No te mueras, hoy no, no es un buen día para que lo hagas, el cielo está muy limpio, ni una sola nube para que te llore, no te podés ir así, tan desapercibido, alguien deberá llorar y no quisiera ser yo, ya no quiero hacerlo. Muchas lágrimas para una sola persona, fue suficiente, lo sabés, así que entonces no lo hagas hoy, esperá que lleguen otros, ya están avisados, y aunque enojados prometieron venir; un día, quizá dos y yo me podré ir en paz sabiendo que alguien va a ocupar mi lugar. ¿Por qué lo hiciste? sabías bien que terminaría mal, viste como se comió a otros, algunos tan cercanos que no pudiste hacerte el distraído, lo sabías pero no paraste, ese patético egoísmo, tan patético que está terminando con tu vida y curiosamente hasta con tu propio egoísmo, tanto pensar en vos te terminó matando, imbécil, increíblemente imbécil, tantas señales de alerta y no supiste reaccionar a tiempo. Doce años tenías y encendiste tu primer cigarrillo, un asco, pero que aventura, te sentiste distinto, mayor, aunque en tu interior sabías que eras un niño tonto presumiendo, después llegó el segundo y ya no paraste mas, miles de días, decenas de miles de cigarrillos, pero tus pulmones dijeron basta para mi, bingo, cáncer.
Querido amigo me voy, te dejo morir en paz.
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