Uno siempre escribe cuando tiene algo que decir, pero qué pasa cuando tienes mucho que decir pero a quien se lo quieres decir no está, así que es mejor quedarse mudo, como en un letargo avasallador, hasta que llegue el momento de hablar.
Y es que hace tanto que no escribo, porque me la he pasado haciendo una vida, para después escribirla y ahora tengo ganas de escribir de decir tantas cosas,he aprendido como es que se vive y la única forma válida de vivir es ser feliz.
Ahora no puedo contar miles de historias que llevo en la cabeza, porque quizás no le interesen a nadie, porque sólo a una persona, sé de buena fuente, es a la que le intersan, y bueno ahora esta algo lejos, así que esperaré a que este para que escribamos juntos las mil y una historias que hicimos acompañadas de un sabor a medio oriente y con poquitito de azúcar.
Es que hoy en día no le encuentro gusto a contar historias irreales, mejor contar la vida misma es que es más divertida que la ficción; porque la vida nos brinda sorpresas imborrables y maravillosas.
Ahora sólo quiero decir, que no quiero escribir ficciones sino realidades, de esas que te roban aliento y no te dejan dormir, porque de eso se trata perder el aliento y dejar un poquito de vida en cada cosa que hacemos.
¡Bueno! porque no sólo se trata de escribir, sino de vivir lo que escribimos, meternos en esa letras y revivir lo ya vivido.
|