SENTADO EN LA MESA DEL BAR
CON UN CAFE Y UN CIGARRILLO,
MIRABA POR LA VENTANA,
TU VENTA AL MEJOR POSTOR.
EL FRIO PENETRABA EN TU PIEL,
Y TU CUERPO SEMIDESNUDO,
SUFRIA LOS EMBATES DEL VIENTO.
COMO PODIAS ESQUIVABAS LOS MANOSEOS,
DE ESOS HOMBRES QUE QUERIAN SACIAR SU BAJEZA,
NI EL ALCOHOL, NI EL POLVO DE TU NARIZ,
PODIAN ALIVIAR TU DOLOR.
DE PRONTO ADVERTISTE MI PRESENCIA,
TAN SOLITARIA Y HERIDA COMO LA TUYA,
TAN TRISTE Y DESENCANTADA COMO TU VIDA.
TE ACERCASTE A PEDIRME FUEGO,
PERO TUS OJOS PEDIAN AYUDA,
TE OFRECI UN CAFE CALIENTE,
PERO EN REALIDAD, TE OFRECIA MI VIDA.
Y ASI NOS FUIMOS CAMINANDO,
SIN NECESIDAD DE PROMESAS,
A COMPARTIR JUNTOS, UN POCO DE COMPAÑIA.
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