Un nuevo amor
Mariposas en el estomago, auguran un nuevo amor.
Se miran a los ojos y se presentan, el solo hecho de tocarse la piel los estremece. Los dos se dan cuenta la sensación que produjeron en el otro.
El mira su pasado amoroso y se niega a sentir de buena manera lo que le sucedió, se hace el loco, ella por otro lado, con su corta edad ha conocido bastante y ya no quiere aventuras de una noche.
El mar y la luna quiso juntarlos, el entorno, las personas, el olor y sus auras no quisieron marcharse sin conocerse sin tocarse, esa noche la conversación fue hasta la salida del sol, ella se sentía muy bien, pero esa noche no quiso sentirse mejor, el contemplaba su hermosa cara, una mezcla de raza pura chilena. Exhaustos se fueron a acostar cada uno en sus dormitorios, tranquilos, les quedaba una semana de estadía en aquel pueblo.
Al siguiente día, no se separaron trataban de disimular el gusto que sentían el uno por el otro pero fue inútil, hasta el más inocente de los niños que brincaba por ahí se daba cuenta, pasaron mil copas, mil cigarros y mil patas de brisca, llegó la noche y a dormir.
Me quedan 5 días (pensaron).
Amaneció y la necesidad de verse es más fuerte, ya quieren tocarse. Ese día fue el más completo, hubo viaje, nuevos paisajes, comida, bebesteres, risas, conversación, juegos, miradas etc. La noche los dejo solos, en ese pueblo sin luz artificial, solo natural y la fogata, a pasos del mar se besaron como nunca habían besado a nadie, esa noche fue de los dos, horas y horas bajo la luz de la luna disfrutando del olor de sus cuerpos, respirando de su miradas, grabando en sus mentes el hermoso y jamás vivido momento, el amor paso y los envolvió, los lleno de placer y magia.
Al otro día solo risas… y día siguiente también fue el amor.
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