Cobarde: (Del fr. couard) adj. Pusilánime, sin valor ni espíritu. Ú.t.c.s. (Diccionario de la Lengua Española, R.A.E. XXI ed.)

Cobarde. Anuncias que quieres cambiar al mundo, y no te animas ni siquiera a cambiar el nudo de tu corbata.

Cobarde. Dices que quieres encontrar el amor de tu vida, y prefieres soñar con él en vez de abrir los ojos, estirar las manos y buscarlo en la diaria realidad.

Cobarde. Les gritas a quienes sabes no te responderán, y te callas ante quienes deberías gritar.

Cobarde: Enrostras a otros lo que no te animas a decirte a ti mismo ni siquiera en voz baja.

Cobarde. Te miras al espejo y te acicalas hasta sentir la señal apropiada de aprobación, mientras cierras las compuertas a las demandas interiores de sinceridad.

Cobarde. Las palabras amables no siempre son signo de debilidad. El silencio tampoco, salvo cuando es cómplice.

Cobarde. “Los cobardes mueren muchas veces antes de morir” (W. Shakespeare, Julio Cesar).

Cobarde. “Soldado que huye, sirve para otra guerra”, pretexto que se esgrime para intentar salvar una dignidad que ya no tiene salvación.

Cobarde: “El que se tiene por hombre/ dondequiera hace pata ancha”, (José Hernández, Martín Fierro).

Cobarde. Sólo en el inconsciente colectivo te atreves a ser valiente; sólo en el cuerpo multicuerpo de cobardes individuales.

Cobarde. Cuando decir no, es riesgoso, y cuando decir si, es compromiso, siempre confundes la respuesta adecuada.

Cobarde. Te vas cuando deberías quedarte, y te quedas cuando deberías salir.

Cobarde. Escribes en cien páginas lo que podrías escribir en una, o escribes en una lo que deberías escribir en cien.

Cobarde. Los seudónimos casi nunca son necesarios. Los anónimos, menos.

Cobarde. “...la coerción no puede ejercer dominio alguno sobre una libertad, pues lo propio de la realidad humana es ser sin excusa” (J.P. Sartre, El ser y la nada).