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LECTURA Y ESCRITURA CLAVES INDISPENSABLES PARA LA UNIVERSIDAD.

Siguiendo a Jurado y Bustamante (1998) quienes consideran ”la escritura como una epistemología, una forma de aprendizaje, algo que tiene efectos sobre la conciencia del sujeto, en la medida en que la reestructura y la dimensiona en dinámicas que tienen que ver con la evaluación de lo que sabe y no sabe el sujeto”, podríamos potenciar la escritura como una estrategia de aprendizaje en el sentido de que evidencia la asimilación y apropiación de significados que exige la función informativa hasta la actividad cognitiva de reorganizarlos y producir un nuevo discurso.

2. TEXTO

¿LA ESCRITURA ES UNA TECNOLOGÌA?
Platón consideraba la escritura como una tecnología externa y ajena, lo mismo que muchas personas hoy en día piensan de la computadora. Puesto que en la actualidad ya hemos interiorizado la escritura de manera tan profunda y hecho de ella una parte tan importante de nosotros mismos, así como en la época de Platón no la había asimilado completamente, parece difícil considerarla una tecnología, como por lo regular lo hacemos con la imprenta y la computadora. Sin embargo la escritura constituye una tecnología que necesita herramientas y otros equipos: estilos, pinceles o plumas; superficies cuidadosamente preparadas, como el papel, pieles de animales, tablas de madera; así como tintas o pinturas y mucho más.

Clanchy (1979) trata el asunto detalladamente. Considera de cierto modo, que las tres tecnologías, la escritura es la más radical. Inició lo que la imprenta y computadoras sólo continúan: la reducción del sonido dinámico al espacio inmóvil; la separación de las palabras del presente vivo, el único lugar donde pueden vivir las palabras habladas.

Por contraste con el habla natural, oral, la escritura es completamente artificial. No hay manera de escribir “naturalmente”. El habla oral es del todo natural para los seres humanos en el sentido de que, en toda cultura, el que no esté filosófica o psicológicamente afectado, aprende a hablar. El habla crea la vida consiente, pero asciende hasta la conciencia hasta profundidades inconsciente, aunque desde luego con la cooperación voluntaria e involuntaria de la sociedad. Las reglas gramaticales se hallan en le inconsciente en el sentido de que es posible saber cómo aplicarlas e incluso como establecer otras aunque no se puede explicar como son.
La escritura o grafía difiere como tal del habla en el sentido de que no surge inevitablemente del inconsciente. El proceso de poner en escrito una lengua hablada es regido por las reglas ideadas concientemente, definibles.

Afirmar que la escritura es artificial no significa detenerla sino elogiarla. Como otras creaciones artificiales y, en efecto más que cualquier otra tiene un valor inestimable y de hecho esencial para la realización de aptitudes humanas más plenas, interiores.
Las tecnologías no son solo recursos externos, sino también transformaciones interiores de la conciencia, y mucho más cuando afectan la palabra. Tales transformaciones pueden resultar estimulantes. La escritura da vigor a la conciencia. La alienación de un medio natural puede beneficiarnos y, de hecho, en muchos sentidos resulta esencial para una vida humana plena. Para vivir y comprender totalmente no necesitamos sólo la proximidad, sino también la distancia. Y esto es lo que la escritura aporta a la conciencia como nada más puede hacerlo.
Las tecnologías son artificiales, pero -otra paradoja- lo artificial es natural para los seres humanos. Interiorizada adecuadamente, la tecnología no degrada la vida humana sino por el contrario, la mejora.
El uso de una tecnología puede enriquecer la psique humana, desarrollar el espíritu humano, intensificar su vida interior. La escritura es una tecnología interiorizada. No obstante para comprender qué es la escritura –lo cual significa comprenderla en relación con su pasado, con la oralidad-, debe aceptarse sin reservas el hecho que se trata de una tecnología.

REFLEXIONEMOS: LA ESCRITURA ¿ES O NO ES UNA TECNOLOGÌA?
Es…no es…es…al fin ¡¿qué?!

3. TEXTO

¿QUÉ ES LA ESCRITURA O GRAFÍA?
La escritura en sentido estricto de la palabra, es la tecnología que ha moldeado e impulsado la actividad intelectual del hombre moderno, y representa un adelanto muy tardío en la historia del hombre.

Es posible considerar como escritura, cualquier marca semiótica, es decir cualquier marca visible que un individuo hace y a la cual atribuye un significado. No obstante, las investigaciones de la escritura que la definen como cualquier marca visible con un significado determinado, la integran en la conducta meramente biológica.

El uso del término “escritura” con este sentido más amplio, para incluir cualquier marca semiótica hace trivial su significado. La irrupción decisiva y única en los nuevos mundos del saber no se logró dentro de la conciencia humana al inventarse la simple marca semiótica, sino al concebirse un sistema codificado de signos visibles por medio del cual un escritor podría determinar las palabras exactas que el lector generaría a partir del texto. Esto es lo que hoy en día llamamos escritura.
En este sentido global la escritura, las marcas codificables visibles integran las palabras de manera total, de modo que las estructuras y referencias sutilmente intrincadas que se desarrollan en el oído pueden ser captadas en forma visible exactamente en su complejidad especifica y, por ello mismo, pueden producir estructuras y referencias todavía más sutiles, superando con mucho las posibilidades de la articulación oral.
En este sentido ordinario, la escritura era y es la más trascendental de todas las invenciones tecnológicas humanas. No constituye un mero apéndice del habla, puesto que traslada del habla del mundo oral y auditivo a un nuevo mundo sensorial, de la vista, transformando el habla y por supuesto el pensamiento.

REFLEXIÓN: ¿Es verdad que la escritura es un invento tardío en la historia del hombre?
Es…no es…es…al fin ¡¿qué?!

4. TEXTO
¿Qué fue primero: la escritura o el lenguaje?

NATURALEZA DEL LENGUAJE
En la constitución del sujeto, el lenguaje adquiere una importancia vital, pues un individuo se convierte en parte de la cultura debido al proceso de significación colectiva del mundo que hace con este énfasis. Desde esta óptica, el lenguaje no sólo se asume como medio de expresión, sino como constituyente esencial del conocimiento, en cuanto espacio donde ocurre la significación.

La manifestación del lenguaje recoge todas las formas en que el hombre ha significado del mundo; por esto, mediante el lenguaje, el hombre lo aprende en todas sus dimensiones, es decir lo conoce y lo transforma. Por medio del lenguaje conoce la diversidad de conocimientos que ha producido; ha recorrido la historia; ha creado mundos ficticios; se ha acercado a los descubrimientos científicos; se ha mirado a sí mismo: sus maneras de organizarse, pensar, de ser; ha analizado el mundo, el lenguaje, la evolución del pensamiento y de los comportamientos humanos; ha visitado el futuro, descubierto la naturaleza y los mundos abstractos que no son evidentes...

Entonces, al potenciar el desarrollo del lenguaje se desarrolla el pensamiento y, por ende, el conocimiento; pues solo mediante el lenguaje es posible conocer. El lenguaje habla de los objetos de estudio, de todas las disciplinas o de todas las ciencias, o se toma así mismo como objetos de estudio; no obstante, las maneras como el hombre se acerca ha éste son siempre las mismas: lee, escucha, discute escribe, investiga sobre las temáticas que pretende conocer.
Desde este punto de vista, uno de los compromisos centrales de la educación, y por ende del lenguaje, es formar ciudadanos que reconozcan y resuelvan conflictos de su contexto; por ello debe facilitar la comprensión de las situaciones presentes en los ámbitos sociales, a fin de analizar sus relaciones y a la forma de participación a la que puedan aspirar sus miembros. La función por excelencia de la escuela es, entonces, facilitar la comprensión de los mundos que se generan en diferentes contextos de interlocución, ya sea en lo referido a los propios de la cotidianidad o a lo que se denomina orden de lo universal. Por tanto se requiere que las prácticas escolares se constituyan en instancia de reconocimiento de los saberes que portan los distintos actores educativos: estudiantes, maestros, padres de familia y los mediadores de la cultura que operan en la sociedad.

Para lograr esto es necesario considerar que la relación entre pensamiento y lenguaje es de doble vía: por un lado, el lenguaje es expresión del pensamiento y, por otro, el lenguaje es un factor indispensable en la configuración del pensamiento. Por esto el desarrollo del lenguaje es al mismo tiempo desarrollo de la capacidad comunicativa, lo cual es tanto indispensable para una socialización sana como estimulo para el desarrollo cognitivo de los estudiantes.
Por lo tanto, el lenguaje debe estar orientado, principalmente, al desarrollo de las competencias comunicativas básicas: hablar y escuchar, leer y escribir, teniendo en cuenta que comunicarse significa siempre decir algo a alguien. El objetivo del área es aprender a mejorar la capacidad de comunicarse.

Comunicar algo quiere decir que los ejercicios de lenguaje siempre deben estar referidos a circunstancias concretas vividas por los estudiantes, bien sea de la vida extraescolar o en las otras áreas escolares. En ese sentido, el lenguaje escrito debe ser construido a partir del desarrollo de la comunicación oral, y no como simple ejercicio de producir y decodificar signos escritos. El lenguaje debe manejarse como un sistema de signos.

Comunicarse con alguien significa que los alumnos desarrollen sus habilidades comunicativas en el trato con los otros. Ese trato debe ser tanto oral como escrito, y debe ser el clima o contexto de donde surge la necesidad de decir algo; de decirlo para lograr algo; de decirlo con cierta claridad, con cierta precisión, con cierta intención… ese alguien con quien se establece la comunicación puede evolucionar con el desarrollo cognitivo del estudiante, pero nunca se debe perder totalmente de vista. Inicialmente es un alguien inmediato, que esta enfrente; además con el desarrollo del lenguaje escrito ese alguien puede alejarse o puede pasar posteriormente a ser más masivo o anónimo, así como sucede en la literatura.
5. TEXTO

ESCRITURA COMO INVENCIÓN,
ESCRITURA COMO EXPRESIÓN
La escritura es considerada habitualmente como medio de comunicación entre los seres humanos. Pero toda escritura, incluso la alfabética, está hecha de signos y todo texto escrito, en consecuencia, consiste, además en el registro de un mensaje verbal, también un complejo figurativo constituido por la composición de trazos, curvas y dibujos del tejido gráfico. Es, pues, evidente que, sobre todo en determinadas circunstancias, es decir, cuando se confiere deliberadamente un valor particular al aspecto figurativo de la escritura, todo escrito, junto a una función de trasmisión de un determinado texto, sobre un plano analítico-discursivo, desarrolla otra sintético figurativa, que también constituye, en sí y por sí un mensaje. Para analizar tal fin, los operadores gráficos ponen en acción determinadas estrategias creativas que trasforman en alguna medida los signos que constituyen la escritura usada, exaltan sus aspectos estéticos, multiplican sus elementos ornamentales y decorativos, transforman su conjunto en un escrito perfectamente sígnico. A este proceso de elaboración y transformación es inherente un impulso propiamente artístico, que transforma la escritura en obra creativa, en “invención”, además de un obvio instrumento de comunicación.
Por otra parte, cada vez que una persona capaz de escribir, en suma, decide crear un producto escrito destinado a ser expuesto públicamente o, en todo caso, dotado de un cierto grado de esmero y de solemnidad, de una precisa voluntad de exhibición, es evidente que expresa un mensaje preciso justamente en el aspecto exterior que da a su producto, y que por tanto, con relación a su cultura, a su educación gráfica y al ambiente al que se dirige, ese producto asume un fuerte valor expresivo, de expresión estético-formal más que de simple comunicación; y esto también en los casos –y son la mayoría- en que no se puede reconocer en estos productos, a menudo personales, casuales y efímeros, un verdadero y propio valor de invención gráfica.

Existen, pues, en mucho de los productos gráficos que han sido creados en el pasado y que se crean hoy, estos dos aspectos de la “invención” y de la “expresión”. Examinado la historia de la escritura latina se puede afirmar que los aspectos más propiamente “inventivos” estuvieron presentes sobre todo en las épocas en que la escritura asumió un alto valor simbólico o en momentos de grandes cambios socioculturales, como en los siglos III-IV d.C. o en el siglo XV italiano; y, en cambio aquellos más propiamente “expresivos”, en las sociedades altamente alfabetizadas, en que la posibilidad de usar el instrumento de la escritura en todos sus aspectos estaba al alcance de un gran número de personas, incluso pertenecientes a las capas medio-bajas de la población: como en el mundo romano de los siglos XVI hasta hoy.
¿Pero cuál es la situación de la difusión y del uso de la escritura en el mundo de hoy?
Al respecto es preciso decir que, como otros tantos campos también en este mundo actual existe una aparentemente absurda contradicción: Nunca como hoy se ha empleado tanta escritura por parte de un tan alto número de personas y nunca como hoy ha habido tantos analfabetos. Las razones por las que se ha creado, en nuestra sociedad, dividida entre desarrollo y subdesarrollo, semejante situación son muchas y, desde luego, no pueden ser expuestas aquí. En un hecho que precisamente en el mundo actual, y en particular en el denominado avanzado desarrollado en el sentido capitalista, se ha ido creando contradictoriamente las condiciones por las que la escritura, ampliamente difundidas en el uso social y al mismo tiempo ampliamente empleada como símbolo figurativo, se presenta, como nunca hasta ahora, en el doble aspecto de continua invención de escritura y de continua expresión gráfica de masas.
Hoy las funciones y los campos de aplicación de la escritura son numerosos y más extensos que nunca con respecto al pasado, porque a los tradicionales se han añadido otros más recientes: todos están ligados a necesidades sociales más o menos extendidas, pero en cualquier caso siempre perfectamente identificables. Para permitir su realización se emplean técnicas de ejecución diversas, desde las de la escritura manual hasta las mecánicas de la dactilografía y de la tipografía, hasta la video escritura electrónica; tales técnicas son utilizadas, a veces, por las mismas personas que dominan más de una, y a veces siguen siendo privilegios exclusivos de determinadas categorías de especialistas.

Desde este punto de vista, el mundo contemporáneo constituye el período histórico en el cual está presente el mayor número de técnicas de escritura nunca empleadas por el ser humano. Lo que significa hoy la posibilidad de escribir, por variedad, simplicidad y mínimo valor de ejecución, está, al menos en teoría, realmente al alcance de todos.
Uno de los más antiguos y estables campos de aplicación y de uso de la escritura es el de la escuela, sobretodo de la elemental, donde, en los primeros peldaños de la enseñanza, se aprende concretamente a escribir manualmente. Se trata de un área de uso en la cual las prácticas de la escritura eran sometidas a fuertes disminuciones formales, al uso de modelos exclusivos e impuestos y a la prohibición de toda libertad de ejecución: y en la que hoy, al contrario, se van manifestando, aunque con dificultades, tendencias respetuosas con las capacidades expresivas de cada escribiente, al que se reconoce un valor autónomo. Otro campo de aplicación de la escritura, igualmente antiguo y aún más rígido, es el administrativo burocrático, cuya tarea esencial para el funcionamiento de la sociedad compleja a la que pertenecemos, es la de producir el registro y la documentación escrita de los diversos actos en los que se concretan las voluntades de gobierno de la política, la economía, la administración pública y las relaciones jurídicas entre particulares. Por su mínima naturaleza, este es un ámbito en el cual se emplean las técnicas de escritura más modernas y sofisticadas, en el que no hay espacio para instancias de innovación o de expresividad gráficas. Los modelos de escritura son repetidos con absoluta fijeza precisamente porque una de las garantías de la autenticidad de los actos públicos está en el respeto de las formalidades gráficas tradicionales, a las que los operadores deben atenerse estrictamente: obsérvese la articulada repetitividad del aspecto gráfico de los boletines oficiales que en las distintas naciones reproducen las leyes y los reglamentos gubernamentales o de las actas extendidas por los notarios.

Como en la sociedad del pasado también, en las contemporáneas el sector de reproducción de lo escrito que es considerado más noble es el de la composición de libros, es decir, de textos de naturaleza literaria, ensayística, científica o técnica producidas por técnicas mecánicas o electrónicas, en muchas copias idénticas y destinados a la lectura pública. En su mayor parte, los libros impresos, modelos del pasado, sin muchas innovaciones; el único elemento que presenta alguna novedad en la disposición de lo escrito y en el uso de los caracteres y las ilustraciones es a menudo la cubierta. Solamente algunos editores de vanguardia, que publican sobre todo textos de literatura, de ensayo o de arte, intentan renovar la apariencia gráfica de sus productos recurriendo a la obra de los diseñadores especializados y proponiendo para su producción una apariencia nueva y, si se puede decir así, “personalizada”, es decir, inmediatamente reconocible.
Pero el verdadero lugar de la innovación gráfica, aquel en la cual, hoy se crean los nuevos modelos de la escritura y del escribir, está constituido, sin ninguna duda, por los principales estudios publicitarios, que puedan ser considerados, si se permite la paradoja los verdaderos Scriptoria del mundo contemporáneo. La publicidad como se sabe, es una forma de arte y de comunicación muy compleja que une textos e imágenes en creaciones que pueden ser muy elementales en su mensaje o de extrema sofisticación estética.

Pero más allá del mundo de la publicidad hay otros dos ámbitos gráficos en los cuales se produce escritura con fines estéticos: la caligrafía y la escritura con fines estéticos: la caligrafía y la escritura artística; la primera antiquísima y tradicional, la segunda ligada a la experimentación estética de las vanguardias artísticas del siglo XX, y, sobre todo, del futurismo italiano y del ruso.
La caligrafía, es decir el escribir a mano con deliberadas precisas intenciones, es un arte que tiene muchos siglos y una alarga elaboración teórica y técnica a sus espaldas. Esta puede ser perezosamente repetitiva o, al contrario, vivazmente inventiva e innovadora.
Las responsabilidades estéticas de los calígrafos son grandes, en cuanto a los mejores de ellos, en el siglo XX, han sido verdaderos creadores de modelos gráficos, han modificado los caracteres de nuestros libros y de nuestros diarios y hoy crean nuevos tipos de caracteres para el video y la escritura.
En los más altos interpretes, la caligrafía es, sobre todo, “invención” con alto valor artístico.
Pero lo que más interesa subrayar es que, junto con la publicidad, la caligrafía constituye un conjunto de prácticas estéticas que pueden renovar continuamente nuestros modelos gráficos. Otro punto ideal de escritura como “invención”, aunque en parte distinto, está constituido por la experimentación de los artistas verbo-visuales, de los escritores que emplean libremente las formas gráficas como pura expresión estética, tanto si ellas mantienen un valor verbal como si lo ignoran; aunque su presencia en el panorama de la producción de escritura internacional es, por su propia elección, marginal y no determinante a los fines de la creación de nuevos modelos gráficos.

Hoy, uno de los lugares en que es más alta la calidad y la intensa presencia de la invención caligráfica, es Japón. En efecto, allí, por una tradición plurisecular y también por la naturaleza misma de la escritura, derivada de la China y rica en complejos caracteres, todo escrito presenta de por sí un aspecto estético inmediatamente perceptible. Además, la caligrafía es sentida y apreciada como un verdadero y propio valor sociocultural por toda la población, que está altamente alfabetizada y fuertemente culturizada. En el ambiente de la creación caligráfica pura, los maestros japoneses unen el máximo de creatividad con el mínimo empleo de medios: un pincel, la tinta china negra y el blanco del folio; la disposición del escrito en el espacio de escritura es uno de los aspectos fundamentales del arte de escribir. Los estilos actuales en el uso son cinco: tres más formales y tradicionales y dos más modernos y libres; los resultados emotivamente más eficaces son obviamente los obtenidos con los estilos más dinámicos. En la actual sociedad japonesa la caligrafía está ampliamente presente en el uso privado, entretanto considerada síntoma de buena educación, en el mobiliario urbano, en el interior de edificios públicos y de viviendas. Ella es practicada activamente por millones de adultos y de jóvenes pertenecientes a distintas clases sociales y a diversas profesiones, y disfruta de gran prestigio.
Existen, además de aquellos provistos de evidentes finalidades estéticas, usos de la escritura de tipo privado y personal. Aún se escriben cartas, aunque en mucha menor medida que hace algunas décadas; aun se escriben diarios personales y apuntes: textos que, el registro escrito, cualquiera que sea la técnica empleada, representan la personalidad del escribiente ante los demás y que ayudan a entender la propia personalidad incluso en un dialogo consigo mismos.
Es obvio que en estos casos, la escritura sirve más para expresarse que para comunicarse; antes las cartas constituían el medio exclusivo de comunicación a distancia; hoy el teléfono les ha quitado todo real valor comunicativo en el plano privado, dejando intacto, en cambio su aspecto expresivo; ni que decir hoy de la Internet.
6. TEXTO

PRODUCCIÓN DE TEXTOS

a. Recursos técnicos para la producción
Producir textos es una especie de adecuación de lo hecho para darle a las cosas la forma de concepción inicial; pero es también una instancia de creación en donde las cosas se renuevan total o parcialmente. En la escritura la producción es todo esto. Las ideas son entes abstractos y dialécticos y cuando se piensan tiene la particularidad de constituirse como acciones dinámicas y multiformes que les permiten cambiar y adaptarse a una multiplicidad de formas lingüísticas en la expresión. La producción, pues, consiste en adecuar el texto escrito a la configuración inicial que tienen las ideas en el pensamiento ya que estas pueden tomar muchas formas al volcarlas en el escrito. Aquí se describen tres alternativas.

1. Alternancia en el desarrollo de las ideas o alternancia narrativa.
Mediante esta forma de organización discursiva se le ofrece al lector dos desarrollos conceptuales o narrativos simultáneos. Esta técnica consiste en darle curso a una idea o una historia hasta cierto punto en la cual se interrumpe para hacer lo mismo con la otra idea; luego se retoma la idea anterior y así sucesivamente se van ampliando todos los aspectos por considerar. Puede tener variantes como cuando se trabaja con tres o más ideas que luego se intercalan.

Esta técnica es muy usual en la narrativa moderna pero en el texto expositivo es más difícil su implementación ya que puede ocasionar dispersión conceptual. Es muy propicia para los textos argumentativos polémicos que requieren tanto de una argumentación propia como de la adversaria, que permita la comparación y el contraste de cada razonamiento. Así la confrontación de pros y contras en torno a un asunto pondera el valor real de cada uno de ellos y se constituye en una demostración de gran fuerza dialéctica. Existen, desde luego matices en cuanto al uso que de esta técnica hace cada escritor para lograr diversidad de efectos estéticos y estilísticos. Una muestra excepcional por sus logros estéticos se puede observar en el cuento de Juan Rulfo, el “hombre”, que hace parte de la colección “El llano en llamas”

2. El Intertexto en el discurso expositivo o narrativo
Con mucha frecuencia la escritura se ve evocada a digresiones discursivas para ampliar un tema determinado, para explicitar una ejemplificación o simplemente para recrear el texto. En estos casos se incluyen otros hilos discursivos dentro del discurso central ya establecido, o sea, se introducen nuevos elementos conceptuales por medio de otra voz discursiva dentro del discurso original o se recrea una nueva historia dentro de la historia principal que se venían contando.

La escritura moderna es muy rica en el uso de este recurso discursivo. En el ensayo de los grandes pensadores contemporáneos es una constante y algunas veces, cuando es totalmente ajeno al discurso central, se introduce por medio de guiones o paréntesis como se puede apreciar en la escritura de Jorge Luis Borges, Umberto Eco o Italo Calvino. La nueva voz discursiva no puede extenderse demasiado y la mayoría de las veces la idea solo queda enunciada sin ningún tipo de desarrollo. En otras ocasiones los nuevos hechos van interrelacionándose paulatinamente con los desarrollos anteriores hasta que logran unirse en un solo torrente discursivo. En la narrativa es un recurso de composición muy antiguo como lo atestiguan obras como las mil y una noches.

3. El anuncio de eventos futuros por desarrollar o anticipación discursiva
Muy propio de los textos narrativos es aplicable a todo tipo de recurso. Es uno de los recursos más sugestivos para la escritura y consiste en ofrecer al lector anuncios sobre eventos futuros que tienen relación directa y explicativa con los hechos o argumentos que se están desarrollando. El uso adecuado de este recurso le proporciona al texto una contextura compleja que ya establece relaciones en diversos momentos y planos discursivos y, además el relato o la exposición se constituya en una verdadera provocación para el lector puesto que estimula sus expectativas en la medida en que los anuncios se convierten en mensajes velados.

Al hacer breves desarrollos discursivos anticipando eventos o relaciones conceptuales que posteriormente tendrán una cobertura plena, se logra una excelente contextura puesto que se posibilita mayor cohesión al interior del texto y alcanzan altos grados de expectativas narrativas o expositiva. Todos los buenos relatos y los buenos narradores hacen gala de este tipo de anuncios pues es algo necesario y fundamental para mantener el interés del lector.

En el caso de la narrativa, la mejor virtud que puede tener un escritor o escritora es saber contar una historia.

Esto puede parecer simple y demasiado evidente si se piensa que es el oficio del literato. Y, en efecto, ese es su oficio. Pero entre los oficiantes de la narración literaria hay variados matices que establecen diferencias significativas en la escritura de acuerdo con el énfasis que se dé, ya sea a la descripción, al análisis ensayístico, o a la misma narración. En el escrito se refleja la tendencia que predomina en la mentalidad creadora, sin menoscabo de la capacidad narradora que se posea ni de la habilidad creciente que se alcance en el ejercicio de escribir.

b. Técnicas para la construcción del escrito
1. Combinatoria de ideas diferentes.

Los mecanismos para enlazar y estructurar las ideas entre sí y conseguir efectos de significado pueden ser diversos. Uno de ellos –exigente, desde luego, por su complejidad evidente- consiste en incluir en un mismo párrafo dos o más ideas distintas con posibilidades de desarrollo igualmente distintas.
Ya se explicitaba cómo los procesos de demostración inductivos y deductivos tienen mucho que ver con la ubicación de las ideas y la combinatoria de estas en el texto, con lógicas de orden conceptual.
Así, por ejemplo, si al comienzo de un párrafo se ubica una idea como conclusión de una explicación anterior y el final de ese mismo período se utiliza para plantear otra idea que se pretende ampliar en los párrafos siguientes, se alcanzará de esta manera efectos estructurales y conceptuales muy específicos: el contraste que presentan las ideas, las múltiples relaciones que puedan sugerir una argumentación y demostración inversos son suficientes para poner de presente un trabajo intelectual de alta exigencia, además de consiente y logrado.
Las posibilidades de combinación son, pues, múltiples y el uso que de ellas se haga tendrá una incidencia directa en el escrito resultante. Sin embargo es necesario poner de presente que este tipo de combinaciones en ningún momento deben atentar contra la coherencia y la claridad conceptual del texto, por lo que en cada caso, hay dominar con cuidado sus implicaciones formales y conceptuales.

2. Retomar ideas para establecer nuevas relaciones conceptuales
El hecho de que una idea se haya trabajado en un sentido específico no quiere decir que quede agotada en todas sus significaciones. Ni más faltaba. Las nuevas de conceptualizaciones al interior del mismo texto pueden darse a partir de ideas tratadas, pero desde luego que el matiz conceptual debe ser lo suficientemente claro en sus diferenciaciones para evitar repeticiones innecesarias que den al traste con todo lo escrito. Por lo general, al retomar una idea, ésta pasa a cumplir un papel secundario o de ejemplificación con lo que los niveles de tratamiento conceptual varían de uno a otro caso.

Como los textos se organizan a través de bloques conceptuales en los cuales las ideas se van desmenuzando en forma paulatina, una variante capaz de originar otro tipo de organización consiste en darle independencia a una de esas relaciones y ya en un contexto diferente establecer con ella otro tipo de matiz de significado. Este es un recurso para tener muy en cuenta por la riqueza conceptual que genera.
Ahora, de esta variante técnica puede surgir otro recurso consiste en utilizar en la anunciación de ideas aparentemente dispersas, pero que pertenecen a una misma unidad temática. Cuando se trata de establecer niveles estructurales y jerarquías conceptuales entre las ideas o temas de un texto, no puede entenderse que éste deba quedar uniformado. En ningún momento el cuerpo de ideas tiene por qué aparecer como un molde invariable; eso, más bien, puede considerarse como una deficiencia. Ya hace un buen tiempo que el texto escrito refleja niveles estructurales provenientes de pintura y del cine como es el caso del “collage”, selección dispersa de imágenes o figuras; en este caso, de diversidad de unidades textuales que forman una unidad temática, pero sin nexo evidente a simple vista. Corresponde al lector establecer esos nexos o vínculos temáticos.

3. Una clave para el escritor-jugador: no decirlo todo
El escritor debe concebirse a sí mismo como una especie de buen jugador. Se decide que el buen jugador tiene siempre una carta en la manga, una carta sorpresa, una carta clave que le permitirá inclinar el juego a su favor en el momento oportuno. Esa carta en la manga debe entenderse en el buen sentido de la palabra como una jugada maestra y no como trampa en el juego. La inteligencia del jugador le permitirá determinar el momento oportuno y la jugada clave. Pues bien, quien escribe debe ser capaz de actuar como ese jugador e inclinar el juego a su favor cuando a si lo considere conveniente, primero porque es quien tiene las cartas en su mano y debe tener presente que, en su caso, el juego se pone a su favor cuando logra mantener al lector apresado en el texto y lo convence para que continúe con la lectura hasta el final.

Ahora, si se tienen cosas para contar y no se sabe como contarlas, es como si nada. O peor que nada, porque se está estropeando y desechando una buena idea. Las ideas hay que saberlas expresar y una de las claves consiste en no decirlo todo, pues hay que ir desglosando el pensamiento poco a poco, dándole su verdadera importancia. El arte narrativo consiste en gran parte en ese contar paulatino que proporciona posibilidades de recreación a la imaginación del lector; de esta manera se tiene capturada su atención y de paso siempre habrá cosas para contar
4. Variación en la construcción sintáctica y utilización de diversos tipos de discurso dentro de un mismo texto.
La práctica de la escritura propiamente dicha se presenta en la construcción sintáctica. En ella entran en juego muchos factores para enlazar las palabras y las ideas entre sí y los giros sintácticos indispensables para expresar las ideas, esto es lo que constituye propiamente a la acción de redactar.
Si bien las diversas lenguas tienen un ordenamiento sintáctico que corresponde a las reglas lógicas del lenguaje y de esa lengua en particular, no siempre la estructura sintáctica responde a ese ordenamiento lógico. Entran también en juego las funciones del lenguaje y cual de ellas predominan en la intención del usuario. De todas maneras la escritura tiene muchas más posibilidades de reordenamiento sintáctico en tanto es susceptible de corrección ilimitada en su construcción.
Otro aspecto fundamental es el relativo a los variados tipos de discursos que pueden interactuar con mayor propiedad en el texto escrito. En principio correspondió al texto literario la simultaneidad de narradores y de discursos, pero ya es usual en la escritura de los grandes pensadores el uso de distintas voces discursivas en un mismo texto. Desde luego que estos textos se revisten de una significación estética muy especial.

5. El caso de las definiciones como recurso de construcción.
La fijación existe en torno a la definición como punto de partida y de apoyo para cualquier desarrollo conceptual proviene de la inculcación que efectúa en el individuo el proceso educativo. Apenas el hombre se enfrenta a una realidad nueva o novedosa exige la definición para acceder más fácilmente a su comprensión ya que la apatía e inconsistencia intelectual le impiden un proceso de conceptualización propio. Por tanto, la escritura tiende a regirse por estos patrones culturales de profundas limitaciones y eso hace que, por lo general, el texto se empobrezca con el uso de definiciones, antes que cualificarse. Además las definiciones que se apoyan en las características de la realidad que definen son, por esencia, incontrovertibles y de fácil comprensión precisamente porque tratan de compendiar los componentes de esa realidad y eso mismo las remite a campos de conocimientos muy precisos.

6. La anécdota como recurso de recreación textual.
Uno de los elementos más atractivos para cualquier lector es la anécdota. Y lo es por razones suficientes: es el mejor ejemplo con el que se puede ilustrar una idea, varía el tono discursivo, constituye un descanso en el rigor del desarrollo conceptual y recrea el intelecto.
Todo texto reside en el refrescante aire que proporciona una anécdota. Sin embargo, el manejo de la anécdota debe ser mesurado y no convertirse en excusa de evasión conceptual o para darle un manejo desproporcionado que revierta indiferencias notorias para el texto.

7. Uso de citas para recrear las ideas.
Para la elaboración de un buen texto no es suficiente tampoco con tener ideas y plasmar su desarrollo por medio de ideas secundarias y anécdotas o ejemplos. Hay que valerse de otros recursos y uno de ello, tal vez el de mayor reconocimiento intelectual por sus implicaciones investigativas, es el uso de citas para recrear las ideas.
Toda buena escritura es necesariamente la resultante de un proceso previo de investigación. Y la investigación es lectura. Cuando la persona escribe, reelabora y recrea conceptos asimilados a través de su actividad lectora. Esa reelaboración implica confrontación conceptual y en la medida en que esta se realice le proporciona credibilidad y validez al cuerpo conceptual en cuestión. Esa es la importancia de las fuentes de consulta. Pero esas fuentes hay que traerlas ante el lector y frente a él adelantar la confrontación. Pues bien, eso se hace por medio de las citas textuales y en ese proceso se abre una nueva dimensión que se constituye en verdadera fuente de conocimiento.

8. La ambigüedad del lenguaje y la contradicción, como recursos conscientes del escritor.

El lenguaje es por ciencia ambiguo. Esa ambigüedad es lo que le proporciona gran parte de su riqueza semántica. Ahora, si bien el lenguaje referencial propio del texto científico tiende a la objetividad y precisión de los significados, por lo general quien escribe sugiere muchas más cosas de las que dice, aun cuando se aborden temas científicos. Ese uso consciente de la ambigüedad lingüística es un aspecto de gran interés por el cúmulo de posibilidades conceptuales y de nuevas relaciones que ello encarna.

Aquella pretensión de tratar de agotar los temas de una manera exhaustiva no pasa de ser solo eso. Lo más conveniente es ofrecer posibilidades al lector tanto en los temas tratados como en el uso sugerente en el corpus lingüístico seleccionado. De esta manera la participación del lector será mucho más nutritiva; así también el texto adquiere nuevas y permanentes significaciones, lo que le proporciona mayor vigencia.
De otra parte, la contradicción dentro del ensayo no es considerada como una deficiencia si se constituye en una búsqueda y en un logro. De hecho genera nuevos conocimientos o nuevas posibilidades conceptuales. Es muy exigente en cuanto requiere de un alto nivel de conocimiento y extrañas posiciones filosóficas muy sutiles y solvencia estilística. Pertenece este recurso a escritores avezados en temas específicos y su uso le proporciona al escrito condensación temática y complejidad conceptual.
Unas vitaminas didácticas…

MEDIOS ESCRITOS

Libros de textos y bibliografías

Tradicionalmente los medios escritos han sido la principal ayuda del docente. Para algunas materias se dispone de un texto de estudio, el cual es utilizado por el maestro como guía de clase, y pone a disposición de los estudiantes los principales conceptos y contenidos de la materia.

En las cátedras universitarias, dada su complejidad y la necesidad de su actualización no es tan frecuente el uno del texto único. Con el objeto de complementarlo los educadores acostumbran entregar una bibliografía de los documentos más importantes que deben ser consultados por los estudiantes. En muchos casos el maestro solo entrega dicha bibliografía, y señala dentro de ella los documentos que en su conjunto constituirán el o los “textos básicos” de enseñanza.

Módulos de autoaprendizaje

Actualmente se ha adoptado en las universidades el “uso de módulos” de autoaprendizaje que son una forma flexible del libro de texto, en los cuales además de los contenidos de cada materia, se incluye ejercicios y prácticas a ser realizadas por los estudiantes. Características de estos textos son:

• La división de los capítulos en forma de unidades de aprendizaje, que se supone son aquellos contenidos que deben ser aprendidos en forma integrada por los estudiantes, a cada uno de los cuales se les señala con claridad los objetivos que se pretenden con dicho estudio.

• La inclusión en cada unidad (o capítulo) de formas de auto evaluación que le permiten al estudiante verificar por su propia cuenta la adquisición de los conocimientos.

• La referencia en cada unidad a un grupo de lecturas que el estudiante debe consultar para ampliar, completar o redondear el tema que está estudiando.

• El señalamiento de los principales conceptos, en recuadros, o con el uso de otros artificios editoriales, que le permiten al estudiante volver sobre ellos con facilidad, cuantas veces necesite consultarlos.

• La prescripción de ejercicios o tareas de carácter prácticos para ser realizadas por los estudiantes con el objeto de afianzar sus conocimientos.

Una característica de los módulos de aprendizaje es que siempre se consideran en proceso. Su naturaleza no es definitiva, sino que siempre son susceptibles de correcciones y adiciones.

Guías didácticas
Cuando el educador no dispone de un libro de texto y aún no ha elaborado el módulo de aprendizaje, la guía de clase se constituye en un apoyo didáctico de enorme utilidad.

En la guía didáctica, además de los objetivos y metodologías propias de la materia, se puede establecer la parcelación de la misma y su intensidad horaria, se señalan los sistemas de evolución y se hace referencia a la bibliografía básica y complementaria.

La guía didáctica es la base para la elaboración de “módulos de autoaprendizaje” y de libros y textos.

Lecturas

Se ha vuelto de uso común el que para facilitar la búsqueda de las bibliografías, los docentes entreguen a los estudiantes “baterías” de fotocopias con las lecturas que deben realizar. Este tema pesa enormemente en los presupuestos académicos de las facultades.

Lo más importante para el docente que entrega fotocopias es que, además de los aspectos técnicos, tengan en cuenta el volumen de los documentos, la capacidad de lectura y asimilación de sus estudiantes y la disponibilidad de tiempo por parte de los mismos.
Es conveniente que las lecturas estén presididas por una guía de lectura que le señale a los estudiantes las razones que motivaron la selección de los textos, los induzca a captar los conceptos en ellas expresados, y les permita sintetizar y autoevaluar el aprendizaje derivado de las lecturas de cada uno de ellos. Esto requiere trabajo previo de orientación por parte de los docentes, quienes no siempre disponen del tiempo para la elaboración de dicha guías.

Para el educador que emplea tal sistema es un imperativo que establezca formas de comprobación que le permita “medir” la manera como los estudiantes han realizado y asimilado las lecturas. El método del seminario es una forma muy apropiada de hacerlo.

Fundamental citar las fuentes bibliográficas

Otros impresos complementarios

Además de los arriba mencionados, el maestro puede entregar a sus estudiantes diferentes materiales impresos que le ayuden para una mejor comprensión de su materia y para el cumplimiento de los objetivos previstos. La única regla general que es preciso tener en cuenta es que dichos impresos sean realmente una ayuda o apoyo didáctico, y que el estudiante que los reciba se vea motivado a utilizarlos. Fundamental utilizar textos complementarios: poemas, caricaturas, acertijos, cuentos: ayudan bastante y sensibilizan a sus estudiantes
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Texto agregado el 01-04-2008, y leído por 743 visitantes. (0 votos)


Lectores Opinan
01-04-2008 Por eso odie a mi maestro de la facultad... y a ti también. DR_House
 
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