Esta mañana en la casa de los osos el primero en despertar ha sido Pepito, que casi no ha dormido. Estaba nervioso porque hoy es su cumpleaños. Se levantó dando saltos de alegría y gritando: “Es mi cumpleaños, que bien, que bien”. Ha despertado a papá Pepote, a mamá Felisa y a su hermana Rosita. Fueron todos a desayunar y cuando terminaron salieron al campo.
Pepote dijo a los ositos: “Vamos a coger piñas y las pintamos de colores para decorar la casa”. Mamá Felisa cogió frutas para hacer un pastel. Cuando volvieron del bosque, Pepito y Rosita fueron a invitar a sus amigos a la fiesta de cumpleaños de Pepito.
Se encontraron con el conejo Manchas y le dijo Pepito: “Te invito a mi cumpleaños”.
También invitó a la ardilla Colita y a Roky (un zorrillo amigo del caracol Patrás) y a más animalitos. Mientras tanto en la casa, Pepote y Felisa preparaban todo. Pepote colgaba las piñas por el techo pintadas de colores, rojas, verdes, azules...
Felisa había hecho bocadillos y pastelitos y al llegar los ositos Pepito se puso muy contento porque estaba todo muy bonito. Al poco rato empezaron a llegar los animalitos.
La ardilla Colita venía saltando con una cesta de nueces que regaló a Pepito y Manchas el conejo con una jarra de miel. Todos se sentaron a merendar.
Cuando llamaron a la puerta, Rosita se levantó de la silla y fue a abrir, era Patrás el caracol que venía a la fiesta. Como vino tan despacio tardó en llegar, pero llegó a la tarta.
Pepito estaba preparado para soplar las cinco velas, de sus cinco años; le cantaron cumpleaños feliz, se lo pasaron todos muy bien. Luego los animalitos se despidieron y se fueron a sus casas.
Cuando Pepito y Rosita se fueron a la cama, mamá Felisa y papá Pepote le contaron a Pepito lo felices que fueron cuando él nació tan chiquitín, hace ya cinco años, y también dos años más tarde cuando nació su hermana Rosita. Estaban tan contentos. Pepito besó a papá oso y a mamá Felisa y dijo: “Gracias por todo, os quiero”.
|