En los bosques de Caleta Olivia,
lugar donde nacio Cristina Fernandez,
presidenta de los argentinos,
actualmente hay un insendio indominable producto de la caida de un meteorito, que amenaza seriamente los pozos de petroleo de los Kisner.
Ella esta en Francia, dicen, para entrevistarse con el premier Zarkosy por el caso de la rehen Bentancour, pero en realidad fue a atenderse con un curandero llamado Quique Lux Carenta y Nueve,
para quitarse de encima la tan arraigada imagen de Eva Duarte de Peron, que le estaria impidiendo ser quien es.
Dicho profesional de las ciencias ocultas,
saludo a Cristina con un cachetazo de campo,
en su rodete tipico, o mitico, y agrego diciendo en el idioma de Victor Hugo:
-Basta de peinarse asi.
Despues le exigio que pronunciara, a modo de ensayo, su proximo discurso a decir,
y cuando ella en la prueba arrastraba las palabras, cual su idola preferida, era, o mejor dicho,
es mojado su rostro angelical, porque esto esta ocurriendo ahora mismo, con un bulgar pomo de carnaval, que no ha de costar mas de un maldito euro, mientrastanto se escucha de fondo,
la voz de ultratumba del mano santa,
por cierto bastante confianzudo, diciendo:
-Terminala con hablar de esa manera.
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