Solo… llorando por ti; no en realidad no puedo hacer eso, lo único que puedo hacer es llorar por mí mismo. Llorar por la soledad y por la angustia. Llorando porque no puedo salir de esto, pero es lo único que necesito: salir, escapar de una vez por todas de esta vida que me atrapa, que no me permite hacer lo que quiero, o lo que debería, que no me permite demostrar lo que siento, lo que necesito, que no me permite pedir ayuda.
Porque es verdad, aunque no quiera admitirlo, aunque quiera parecer fuerte, aunque no quiera mostrar mis debilidades, lo único que quiero decir a veces es “ayúdame”. “Ayúdame, por favor ayúdame. Por favor no me permitas seguir así, no me permitas seguir llorando en silencio día a día, no me permitas continuar dañando a quienes quiero, no me permitas continuar con esta culpa que cargo sobre mi espalda. Ayúdame a cambiar, ayúdame a entender la humillación que necesito y los sacrificios que debería hacer, no por mí, si no por el resto, por las personas que quiero, que sólo logro hacer llorar cuando les hablo, que sólo hiero con cada palabra, con cada mirada cargada de odio, ayúdame a decir “perdón”.
Ayúdame a perdonar, a olvidar las antiguas heridas que me han causado, que nunca quisieron fueran para mí.”
En realidad me gustaría decirte eso.
Pero no puedo hacerlo.
No puedo hacerlo porque soy un cobarde, un maldito cobarde que prefiere llorar día a día, a tener que humillarse frente a alguien.
Porque decir “ayúdame” es muy difícil. Muy difícil para mí.
¿Por qué? Me gustaría saberlo.
Aún con todo, no me cuesta tanto decirte: te quiero.
For you, M. F.
an impotent unknown
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