La Canción
Foto Nº1
(la mujer entra a una tienda de música)
Estaba en medio de todos esos CDs., ahí, semi destruido por el descuido de los compradores potenciales, quienes ciertamente se entretenían sólo tomándolo en sus manos. No había nada que hacer... El CD me miró, tenía ojos, como dibujados. Eran los ojos de una mujer, pinturrajeada, con plumas, definitivamente era una mujer diferente.
Sentí una enorme atracción hacia ella. No me importó el envoltorio, en este caso la carátula del CD. Me entusiasmaba la aventura de conocer su música.
-Lo compro.
-Señorita, el CD no tiene descuento por su estado. En todo caso se escucha muy bien. Además se trata de una de las divas de todos los tiempos, no se arrepentirá.
Aunque no era necesario tanto detalle, me lo dieron igual, de todos modos, claro está que para eso le pagan al tipo.
Foto Nº2
(la mujer saliendo de la tienda de música)
Me subí al auto. Mi auto, ese que con suerte sabía manejar. Era complicado, teniendo en cuenta que mi marido siempre me estaba criticando mi forma de conducir. ¡No sé cómo había podido sacar documentos bajo esa presión constante!
Dejé en el asiento del copiloto el CD. Ahí estaba ella, la diva, mirándome todo el rato. Bueno, está bien, te pondré... ¡Vamos a escucharte! Sí, aunque no lo crea nadie, nunca he dejado la vieja costumbre de hablar sola, mejor dicho, conmigo... Después de todo, sí soy alguien.
Foto Nº3
(mujer llorando en un auto estacionado en el estacionamiento de un supermercado)
¿Por qué? Decía la canción. Tantos por qué vinieron a mi mente. Todos aquellos que constantemente evadía en el medio de esa selva que era mi vida. Una vida en constante movimiento.
No podía dejar de llorar, no me importaba el tiempo que se estaba escapando de mi cartera. Tenía tanto por hacer, tanto por comprar. Y estaba ahí en medio de la nada y de todo al mismo tiempo, tratando de atesorar el segundo, el instante. Sí, esta diva me cantaba a mí. Esa canción era para mí, y sin duda yo lo sabía, por eso compré ese CD.
©® Carolina Aldunce
(06-04-2008)
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