento,
hasta acariciar con él tu cuerpo,
te envuelvo entre el céfiro a tú encuentro
arropándote, sin dejar que te marches de nuevo,
¡vuelve! ¡ven aquí! ¡Edén con aroma a rosas!,
¡Musa de mis letras y palabras!,
¡Inspiración de mis notas al clarear el alba!,
¡Efigie de la beldad femenina!
No quiero que te vayas,
no abandones nuestro lecho,
quédate aquí, quédate ahí…
en el tálamo donde ahora solo yace…
tú silueta marcada,
y… los líquidos placenteros, que tu piel derrama..
|