En cada desmallo momentaneo desaparecia el dolor...


Tus navajas dentro de mi, era como si fornicara con dos hombres, cuando entraban y salian desgarrando mi espalda se rompia,
mis muslos se tensaban. No podia dejar de jemir era algo inevitable al igual que sentir placer.
Se que me mientes, es gigantesco tu oscuro milagro de burla, pero eres mio dentro de este pedazo de retraso lujurioso; se sigue repitiendo ahora mismo...
era la libertad del erotismo el poder ver tu pelvis venir y alejarce de mi entrepierna; sentia tu apetito a mi falta de cordura durante un desquisiado desconecte...

Tus ojos se disparaban al verme desnuda...

No era yo, aveses el deseo se apodera de la mente y es el responsable de nuestros encuentros, tu, si eres el mismo tan pervertido como antes de tocarme...


... ya no sentia que me penetraran las filosas armas, era entonces cuando el dolor se apodero, me desangraba sin miedo; tu cara de orgasmo era evidente, verme morir
mientras te venias dentro de mi vagina destrosada. Era nuestro ultimo acto encontrando la muerte.