Despiertas de un profundo sueño y te das cuenta de que falta poco tiempo para que amanezca. Lo sabes por la poca luz que penetra por la ventana abierta que esta a tu derecha y que permanece intacta con sus cortinas abiertas, tal y como la encontraste cuando entraste por primera vez en esa habitación de paredes rosas. Miras a tu derecha, sobre el lado de la cama que reposa junto a la pared y debajo de la misma ventana verás a una joven que mientras la observas permanece aún dormida.
Levantas tu mano izquierda y la colocas sobre tus ojos cerrados para oscurecer tu entorno y así recordar lo que sucedió horas antes de que despertaras. Estas conciente de que esa no es tu habitación. Sabes que eres tú quien está robando espacio en la cama y que esa misma cama que esta en una esquina de la habitación, junto a una de las paredes rosas con la ventana y las cortinas abiertas pertenece a la joven que reposa a tu lado.
Por segunda vez miras a tu derecha y observas de nueva cuenta a esa joven. Te das cuenta de que aun duerme y te parece que tiene una ligera sonrisa en su lindo rostro. Esa sonrisa que te hace pensar que ella está soñando algo hermoso. Piensas en lo bella que es y te da ternura su manera angelical de dormir. Te gustaría mucho besar su frente, de manera suave remover los cabellos que caen sobre ella y abrazarla por la cintura. Piensas que debes acercarte para besar sus labios pero te detienes al pensar que eso la despertaría y no quieres perturbar su apacible sueño.
A tu mente llegan los recuerdos de manera fragmentaria. Un beso, la oscuridad de la habitación, un baile y un abrazo. Poco a poco tratas de acomodarlos cual si fueran piezas de un rompecabezas y una vez que lo completas lo piensas, lo recorres y lo palpas mentalmente. Recordarás que todo comenzó la noche anterior en un baile al cual asistieron los dos siendo amigos.
Llegan juntos al baile, acompañados de otras amistades. Haces lo posible para permanecer cerca de ella. Aprovechas que no hay nadie sentado a su lado y tomas ese lugar. Amistosamente colocas tu brazo en su cintura. La miras de perfil y observas su belleza. Todos se animan a bailar, sólo tú permaneces sentado. Piensas que la siguiente persona que debe bailar con ella serás tú. Cuando vuelva a su lugar le dirás que la próxima canción la deben bailar juntos. Lo dirás y ella aceptará.
Bailas con ella tres canciones y cuando estén exhaustos los dos se sentarán a descansar. La noche transcurrirá entre la alegría de todos y tú sueñas despierto que ella puede ser la mujer que estas esperando. Te ilusionas de pensar que podrías ir más allá de la amistad. Has querido besarla la noche anterior, mientras conversaban los dos a solas pero te ha detenido el miedo a ser rechazado. Sabes que esta puede ser tu noche. La noche en que te animarás a abrazarla y mirarla fijamente a los ojos para luego besarla de manera delicada. Te imaginas que será un beso lento, que los movimientos de tus labios se acoplarán con los suyos, ambos cerrarán los ojos y a tu mente vendrán todas esas expectativas que alrededor de su belleza interna y externa te has creado.
Después del baile te incorporas al grupo de amigos y amigas para beber un poco. Permaneces a su lado todo el tiempo. Te acercas a ella, platican, siguen bailando juntos, se detienen y siguen conversando. Cuando llegué el momento de partir, de ir a descansar te iras a su lado para poder despedirte de ella de la forma que más anhelas. Al llegar al hotel todos se irán a sus respectivas habitaciones, incluso ella. Minutos después de que entre a su cuarto, tú tocas su puerta y entras con el pretexto de devolverle unos discos. Ese corto tiempo en el que entra a su habitación es el suficiente para que se ponga su ropa de dormir. Le devuelves los discos y te acercas para abrazarla. Ella te abraza. Recorres con tus manos su cabello, la miras directamente a los ojos. Te acercas aun más con la intención de besarla y sientes un escalofrío que recorre tu cuerpo por la ansiedad de tocar esos labios y por el miedo de ser rechazado.
Se besan por un instante que a ti te parece el momento más bello y más eterno de tu vida. Es un beso que trasciende precisamente por ser tal como lo imaginabas. Te formas más expectativas, sabes que no es un beso cualquiera y no quieres que lo sea. Estas dispuesto a todo por ir más allá, no físicamente puesto que la respetas. Quieres ir más allá en el sentido emocional. Sabes que estas listo para comenzar una relación más seria, estas dispuesto a entregarte en todos los aspectos para que esa relación funcione.
Después del beso ella te pedirá un momento para ir al baño, no quieres dejar de abrazarla porque temes que eso signifique que debas ir a tu habitación. Ella te pide que la esperes solo un poco. Lo haces. Te recuestas en la cama para descansar los ojos. Momentos después sientes un cuerpo que se acuesta junto a ti. Abres los ojos y la ves. Permanecen así por unos minutos, el cansancio y el sueño se irán apoderando de ustedes y te animas a decirle que es mejor que se acueste correctamente, es decir, bajo las sábanas. Ella lo hace mientras tú te levantas para apagar la luz de esa habitación color rosa. Te acuestas a su lado, en la orilla de la cama. Sabes que ambos deben descansar puesto que sólo faltan un par de horas para que amanezca y deberán realizar cada quien sus actividades. Cierras lo ojos y te duermes.
En pocas horas despertarás de un profundo sueño y te darás cuenta de que falta poco tiempo para que amanezca. Lo sabrás por la poca luz que penetrará por la ventana abierta que esta a tu derecha y que permanecerá intacta con sus cortinas abiertas, tal y como la encontraste cuando entraste por primera vez en esa habitación de paredes rosas. Mirarás a tu derecha, sobre el lado de la cama que reposará junto a la pared y debajo de la misma ventana verás a una joven que mientras la observas permanecerá aún dormida.
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