En cálida almohada junto a la chimenea
sueña el lindo gato comerse un ratón,
despierta de repente bosteza y ronronea
se lame las patas sin preocupación.
Su ama, en fino sillón durmiendo se encuentra;
el gato, con hambre directo la mira y busca su favor,
se le acerca, le maúlla, le acaricia, lisonjea,
más su dueña ronca y se acomoda con calido fervor.
Entonces el gato, busca la cocina
y mira su comida sobre un mesón,
más de nada sirve la lata mezquina
Deja al pobre gato con gran frustración.
Mira una naranja le parece vistosa
raudo la rasguña la muerde se entretiene
más aquella fruta, rueda por la baldosa,
lejos de sus garras bajo la nevera se detiene
Un frió aire nocturno asoma a la ventana,
se sube a al boquete que llama su atención
el sentimiento de salir, de su corazón emana
¿Lograra darse al gato alguna ocupación?
De curiosidad murió el gato, cita algún refrán
por naturaleza curioso sale al exterior,
cauteloso camina por la calle sin ningún afán.
Un instinto felino late en su interior.
Un chillido agudo el gato escucha,
que linda sorpresa en un gran ratón
de un restaurante donde comen trucha,
un pescado de estos, asalto el ladrón.
El gato lo examina lo mira lo espía
se acerca despacio respira su olor
se lanza al asecho por la noche fría
y por fin lo toma y empieza el horror:
un juego macabro empieza a jugar
dándole esperanza al pobre roedor,
se aleja, le toma la cola y vuelve empezar
lo deja lo toma con mucho vigor.
Al fin el gatito su cruel fantasía logra cumplir
se come el ratón y se lame una pata
y en su gran aventura se da un buen festín
sin pensar el gato en una viuda rata.
Regresa a su casa y saluda a su ama
ella lo saluda, y dice con sonora voz
pequeño gatito estaba preocupada,
Si saber que su gato es un gato feroz.
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