Si acaso vos me amaras como hube amado yo,
entenderías mejor del porqué no podés amarme
ni leerme, ni llamarme, ni pensar en nosotros
por ahora.
Me leerías entendiendo a cada letra, cada respiro,
cada paso dado bajo la misma luna, a este loco corazón,
vacío de andar de solitario, ausente de las obras que no escribió.
Si vos, me amaras más que a vos, supongo entenderías
que no puedo amaros como te mereces sabemos los dos,
porque para amar tanto, debe uno morir un poco
y yo he muerto ya demasiado.
No habría llanto ni congoja, ni un adiós lastimoso
que preludio del final nos cobijara, triste de vernos partir
buscando en sitios equivocados encontrar lo que pudimos crear juntos.
Si vos me amaras, debiste haber muerto conmigo,
la noche en que desnudo, me lancé hacia la nada
y encontré que los brazos de nadie podían cobijarme,
pues había muerto demasiado pronto como para enterarme,
y que te enteraras vos.
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