A aquéllos quienes sean
que nos han declarado la guerra
les contestaremos con paz.
Ojalá esas miradas medio adormiladas
de vuestras victimas
que os habéis cruzado en los trenes
no se os olviden nunca
que hasta el fin de vuestros días
os martilleen la cabeza vacía que poseeis.
Aprended del madrileño de a pie
que se ha tirado a la calle
a ayudar en lo que ha podido
sin pensar que él mismo
podía saltar por los aires
en cualquier momento
por culpa de vuestra sed de sangre.
Si grande es la pena que sentimos
más grande es la impotencia
pero la respuesta será demoledora
con las mayores manifestaciones
jamás vistas en la historia de la humanidad
y con la menor abstención
en unos comicios democráticos
que ha habido y habrá jamás.
Pd: Escrito la noche del 11-M
Texto agregado el 14-04-2004, y leído por 248
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