El resto de mi vida lo viví dentro de un cuarto obscuro y húmedo.
Nunca más hurgue por la basura de esta o alguna otra ciudad para encontrar lo que sea.
Ahora vivo preso de mi razón dentro de una cajita hecha de huesos.
Me encuetro bien acobijado aqui, arrugado y apretado tal a una uva pasa dentro de un envase.
Desde este lugar hago mi trabajo, que no es mucho. Juego a ser el empresario y gano bien, solo recivo y doy órdenes por una medula espinal.
El Cerebro.
Texto agregado el 15-04-2004, y leído por 248
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