Había una vez, cuatro chicos como todos los chicos, eso sí, los cuatro eran amigos. Uno era Franco, otro era Lucas, otro Fede y otro Matías. Un viernes, la seño Ana les dijo a los chicos del Pío XII de 3ºB que el lunes que viene se iban de campamento toda la semana. Y les avisó que este fin de semana vayan preparando los bolsos así el lunes ya tenían todo listo. Los cuatro amigos hicieron caso y esperaron ansiosamente el lunes.
Luciano, un chico al que no le gustaba jugar al aire libre, no le parecía buena la idea de ir a gastar energía trepando árboles, explorando a la noche, pescando, y todo lo que se puede hacer en el campo. A él le parecía mucho mejor estar cinco horas seguidas concentrado en la computadora o en la Play Station. Así que agregó a sus bolsos su video juego a pilas.
Llegó el lunes y apenas arrancó el micro del viaje todos los chicos empezaron a gritar:-¡Bariló, Bariló, nos vamos a Bariló!-
Mientras todos gritaban, los cuatro amigos empezaron a charlar y a jugar a saludar a la gente por la ventana. Lucas y Franco adelante, Matías y Fede atrás. Al llegar, los chicos empezaron a gritar:-¡Bariló, Bariló, llegamos a Bariló!-(Ellos gritaban eso solo porque iban de viaje, no porque iban a Bariloche.)
Cuando terminó el griterío, la seño dijo:-Bueno chicos, salimos, buscamos un lugar y armamos las carpas.- Pasaron días de diversión y el jueves pasó algo que no creo que se lo imaginen.
El mismo jueves, a las doce de la noche la seño despertó a todos, los reunió y les dijo:- Ahora chicos llegó el momento de ir a explorar con sus linternas, y no se vayan muy lejos.- Como siempre, Luciano, se quedó en la carpa jugando a sus videos juegos a pilas.
Franco, Matías, Fede, Lucas encontraron una cueva. Franco y Lucas decían:-¡Entremos!- Matías y Fede decían:-¡No!- Y Franco dijo:- Bueno, si ustedes no quieren entrar nosotros sí vamos a entrar.- Y fue así, Lucas y Franco entraron y Fede y Matías se quedaron afuera. Y enseguida Matías y Fede se decidieron y dijeron:- Bueno, entramos.- Entraron y después de una larga caminata vieron un tesoro, sin saber que detrás de ellos los esperaba una momia.
Lucas se dio vuelta y dijo:-¡Una momia!¡Corramos!- y Matías dijo: -¡Justo del lado de la salida tiene que haber una momia!- Corrieron lo más rápido que pudieron, y rápidamente la momia se quedó atrás, sabiendo que más adelante había más de las suyas.
Matías al ver adelante suyo y de sus amigos a las demás momias exclamó:-¡No hay salida!- Y Franco dijo:-¡ Miren un agujero en esa pared!¡Entremos, rápido!- Entraron, y de inmediato una puerta de piedra los encerró. El lugar era aterrador y aún así, tuvieron que dormir ahí. La seño los buscaba desesperadamente.
Al día siguiente, Lucas se despierta primero y encuentra una salida, y enseguida despierta a sus amigos y les avisa diciendo:-¡Che, despierten, encontré una salida! Salieron, buscaron a la seño y le contaron todo. Fede le contó lo de las momias, Franco lo del agujero en la pared, Lucas lo de la salida y Matías lo del tesoro. La seño no lo podía creer, los chicos le insistían y la seño finalmente creyó. Entonces la seño llamó por teléfono a unas personas para que rescaten el tesoro y lo pongan en un museo. Los felicitó a los cuatro por encontrar el tesoro. Para los demás chicos fue un simple campamento pero para ellos fue una aventura. Y la leyenda del tesoro y de las momias dice que el que quiera robar el tesoro se le aparecía una momia que le daba un gran susto.
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