Amor:
Llegaste con la dulzura oculta, aquella que no alcancé a imaginar en tus palabras llenas de indiferencia. En tí, encuentro pan con azúcar agria, una delicatessen sabor a menta fresca, un vahío adictivo y unas vidas pasadas desconocidas...
Amor, ya no queda tiempo para culparse, sólo estamos encerrados en un obelisco, dispuestos a perpetuarnos en las sombras de este sol suicida...
Oh! si sólo contuviera la soledad para albergarla en mi ser, hecha un sin fin de cenizas que hierven en los labios de la niña nueva, que emerge de las historias contadas a sus cigarros, hechos una humareda de pecados que convergen en esta latencia enferma
en las caricias y los días fríos, cual abismo pasado de nuestras vidas, que ya convertí en un NOSOTROS
ante la locura más viva que nunca...
¿Dónde van a parar las tardes tristes sin tu piel?
cual regalo predilecto del invierno que me perturba el dormir...
Sol, no te escapes, si te esfumas, ¿dónde iran mis sueños tallados en tus pupilas tristes? no vayas a ningún lado sin mis brazos atados a las consecuencias rituales del amor, al dorado delirio de las bocas deshechas de besos...
A veces, me habla la lluvia en versos, mojando el hervir de mis labios secos. Yo no sé de emanar suspiros sensatos, no sé de conservar la humedad del tiempo...no dolerá, no duele, si logro contener la historia, escribiendo con un rostro falso y alimentando con palabras el norte de tu pálpito...
Ojalá olvidara hasta tu nombre, y lo ahogara en el fondo de los mares secos, o lo escondiera en la salina espera de la nueva entrega a la marea...
Ya ves, sigo decorando los días para hacerlos nuestros, las mañanas enteras para despertarlas con un abrazo prolongado hasta el doceavo intento del reloj por sacarnos de la amnesia del deseo...
No es que haya perdido el sueño, estoy reparando las noches con el almíbar de tu cuerpo...
Dónde ir si no tengo más lugar que tus ojos, no tengo más caricias que las que perdiste en mi cuerpo.
Recuerdame por las fechorías cometidas contra mi misma, esa noche que confundí las estrellas con un ahogo arrítmico, cuando te ví a paso lejano, con el tiempo completo, y la silueta que blanqueó
todo verbo melancólico... y quise dar todo para dejar mi pasado, en el propio invento de tu amor... |