Luego de eso, entre sudores y gritos Izharwik despertó, horrorizado ante su sueño decidió salir y recorrer los desiertos bajo las tinieblas de la noche…nadie sabe que buscaba, pero dicen que una siniestra sombra a lo lejos lo atrajo….


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Izharwik, caminó durante siglos en busca de aquella sombra oscura, hasta que se dio cuenta de que no era más que una nefasta ilusión creada por la mágica y hermosa flor de cristal…la ilusión de poder mirar por única y última vez esos terribles ojos, los ojos que cautivaron a su maestro y terminaron por destruirlo…

Al darse cuenta de que la ilusión no era mas que un oscuro cielo en las frías y vacías noches de Oprahis pudo comprender el engaño, se dejó caer… se tendió de espaldas en el desierto, respiró profundamente por última vez los aromas de aquel universo en el cual el destino lo puso, cerró sus ojos, empuñó su espada, la espada de Aakthon e inició su marcha hacia los abismos de Bratjhas…

Durante el viaje tiñó algunos pozos de agua con la sangre de los esbirros, también arrasó con mas de algún demonio que salió a su encuentro, ya no creía en nadie, ya ningún esfuerzo tenía sentido, ni siquiera la sangre derramada por los ángeles de aquel en las celestiales batallas…

Siglos más tarde llegó a la región de las cavernas y abismos de Bratjhas, descansó un par de noches entre las rocas, hasta que un día al ver salir el primero de los soles avanzó hacia el abismo en el cual Aakthon se suicidó, casi no podía ver el fondo… y caminando hacía el borde alzó su espada, la espada de su maestro…

Izharwik usó ambas manos para levantar la espada, miró de frente al primer sol del amanecer, sus ojos desafiaron a aquella estrella y atravesó su propio cuerpo con el arma de su maestro, la poderosa espada destrozó al joven demonio, que con su ultimo aliento dio un paso al frente para caer al abismo…las rocas completaron el trabajo…la esperanza de Oprahis ha muerto…

Fin….