Pensé en matarlo...
en repartir sus visceras y convertirlas en piezas de un puzzle macabro...
cortar su tráquea y fabricarme una zampoña
...sonreír en mi solo de sangre...
lo pensé.
Lo pensé y me cegaba el regocijo
ante la idea de llevarte al otro mundo...
mas no tenía un hacha en mi poder.
Texto agregado el 04-04-2008, y leído por 170
visitantes. (3 votos)
Lectores Opinan
06-04-2008
no es necesario mirarse tanto en el espejo jayuve
06-04-2008
Nunca hay que salir sin un hacha en el portafolios miradorlontano
05-04-2008
Es interesante ver parte del lado oscuro de una persona. arielit0