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Escribe: Luzyalegría


La pesadilla del desierto a cambio del sueño americano.

"Para los viajeros que han tenido que atravesar los desiertos son regiones silenciosas, sin agua ni horizontes, donde cualquiera se pierde. Espacios donde reina la nada, el vacío, el caos y, especialmente, la muerte." (Gabriel Trujillo Muñoz)

La frontera Sonora-Arizona (México-EU) es el receptáculo de un cuarenta o cincuenta por ciento de los casi 400 mil migrantes que anualmente México arroja en busca de mejores condiciones de trabajo, de mejores condiciones de vida, pero también Arizona está identificada como la entidad “líder” en los Estados Unidos para frenar la migración indocumentada. En esta región se registra el mayor número de pérdidas humanas relacionadas con el fenómeno migratorio (esto incluye muertes en el desierto que comparten Sonora y Arizona, muertes en la línea por no “atender” advertencias de la Border Patrol y muertes a manos de grupos de “resistencia civil” no legales, verdaderos cazadores de inmigrantes).

La cultura migratoria no es un fenómeno nuevo en México. Nuestros pueblos indígenas fueron nómadas, migrantes, andariegos, exploradores de su propio terreno; flujos de cultura que han sentado las bases para la actual migración interna, “los migrantes golondrinos”, que son aquellos grupos que dejan casas, terrenos, y peregrinan con toda la familia desde Oaxaca, desde Chiapas hasta los campos del Mayo, Caborca, incluso cruzan a San Felipe en Baja California. Movimientos poblacionales muy identificados que como aves tienen un ciclo en el cual se contempla el regreso a su nido. Pero es la otra migración, la que exige desarraigo, la que disfraza la mitad de la identidad y olvida la otra mitad en un rincón de precaria subsistencia; la que se lleva muchos años de esfuerzo para acumular los dos mil dólares para el “pollero” que lo pasará al “otro lado”, es esa migración la que duele, porque pasando una línea muta el nombre y le brota el apellido: inmigración ilegal.

El mojado, el ilegal, el indocumentado tiene la misma ilusión del golondrino, pero eso es precisamente lo que lo ciega, además del sol incandescente, las horas sin dormir, el basto terreno desconocido, arenoso, el ir con la vista en el horizonte sin ver que la tierra propia lo llama; cruzar el desierto no es cosa fácil…habitar el desierto no es fácil, entender sus silencio, someter la cabeza al rayo del sol, respirar despacio, acallar la angustia, vivir el segundo en que se dá el paso… viene el viento y borra la huella, queda serpiente y coyote, sol y espejismo, se ilusiona en un sueño que no entendió y muere.

Del desierto no solo surgen la cascabel y el coyote, se le enquistan humanos que son más peligrosos, sin escrúpulos; engañan, dejan a los hombres en el desierto de Sonora y les dicen que han cruzado, que están en Arizona, los abandonan en camionetas cerradas, sin ventilación, expuestos a su suerte; trafican con los niños y las mujeres que confían su destino a “una casa que les dará abrigo pasando la línea”. Los que pueden se quitan la venda, respiran el aire caliente y purifica la mente, se contagian de la paciencia infinita que labra las dunas, el gozo por lo poco, poco pero propio, entonces se quedan. Otros encuentran descanso bajo la tierra que pisaron y que calienta el sol.

Las leyes de inmigración de EU son claras: La pobreza y la falta de empleo en el país de origen no son causa para ser considerado como refugiado o asilado. Para trabajar necesitas tener la "Green Card". Me arde como el sol de medio día: no es la certidumbre que ofrece el sueño americano lo que hace que mis connacionales arriesguen su vida en la tierra que yo habito, es algo que se llama ilusión, creencia y necesidad, las tres configuradas de tal forma que parecen perpetuar el riesgo.

"El desierto está habitado por ángeles y demonios que reflejan nuestras ansias, nuestros sueños más íntimos."



En Hermosillo, desierto de Sonora, México


Texto agregado el 01-04-2008, y leído por 540 visitantes. (6 votos)


Lectores Opinan
04-04-2008 Las palabras no saben de muros, la música tampoco. Y el pensamiento nadie lo puede encerrar, es libre como el viento, como el aire que respiramos, como los sueños. maravillas
03-04-2008 Muros cade vez más altos, operativos frecuentes con tecnología cada día más perfeccionada, todo para tratar de contener el flujo migratorio. ¿Y de qué sirve todo eso cuando la ley de la oferta y la demanda se impone? Los ríos de migrantes latinos en busca de empleo no dejan de fluir hacia los Estados Unidos. Según estadísticas de la Oficina del Censo de los Estados Unidos, actualmente hay 31.7 millones de hispanos en su territorio, lo que representa 11.7% de su población total, de ellos, casi 20 millones son de origen mexicano. Autoridades de México señalan que actualmente los mexicanos representan 65% de los 18 millones de latinos en Estados Unidos. Cada año, Estados Unidos deporta medio millón de mexicanos ilegales. Las redes de traficantes de migrantes cada día se expanden más. Los movimientos migratorios han aumentado de modo significativo en las últimas décadas haciendo valer un derecho a vivir dignamente en donde sea, derecho a emigrar y a permanecer, derecho a transitar con libertad por el mundo. La migración no puede ni debe ser considerada un problema, ha estado presente por muchos años. En un mundo de crecientes desigualdades y realidades atroces, migrar debe ser un derecho inalienable. Migrando se resiste, migrando se enfrenta la injusticia. Sólo la justicia social y económica a escala global podrá crear un mundo donde la migración no sea un mecanismo legítimo de salvación para millones de seres. Hasta que eso suceda, el reconocimiento del derecho de todo individuo a circular libremente por el mundo y a instalarse en el territorio de un Estado con plenos derechos civiles, políticos, económicos, sociales y culturales, sin importar el país de nacimiento, es la única solución justa. Excelente reflexión, lety, sobre una realidad que miles de seres padecen día a día. Dejo cinco estrellas. borarje
02-04-2008 Excelente y dolorosa tu columna. Creo sin equivocarme que a todos nos duele y nos da mucha bronca. No debería existir el sueño americano, me repugna de sólo pensar que vidas e ilusiones se pierdan para que una vez logrado ese sueño, si es que se logra, pasen a ser siervos de quienes se creen superiores al resto de los americanos. No debería existir esa migración, debería existir en cada país lo necesario para que cada uno ansíe vivir en su tierra. Me da mucha bronca que eso no suceda y me da mucha bronca que en el desierto mueran las ilusiones. Un texto fuerte sobre un hecho lamentable y doloroso. Felicitaciones Lucecita. Un beso y mis estrellas. Magda gmmagdalena
02-04-2008 Cazadores de hombres en busca de pan o libertad. Nadie habla de esos inocentes. No hay peor lobo que el hombre para el hombre, porque ese lobo-hombre mata sin necesidad. También matan el pensamiento y envenenan la naturaleza. La peor especie, sin duda son ciertos seres que al mundo vienen, pero no son humanos, son demonios. Buen trabajo de reflexión para tanta injusticia cometida. A unos les ofrecen visas, trabajo y casa (cubanos); y a otros los cazan como si fueran ratas (chicanos). No tengo estrellas sufientes para ti, pero el cielo está lleno y son tuyas todas. maravillas
 
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