La catedral blanca estrellada entre los sauces
no es la casa de los Dioses.
Como un dibujo despiadado
el pantano invade sus partes moribundas.
Tábanos y moscas, pasionarias.
El cielo se ha caído como un coágulo en el mar.
Hace mucho tiempo fue perdido el paraíso
se lastimaron las noches, cercenadas
las piedras negadas a llorar
son los ojos muertos de este mundo demasiado quieto.
20/03/08
Texto agregado el 25-03-2008, y leído por 118
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Lectores Opinan
19-04-2008
UFFFF, EXCELENTE PASION, LUDICAS FORMAS PARA ACARICIAR LA MIELINA QUE AUN VIVE EN MI CEREBRO.SALUDOS. MACRUZ
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