Durante horas se mantuvo de pie a la espera que el océano le devolviera sus pertenencias. Desesperado intentó correr hacia las profundidades de esas aguas para rescatar sus cosas. Hasta que una ola de algas y espumas le devolvió lo que buscaba... Ahora sus soldaditos descansan en un baldecito blanco que otro niño intruso había arrojado imprevistamente al mar...
(Me sucedió en Mar del Plata cuando tenía 3 años, si no fuera por los brazos de mi madre, me hubiera internado al mar a buscar lo que era mío. Demás está decir mis insultos a ese “nene monstruo” que ni siquiera conocía y que me había robado lo que más quería, mi talquera blanca con mis muñequitos...)
Texto agregado el 14-04-2004, y leído por 296
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Lectores Opinan
15-04-2004
Un bello reflejo, dos angeles jugando a la vida Besoss. gatelgto
15-04-2004
Imagenes que se atesoran en un rinconcito del corazón, son una ternura anemona
14-04-2004
Yo no recuerdo que me hayan tirados mus muñecos al mar, pero si recuerdo que me intoxiqué por con una patata que encontré tirada en un jardín a los 3 años :S JA! pupppet
14-04-2004
Menos mal que el mar te devolvió tus juguetes. A menudo, nosotros somos juguetes del mar... gui
14-04-2004
¡Qué tierno!
Me encantó la expresión "Una ola de algas y espuma".
Besos y estrellas. marimar