Inicio / Cuenteros Locales / Sofiama / INOCENCIA CONTRA LOS FILISTEOS
Recuerdo a dos muchachos de nuestro colegio quienes cursaban grados más avanzados que nosotros y tenían la terrible costumbre de pegarles a los más chicos; después corrían para que nadie los viera o para que los maestros no los descubrieran. Esos mozos parecían haberse adjudicado el derecho de castigar a los más débiles y semejaban remolinos calientes que todo el tiempo amenazaban con desbordarlo todo.
Un día, Inocencia vio cuando Pepe y Jorge agredieron físicamente a su hermana. Corrió tras ellos, pero no los pudo alcanzar. Cuando regresaba, se podía notar en su expresión que dentro de ella se desataba una tormenta. La ira se había convertido en el motor de sus movimientos; de su pequeño cuerpo parecían brotar ondas electromagnéticas. De pronto, miró a la distancia a la hermana menor de Jorge. Los ojos de Inocencia brotaban hilos de electricidad cual venas de luz ardiente; su mirada lanzaba destellos de luz como esos que preceden a las centellas. Trazó una trayectoria desde donde ella se encontraba hasta el sitio donde se desplazaba la niña. La pequeña mano de Inocencia se cerró y cuando la niña pasó frente a ella, su pequeño puño cayó sobre la humanidad de la chica y le dijo:
- Dile a tu hermano que esto va por lo de mi hermana.
Los amigos de Inocencia quedamos anonadados con su reacción. Ella nunca había usado la venganza ni la fuerza física para defenderse ni para defendernos, sino su verba que siempre fue certera y asertiva. Sin embargo, siempre supimos que su corazón se estremecía como un trueno, que en su mente se formaban tormentas de justicia letal ante el abuso de esos dos chicos, aunque como a todos, la impotencia invadía su ser, por no saber cómo detener lo que considerábamos un abuso de fuerza.
La niña que había sido golpeada gritaba como si la estuvieran matando. Pepe y Jorge al darse cuenta, regresaron para atacar a Inocencia. Los niños, por supuesto, eran más altos, mayores y más fuerte que ella, y nosotros tuvimos miedo de que entre los dos la lastimaran de gravedad. Intervenimos para defenderla, pero los dos muchachos reclamaban “justicia”:
- ¡Esto no se puede quedar así! ¡Qué va! ¡Mi hermana es menor que Inocencia! - Gritaba Jorge, desquiciado, como si él, alguna vez, hubiera respetado la justicia que en ese instante exigía.
- ¡Claro qué no! ¡Esto no se puede quedar así! – Repetía Pepe como si fuera el eco de Jorge.
Jorge alegaba enfurecido por el acto cruel de Inocencia, al haberse vengado en una niña menor que ella. Habló sobre los derechos humanos, sin ese léxico porque en ese entonces, esas palabras no se usaban ni en los periódicos:
- Debemos evitar que estas cosas se repitan… - gritaba enardecido.
- No podemos permitir este tipo de acto…
- Es muy importante… detener estas cosas y a estas personas – exclamaba- haciendo un mohín con sus labios para señalar a Inocencia.
Pepe lo miraba y asentía a todo cuanto se disparaba de los labios de Jorge. Desde luego que a todos nos parecía fuera de lugar todo cuanto Jorge proclamaba, pero siendo menores que los dos atacantes consuetudinarios de la escuela, no supimos cómo defender, verbalmente a Inocencia, quedando ahogados en el mar de nuestra propia ingenuidad. En verdad, los discursos orales eran la especialidad de ella, pero esta vez, permaneció callada todo el tiempo.
Ante los alegatos de justicia que Pepe y Jorge exigían, y cansados de escuchar los reclamos repetitivos de los dos mozos, nos vimos obligados a aceptar su absurda exigencia: dos peleas, una para la mañana y la otra para la tarde ya que ellos argumentaron que el duelo debía ser doble por lo grave de la situación. Muy pronto, nos vimos dividimos en dos bandos: todas las niñas y casi la mitad de los varones formaban nuestro grupo, y el resto se quedó con los contrincantes de Inocencia. Quisimos convencer a Pepe y a Jorge para que la pelea fuera con dos mozos de nuestro grupo, pero Jorge dijo rotundamente que no:
-Inocencia es culpable y debe pagar – sentenció.
Nosotros gritábamos:
-Pero… eso no es justo, ustedes son varones…
Seguimos defendiendo lo injusto de que Inocencia tuviera que pelear con dos varones, pero ella saliendo del silencio que mantuvo hasta ese momento y con voz firme, dijo:
-Dejen las cosas así, yo me agarro con los dos.
Teníamos miedo, mucho miedo; Jorge y Pepe eran altos, fuertes y belicosos mientras que Inocencia era pequeña, delgadita y frágil como una palomita, y nunca había luchado físicamente contra nadie.
Se acordó que la primera pelea se llevaría a cabo de inmediato y la norma convenida era que nadie podía meterse a defender a ninguno de los contrincantes. La lucha comenzó y observábamos como Inocencia derramaba sobre Jorge toda la furia contenida en su corazón de niña; como si el tiempo que durara la pelea no fuera suficiente para cobrar todas las arremetidas que tuvieron que soportar los niños pequeños del colegio. La carita de Inocencia era una antorcha encendida y su cuerpo expresaba algo más que ira; sus puños eran como el verdugo salvaje de la justicia; mordía, aruñaba, pateaba y halaba el pelo a Jorge con fuerzas que no sabíamos de dónde sacaba. Se defendió como pudo. Sin embargo, la fortaleza física de Jorge y la destreza de éste para pelear eran superiores a las de Inocencia. En un abrir y cerrar de ojos, Jorge le asestó un puñetazo tan fuerte en la cara que su nariz sangró de inmediato. Las lágrimas de Inocencia se confundían con su sangre y vimos mermar su resistencia. Una lluvia de golpes caía sobre Inocencia, disminuyéndola cada vez más.
Nosotros ya no podíamos seguir aguantando aquella escena. Nuestros corazones galopaban con fuerza, la furia contenida rugiendo, nuestros puños se abrían y cerraban embravecidos, la sangre quemaba nuestras venas, nuestro aliento resoplando como el viento… Mirábamos a todos lados y no decidíamos si defenderla o no sin importar las reglas. Las lágrimas anegaban nuestras almas, y solamente el orgullo de no ser burlados por el bando opuesto, nos impedía derramarlas. La desazón se apoderaba de nuestro ser, nos parecía que todo estaba perdido. Frustración, impotencia, sentimiento de rebelión ante una situación injusta. De pronto, de nuestro grupo salió un grito ensordecedor como rayo emanando electricidad:
- ¡Aaaaa laaaaaaa caaaaaaarrrrrrgaaaaaaaa…!
No habíamos terminado de escuchar la orden cuando nos abalanzamos sobre Jorge. Como si un ramillete de nubes negras opacara nuestra razón, nos olvidamos de todo cuanto no fuera defender a Inocencia. Nuestros corazones, como tormenta iracunda, aceleraban sus latidos; nuestros puños, semejando rayos y truenos, se derraban sobre Jorge sin compasión mientras una fuerza universal, guiada por el Dios de los cielos que reclamaba justicia, se apoderaba de nosotros y nos convertía en Ulises castigando al enemigo. Le asestamos golpes a Jorge en su rostro como él lo hizo con Inocencia, le halamos el pelo, le rompimos la camisa y le aruñamos el pecho.
De repente, una lluvia de meteoritos bañó nuestros cuerpos: eran los golpes que los niños del otro bando nos propiciaban en defensa de Jorge. Las niñas éramos haladas por las trenzas que guindaban de nuestros cabezas. Nosotras, en nuestra desesperación, nos agarrábamos de las piernas del que teníamos al frente, fuera éste aliado o adversario. Mientras éramos arrastradas, arrastrábamos, a su vez, a alguien más. No supimos nunca cómo la pelea empezó a mermar, sólo escuchamos la voz de Inocencia quien temblando de ira gritaba a un Jorge amoratado, y a quien ahora también le sangraba la nariz:
-La próxima vez, la próxima vez…
No pudo terminar la frase porque habían llamado a la maestra. Ésta nos reprendió. Inocencia y Jorge fueron llevados a la enfermería del colegio. Nos ordenaron marcharnos a nuestros hogares, pero tanto el bando de Jorge como el nuestro esperamos a que ellos salieran.
Cuando Inocencia salió, su cuerpo mostraba todos los estragos causados por los puñetazos recibidos, sin embargo, su cara, arco iris de alegría, expresión pura de la divinidad, dejaba ver lo iluminado que estaba su corazón por una noble causa defendida.
En la tarde - cuando las clases terminaron – se efectuó la segunda pelea. Esta vez teníamos más miedo que en la mañana porque Pepe, no sólo era más alto que Inocencia, sino más alto y más fuerte que Jorge. Preparándonos para el combate y aterrados como estábamos, sentíamos que la sangre se nos iba a los pies; nuestros corazones bombeando a la velocidad de la luz; teníamos ganas de huir, pero sabíamos que Inocencia no lo permitiría y tampoco la íbamos a dejar sola. Ella, al igual que nosotros, lucía nerviosa. Sus ojos agrandados, sus pupilas dilatadas como para mejorar la visión y observar bien al enemigo, su frente arrugada. Mientras que nuestros cuerpos transpiraban, nuestras bocas se resecaban; sentíamos opresión en el pecho por la angustia reinante; las nauseas se adueñaban de nosotros porque el contrincante de Inocencia saltaba y saltaba como si estuviera en un ring de boxeo y porque temíamos que Pepe maltratara a Inocencia más de lo que ya estaba.
Pepe empezó la pelea dándole unos “golpecitos” a Inocencia. Ella se defendía con todas sus fuerzas. Apretando los puños le pegaba duro al mozo. Cada vez que lo golpeaba, cerraba los ojos, quizás como recurso para aminorar el miedo que nosotros sabíamos que ella tenía.
- ¡Inocencia, dale duro! ¡Dale duro! – Gritábamos.
Pepe seguía saltando, esquivando los puñetazos de Inocencia. Ante la conducta de Pepe, nuestro miedo y el de Inocencia amainaban. No sabíamos qué pasaba, pero si nos dábamos cuenta de que él no la castigaba. Eufóricos, seguíamos gritando:
- ¡Pégale duro, Inocencia! ¡Golpéalo! ¡Te tiene miedo!
Los niños del bando de Pepe miraban incrédulos el espectáculo. Ni ellos ni nosotros creímos que él le tenía miedo a Inocencia, sin embargo, seguíamos sin saber qué motivaba a Pepe a comportarse como lo hacía. Los amigos de Inocencia estábamos felices, delirantes, radiantes:
-¡Dale duro, Inocencia! ¡Dale duro que te tiene miedo! – Repetíamos una y otra vez.
Inocencia ya no cerraba los ojos como al principio; saltando como lo hacía Pepe, lo desafiaba con sus puñitos, pero el muchacho giraba en círculo sobre sus pies, como hacen los boxeadores, y seguía esquivando a Inocencia. En una de ésas, Inocencia brincó y se trepó a la espalda de Pepe, lo agarró por los cabellos, se los templaba. Luego, con una mano se sostenía de su cuello y con la otra le pegaba en un hombro y en el pecho. Pepe saltaba y saltaba como queriendo liberarse de ella, pero hasta eso, lo hacía con delicadeza. Los niños de nuestro bando y del Pepe y Jorge nos reíamos; no entendíamos qué pasaba, pero el panorama era hilarante. Inocencia seguía trepada a la espalada de Pepe. En eso, se escucho un grito:
- ¡Viene el papá de Inocencia! ¡Viene su papá!
Por supuesto, la pelea se acabo de súbito. Alguien le había avisado a su padre lo que pasaba.
Muchos años después, cuando estudiábamos en el liceo, nos hicimos amigos del segundo contrincante de Inocencia. Supimos, de sus propios labios, que él mismo le había avisado al papá de ella y le había pedido que, por favor, se apareciera por allá como si no supiera nada para que detuviera la pelea. Dijo que tuvo que aceptar la afrenta contra ella para proteger su honor delante de sus amigos. Nos confesó que él no quería pelear con Inocencia por varias razones: porque era una niña, porque era mayor que ella (¡supimos que era cuatro años mayor que Inocencia!) y porque él gustaba de ella. Así, entendimos lo de los “golpecitos”.
Cuando hablábamos con Pepe, evocamos nuestra pelea. Nuestras almas parecían contemplar hermosos recuerdos de una vida muy lejana y un mar de sentimientos, entremezclados cabrilleaba en la intimidad de nuestro ser, un gozo infinito se apoderó de nuestra esencia. El día de la pelea fue para nosotros como si encarnáramos la leyenda de los Chacs - los Dioses de la lluvia de la cultura maya – y ellos se hubieran reunido en su morada, al pie del universo, y nos hubieran autorizados remplazarlos; dándonos el poder de convertirnos en relámpagos, rayos, tempestades y tormentas originados por la fuerza de nuestro amor en defensa de los niños más pequeños del colegio.
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Texto agregado el 25-03-2008, y leído por 1767
visitantes. (79 votos)
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Lectores Opinan |
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26-01-2015 |
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Una narración donde se evidencia aquellos grandes momentos de la infancia. Estas vivencias, dignas de ser contadas, evocan una bella etapa. !Bien narrada! con gran imaginación y gran viso de justicia y amor. !Felicitaciones! por tu bella pluma. Abrazos del alma. NINI |
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04-01-2014 |
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Los niños no tienen filtro. De ahí que sus reacciones sean tan impulsivas como para lanzarse a un combate claramente injusto, en defensa de alguien o algo, movidos por pura rabia, o sentimientos más nobles que perdemos al crecer. Aunque, al crecer, como Pepe, podemos aprender a enarbolar otros tipos de nobleza, a pensar por nosotros mismos y no dejarnos arrastrar por otros a realizar acciones con las que no comulgamos... ikalinen |
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06-04-2013 |
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Es muy tierno. Mi hermana en el colegio era justiciera como Inocencia. eti |
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09-03-2013 |
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¡Que hermosos cuentos¡ Gracias por el banquete de letras. Tus personajes son deliciosos, y los mensajes inigualables. Un abrazote felipeargenti |
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11-02-2013 |
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me encantó el comportamiento de pepe
qué bien contado!!!!!!!!************ yosoyasi2 |
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18-11-2011 |
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Era el buling de antes. Ahora las cosas son terribles. Un cuento en el queuno tiene que leer y leer hasta terminar. Pareces decirnos que la unión hace la fuerza y que en la vida se tiene que enfrentar todo lo que de ella verga a perturbar. Excelente prosa .. un abrazo y un beso Rub sendero |
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20-07-2011 |
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Impactante relato. Y todavía lo que me ha aterrado más es la existencia de seres como Jorge, capaces de pegar así, tan continuadamente. Salvo que se sintiese extraordinariamente herido por el golpe a su hermana.
Como todos los relatos, sorprende lo bien escrito que está.
EVERO |
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20-06-2011 |
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Inocencia es la justiciera que todos queremos tener cerca no? supongo que se vienen las aventuras de Inocencia en medio de la perversa masa de la secundaria bellaboo |
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06-10-2010 |
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Uish como me hubiera cambiado la vida , conocer a inocencia hace algunos años. caliche |
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26-04-2010 |
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quién no ha tenido ese tipo de riñas en el colegio?! Tu lo has plasmado de una manera tal que pareció estar viviéndolo una vez más. Muy buen relato y BRAVO por Inocencia. ***** Catman |
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11-02-2010 |
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Aguerrida la Inocencia, aunque el puño en el rostro de esa chica inocente no estuvo bien. Pero sabemos que en la infancia las reglas son diversas.
Un relato veloz y enérgico, como los combates entre esos bandos, con niñas incluidas.
Noble el Pepe, sin duda; mérito de Inocencia que les mostró otro camino. Saludos! manndrugo |
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10-01-2010 |
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Qué bien nos llevas de la mano de la atención , para entregarnos esas lindas historias , que además encierran a la naturaleza humana brotando desde su raiz.
Un abrazo y gracias . negrate |
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26-12-2009 |
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Creo que Pepe se porto como un caballero ante la niña.
Un buen relato que bien merece mis estrellas*****
Un placer leerte amiga, Yosep
Yosep |
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10-12-2009 |
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fasinante, llenas la intriga que dejaste de la vida de inocencia luzdc |
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07-05-2009 |
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Es un bello relato, con las cualidades literarias que te distinguen. Apartándome un poco de la "violencia infantil", encuentro un mensaje de sincera solidaridad
entre la chiquillada, de un bando u otro cada cual defendiendo una causa con expontaneidad, sin detenerse a pensar si es justa o injusta, actitud que muchos conservamos hasta la edad adulta. Me gustó la forma en que presentas el despertar de la atracción por el sexo opuesto. Mucha ternura en esas caricias manifestadas en golpecitos. Pero me quedo en especial con la actitud del oponente de Inocencia. Dentro de sus arrebatos iba forjando una gran condición humana. Un placer leerte.*****Afectuosos saludos. sagitarion |
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23-03-2009 |
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Filistea?, creo que no, Inocencia es más bien princesa maya, de aquella ante quien todos queremos algún día arrodillar nuestra imaginación... margrave |
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30-10-2008 |
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ESTE DE INOCENCIA ,MOSTRANDOLA ,CON ESA IRA ME SORPRENDIO .
FUERTE Y CONMOVEDORA LA MEZCLA DE SENTIMIENTOS. shosha |
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23-05-2008 |
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Te lo dije en el ldv. Una genialidad y un bonito concepto de amor encubierto de fanfarronería. Adorable Inocencia.5* jardinerodelasnubes |
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21-05-2008 |
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"Pero el amor es mas fuerte".Tengo que seguir subiendo, me dijo un comentario que Inocencia continua. Está precioso, se me ocurrió autobiográfico, pero claro, tus cuentos hacen volar la imaginación. Un beso, Carlos. carlitoscap |
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19-05-2008 |
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El primer cuento que leí fue el primero, en el que presentas a Inocencia, que es un personaje magnifico -real o inventado-, que con su actitud clara y sencilla es capaz de impresionar al resto hasta imponer su visión del mundo sin el menor esfuerzo. En este episodio, es una verdadera heroína que suscita la admiración y enseguida la adhesión de sus compañeros de juegos. Un hermoso retrato de la época de la niñez, cuando cada acto era importante, y nos jugábamos por entero por lo que creíamos justo sin mayores elucubraciones. Ah, que recuerdos nos traes con este relato! neige |
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07-04-2008 |
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Como todo lo que has escrito de Inocencia este te quedó bellísimo.
Uno se retrotrae,ya que a veces se ha sentido en la niñéz esa impotencia ante la injusticia.
En muchas ocaciones esos niños mayores son crueles,y una pequeña frágil,puede sacar la fuerza de la ira por tanto maltrato.
Me he sentido participe en la pelea,y he sentido toda la angustia que creo hacía a inocencia ser fuerte.
Me ha emocionado la actitud de Pepe,todo un hombre a su corta edad.
Me doy cada vez más cuenta de lo maravlloso que relatas y escribes,y despues de dejar de vivir el episodio me recorre una grata sensación por saberte grande.
Te admiro*******
Besos Victoria
6236013 |
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06-04-2008 |
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¡¡¡Hermoso…!!! Precioso relato que se consume con avidez. /// Una trama excelentemente llevada en una historia maravillosa de valentía y justicia. logan5 |
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05-04-2008 |
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lo haces muy bien estas bellas historia hacen tomar sentido en la memoria del lector me gusto neison |
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03-04-2008 |
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muy bueno, excelente narración***** fahrenheit451 |
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02-04-2008 |
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el amor siempre es mas fuerte,Pepe no pude enfrentarse con lo que sentia.una historia propia de Inocencia a la que ya quiero .un beso enorme ALEXIS klein |
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02-04-2008 |
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Una contienda que se fragua entre el abuso, el atropello y la canallada, al fogón de la inocencia hecha furia en los puñitos de mantequilla de una niña envalentonada por su conciencia y su creencia en la justicia,,, Esos chispeantes momentos dan lugar a este acontecimiento literario donde la buena narración confabula con la poética en un ensamble de metáforas de carne y hueso, de sudor, angustia y narices rotas,,, Es un cuadro impresionista donde la violencia no deja de ser un evento infantil y el relato una oportunidad que aprovecha la autora para descargar su talento y electrizar a sus lectores. Mis felicitaciones por esta fina pieza de arte, que conquista el corazón y nos atrapa entre las sensaciones de estas letras vigorosas, amoratadas, satisfechas,,, Carlos. nauticus |
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01-04-2008 |
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Sobresalto ese "nosotros" que en el relato se muestra como el imparcial observador de los hechos, así como la esponja que toma nota y asume las consideraciones del mensaje: que la justicia resplandezca por encima de cualquier estrategia interesada. azulada |
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31-03-2008 |
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Que bueno que no dejas que el baúl siempre guarte cada vivencia añorada, es bueno dejarlas salir de vez en cuando, momentos valiosos con personas importantes, por ese corazón enorme....***** Y no me alcanzaran las estrellas amiga!! Buen trabajo !!ATTE. Miembro honorifico de la pandilla. Bendiciones. azumy |
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31-03-2008 |
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Qué grandes son las hazañas cuando somos pequeños… Muy buen texto, se lee con interés hasta el final. Felicidades y 5 estrellas. jau |
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29-03-2008 |
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!!!Que maravilloso¡¡¡¡ Esto es la esencia del recuerdo, esos queridos recuerdos de la infancia. No puedo darte estrellas por que no te haría justicia. Sírvale mis señora saber que me saco el sombrero ante su talento. Mil besos avefenixazul |
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29-03-2008 |
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Me trajiste recuerdos de infancia... naiviv |
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29-03-2008 |
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********Me encanta deleitarme con tus cuentos, y este me ha traido recuerdos propios de mi infancia. Las peleas, las pandillas, los novillos, que al pasar el tiempo vemos con otros ojos. Un abrazo, amiga y encantada de que me invites siempre a tus preciosas letras******** Selvatica |
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29-03-2008 |
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Muy buena narración Sofia, disfrute leyendola. Fue como una sabrosa de chocolate caliente. Para beber en un solo sorbo***** alejandrocasals |
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29-03-2008 |
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inocencia es ya un clásico en la página. Excelente relato que me ha gustado mucho. Se te nota el oficio. Saludos. Jazzista |
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28-03-2008 |
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siempre me da gusto poder disfrutar de la lectura,y que mejor que la que tu nos regalas con esas historias llenas de tanta fuerza.
muchas peleas se resuelven al cabo de muchos años,y muchas veces ni sabemos realmente como comenzaron.
un besito mi amiga.y gracias por regalarnos tus letras.
hadaa |
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28-03-2008 |
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Excelente narración, equiparable e idéntica al carácter de Inocencia, que es bien ya todo un clásico dentro de la página...Más que lo disfruté, devoré tu escrito. churruka |
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28-03-2008 |
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me gustaria que me dieras oportunidad de mandarle a mis amigos (que no tienen nada que ver con cuenteros tu texto) guero |
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28-03-2008 |
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Facinante, increible, derrochas talento. es dificil encontrar un cuento que te mantenga al 100% ensimismado FELICITACIONES ya mis compañeros te han dicho y reconocido este escrito no necesita estrellas ***** por cumplir pero merece estar incluido en alguna recopilacion de cuentos cortos me inclino ante tan magnifico escrito estoy todabia emocionado esperando la reaccion heroica de Inocencia escribes increible. un beso y un abrazo muy fuerte guero |
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27-03-2008 |
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Muy bueno tu cuento Sofiama, me trajo algunos recuerdos de mi infancia, especialmente cuando me bajé de mi bicicleta y junto con un chico apenas más grande que yo, rodamos por la calle de tierra del pueblo trenzados en lucha.
Atención señores... jajajaj tengan cuidado conmigo! jajaja
Besosssssssss
Virginia rosalena_56 |
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27-03-2008 |
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¡Caluga y Menta! ese era el grito dado por la turba incontenible. Y el que se sentía ofendido, escupiendose la palma de la mano, le daba un palmetazo al ofensor. Y ahí se armaba la trifulca. Veinte chicos dándose con todo, hasta que aparecía en Inspector, quien repartia coscorrones y tirones de orejas. Despues la voz cavernosa del Director de la escuela quien nos decia: ¡ LA PROXIMA VEZ SE IRAN TODOS PARA LA CASA Y VOLVERAN CON SUS APODERADOS!
Un silencio absoluto y nos ibamos limpiándonos, mocos y secándonos las heridas. ¿Edad? 8 años flacos y esmirriados. Que de recuerdos me has traido a la mente. Nomade |
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27-03-2008 |
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tienes talento para recrear situaciones tan reales como uno las cree a partir del recuerdo y la vivencia o partir de lo que uno se imagina por terceras voces...tras las peleas de los peques hay muchos factores que valen la pena analizar...tras tu estructura hay mucho talento que vale la pena degustar... luzyalegria |
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27-03-2008 |
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Malditos filisteos de modo que no fueron eliminados por completo, tendre que quejarme con el de arriba mira que es medio tonto y no entiende de ordenes, quitemos al moralista bien por la violencia, las cosasa en este mundo se arreglan a golpes o en mi caso a bastonazos, pero bueno eso perros moralistas que creen que las cosas no se deben de hacer por que ellos lo creen malo, no entienden que no todos somos iguales. DR_House |
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27-03-2008 |
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un texto no tiene k por k ser un ejmplo moral, es mas yo creo mas cuando se trata de niños es todo perdonable y recordado a lejos como una travesura, hay poemas k hablan de la muerto o yo mismo escribi sobre ello y nadie dijo violencia, sofi detonadora cuidate jaaja mjr10 |
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27-03-2008 |
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violencia ,ninas versus niños ...suena a estùpidez collectivesoul |
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27-03-2008 |
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Regresé a la relectura y encuentro que los comentarios se tornan hacia la violencia que contiene el texto, sobre todo durante la primera pelea de Inocencia. Encuentro que han dejado frases de indignación, y yo me pregunto ¿acaso no asistieron a la escuela? Porque en cualquier escuela del planeta ocurren a diraio tales enfrentamientos. En México es famosa la frase "nos vemos a la salida" y todos la usamos, los adultos en tono de broma recordando aquellos tiempos de escolares, pero los escolares, principalmente en el nivel primaria, la toman con mucha seriedad y cuando la pronuncian el honor está de por medio. No estoy por la violencia, de ninguna manera, pero estas peleas escolares forman parte del proceso de formación del carácter de las personas. Por lo regular no pasa de una nariz sangrante y unos ojos morados, y generalmente dejan un apredizaje muy importante, tanto para los contendientes como para los que miran y muchas veces alientan a los contrincantes. En la historia que narra este texto me parece la escena más importante, cuando alguien, incluso en desventaja, enseñó a los demás a enfrentar a quienes estaban haciendo de la violencia, siempre abusando de los más débiles, una forma de ser. La historia nos deja ver la psicología de cada personaje y todos muy reales. En resumen, no creo que haya que asustarse por narrar una pelea como la contenida en el texto.
borarje |
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27-03-2008 |
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Me impresionó mucho tu relato. El trabajo que realizaste es impecable. Estoy absolutamente en contra de toda violencia y ver involucrados a los niños de este modo en ella me produce una gran compasión. Mientras leía tu minuciosa descripción de las escenas no podía apartar mi mente de los mayores que desamparaban a esos menores arrastrados a conductas tan agresivas. Cuánta violencia debieron padecer y observar ellos en sus tiernas vidas para reaccionar de este modo, sin siquiera poder recurrir, como deberían tener derecho a hacerlo, a la protección de los adultos. Llegaron al extremo de sentir que ellos mismos eran responsables de administrar la justicia. Cuánto descuido de parte de la sociedad por sus derechos. 5* Susana compromiso |
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27-03-2008 |
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Tu narración perfecta como siempre, sabes narras tienes mucha facilidad para ello, y me animo a decirte que el personaje es de lo mejor, hay amor… felicitaciones y te llenaría de estrellas pero solo me dejan poner estas que valen por miles.*****
Besos
lagunita |
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27-03-2008 |
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Sofi: bien sabés que la saga de Inocencia me parece valiosa en todo sentido. Tiene hilación muy bien llevada por vos a través de los sucesivos relatos, está muy bien narrada, con buen léxico y conocimiento de la técnica literaria y, por sobre todo has logrado algo nada fácil: crear un personaje con el que muchos nos identificamos. Respecto de este cuento en particular, una cosa: la sóla imagen de un muchachón golpeando con su puño cerrado la cara de una niña me produce...no, mejor no digo qué me produce. Pero, podés tener por seguro que no me gusta. Salvo eso, el cuento me gusta. ***** Un beso. fabiangris |
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27-03-2008 |
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Este texto que presentas encierra grandes enseñanzas, en primer lugar, que por ningún motivo, bajo ninguna circunstancia, los golpes son la solución, sin embargo; entiendo por lo pequeño de los contrincantes ( la inexperiencia apareció). Otro fue la solidaridad de ambos bandos que se puso de manifiesto, no sólo en los golpes sino en la permanencia con sus amigos hasta salir de la enfermería de la escuela y por último el amor que es el que venció todo los obstáculos.
Me gustó mucho la historia, sobre todo el final. EL AMOR SIEMPRE TRIUNFA. uleiru |
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26-03-2008 |
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Linda historia, dulce. Bien llevada, bien narrada. Felicidades, mis cinco estrellas ***** Azel |
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26-03-2008 |
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¿Qué debo destacar primero? Lo bien estructurado del texto, la riqueza del léxico y lo bien empleado, la trama que termina con inesperado final o la ternura que encierra la historia, tal vez lo interesante que se ha puesto esta hermosa serie... Quizá el excelente reflejo de la psicología del persona, el subtexto. Hay tanto que destacar que mejor me concreto a decir: Gracias Sofía por este regalo literario tan exquisito que nos has dado. Cinco estrellas más para ti... o para Inocencia, personaje que se ha ganado el cariño de tus lectores. Un abrazo cargado de admiración.
borarje |
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26-03-2008 |
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Ay, me emocionó! Qué hermosa historia!! la_aguja |
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26-03-2008 |
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Hermoso relato; Bien escrito y que traslada al lector a un mundo de fuertes emociones, al mundo de su infancia. Y el final es inesperado, pero el mejor y no me estrañaria que Inocencia y Pepe se casaran. Mis 5* acuariana |
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26-03-2008 |
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son un placer los episodios de Inocencia, una narración agradable y entretenida k te hace participe de sus vivencias. me ha sorprendido el desenlace gustosamente. mis strys* brancaneves |
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26-03-2008 |
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Esta seguidilla de textos de Inocencia, son muy buenos, se disfrutan yh en cada uno se puede revivir parte de nuestras viejas vidas,de aquellos años pasados. Un gusto leerte. marfunebrero |
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26-03-2008 |
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Uy amiga, un monumento indescriptible de añoranzas colegiales, si supieras como era yo te mueres,jajajajajajajaj, lástima si que casi no recuerdo como tú los detalles, las peleas que tuve y con mujeres es peor no?, un beso y te digo, est´ña excelentemente bien escrito, que envidia sana,jejejejejej, felicidades...5 on-line |
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26-03-2008 |
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Yo me siento identificado como Pepe. A la mujer no se le agrede, se le acepta como es. Es un recuerdo bellísimo de esos tiempos de la niñez tan soñadora y tan hermosa. Sofia, te puedo decir que tu relato
me emocionó por todo lo que representa en el tiempo. Un abrazo para ti y para Inocencia todas mis estrellas nomade |
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26-03-2008 |
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Qué buen relato y cuántos recuerdos me vinieron de mi infancia.
Sigue, amiga, que ahí tienes un filón para escribir. margarita-zamudio |
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26-03-2008 |
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Hummm qe recuerdos de peleas lejanas ya casi en el olvido. yo fui un peleador nato jejejeje. Beuno es broma, no tan nato, sino más bien por obligación como la pobre Inocencia. UN relato hermoso y con un tierno final. UN saludo y***** josef |
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26-03-2008 |
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Sofi, quien no vivio unos enredos así en el colegio jajaja, muy bien contando, entretenido, te felicito por que me hiciste ver un mini films, Javier mjr10 |
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26-03-2008 |
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Gracias Sofiama por remontarnos a ese mundo descarnado de los niños, pero sin duda, mucho más sincero y menos cruel que el de los adultos. nanchogalarreta |
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26-03-2008 |
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muy bueno, me gusto, es una historia que homenajea la infancia, me llevo de la mano del principio al final, mis estrellas... nazareno |
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26-03-2008 |
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Mi gran amiga: es hermoso tu cuento por lo lleno de vivencias de tu niñez. Si pensamos un poco a todos nos pasó algo similar, lo que hace que nos resulte muy ameno y disfrutable. Mis 5* cerrense |
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25-03-2008 |
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Bello muy bello relato, me trae recuerdos de las peleas a la salida del colegio. La raya en el suelo y el que la pisaba armaba la revuelta y la pelea. Escribes muy bien ***** para ti Dromedario |
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25-03-2008 |
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ah!!, es apacible, a pesar de la belicosidad infantil, éste cuento, o éste mezclar recuerdo y fantasía,añoranza y realidad.Me ha gustado, Sofía, es tierno y deja la puerta abierta a un futuro distinto y mejor. naju |
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25-03-2008 |
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buenísimo relato, sofi, y el personaje inocencia es apasionante...cada vez más me gustan sus aventuras...gracias por invitarme y ya espero la continuación! todo un cielito ***** nocheluz |
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25-03-2008 |
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Que hermosa historia. Que habrá sido de Pepe e Inocencia??
Me recordaste mis peleas infantiles, siempre terminaba a las patadas con algún compañero y varias veces mi padre me tuvo que ir a buscar por lo peleadora que era.
******* luna-azul |
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25-03-2008 |
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Sofía, loa cuentos, las narraciones y todos los relatos en general llevan implícito un mensaje que en este caso está prefigurado en los sentimientos como el odio y coraje manifestado por los niños y que a través del relato se percibe que no es para siempre, que en ellos se encuentra la chispa del amor, de la ternura y de la solidaridad mezclados en cierta forma con los otros sentimientos, como lo describes al final de tu obra; sin embargo, la vida es una lucha constante que a la manera de Heráclito está llena de cambios y transformaciones y estos cambios son el producto de las diferencias y estas son obtenidas de la lucha y unidad de los contrarios, pues no habrá avance si no hay contrariedad, en la filosofía esto es completamente válido, sin embargo, nada justifica las guerras ni las muertes absurdas que destruyen a esta perecedera humanidad; solo el amor es el unificador, el que hace desaparecer el odio y la ira para convertirlos en sonrisas amables que en los niños es esperanza; a nosotros los adultos nos corresponde evitar que nuestras diferencias destructivas e irreconciliables sean espejo y réplica que desorienten a los niños del futuro. Así interpreto tu escrito que en cierta forma es revelador te agradezco mucho por invitarme a leer tu aportación a la literatura, te saluda tu amigo Servando. servusdei |
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25-03-2008 |
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Me ha encantado tu historia, me sumergí en las imágenes y los eventos. Me agradó la actitud del segundo contrincante, que se comportó como una persona cabal, ademas de caballero, no así el otro que demostró su naturaleza ruin, que de seguro ha de reflejar en la actualidad. Excelente narrativa. Te felicito.
5*
Yetsenia |
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25-03-2008 |
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Es un placer leerte, Sofi. Leí esta historia de un tirón y la degusté plenamente.
Me dieron ganas de haber estado allí para defender a Inocencia. Creo que eso nos sucede a todos ¿Nó?***** zumm |
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25-03-2008 |
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Qué buen rato pasé leyéndote, Sofiama, realmente ha sido un placer. Muy buen relato, cargado de escenas bien llevadas, que traen miles de recuerdos en torbelllino. Felicitaciones- tiresias |
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25-03-2008 |
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Buena historia que he disfrutado en primera persona Violencia aparte. Felicidades. Un saludo de SOL-O-LUNA |
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25-03-2008 |
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Inocencia recibe solamente golpes de la astuta taimada, y esa pécora no suele darlos directamente, siempre tiene sus esbirros. En la autenticidad está siempre el triunfo y la gloria, así es la voluntad de nuestro Padre que está en los Cielos: "que no se pierda ni uno de estos pequeñuelos". Hay que decir la verdad con suavidad ¿No es verdad? maravillas |
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25-03-2008 |
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Muy bueno realmente jaja trajo recuerdos a la mente, la narracion es muy tranquila lo que deja un buen sabor de boca la verdad es que este es si no el mejor uno de los mejores de inocencia me agrado el final o mejor dicho me encanto, no lo esperaba asi. Un beso y un abrazo amiga como siempre es un placer enorme pasear por tus letras. Icnocuicatl |
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25-03-2008 |
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Qué historia Sofi!!! El argumento es muy atrapante y la lectura se vuelve dinámica. Te atrapa la historia y uno no puede dejar de leer!!! Realmente me hiciste transitar por diferentes emociones a lo largo del cuento. Está tan perfectamente bien narrado, y tan bien descrito cada detalle, que nos permitiste observar las peleas desde adentro del cuento, como si fuésemos un personaje más que lo veía todo ante sus ojos. Por momentos me invadió la furia y la impotencia por la agresión de esos niños. Pero le diste un giro maravilloso a la historia, que nos dejó una hermosísima sensación sobre el final. Te felicito por ese talento enorme que tenés para transmitirle sensaciones al lector con tus textos. Excelente historia. Mis ***** dulceamiga |
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25-03-2008 |
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Estoy en contra de toda violencia, pero en este cuento se trata de una "inocente" y pueril pelea. Me ha gustado la manera en que la has narrado porque nos has puesto en escena, parecía como si vivéramos en primera persona los golpes. El recuerdo, ya de mayor, y el por qué el segundo niño no pegó a Inocencia es la guinda de un buen pastel. Te felicito, amiga. claraluz |
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25-03-2008 |
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Toda una odisea. Siempre hay gente valerosa que se lo juegan el todo por la defensa de los más desprotegidos. 5* _Rosi |
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25-03-2008 |
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Sofi querida amiga, nmo tengo palabras para expresar lo mucho que me gustan tus cuentos. Tus recuerdos se hacen carne en mí y disfruto y revivo esas anécdotas de la pandilla. Te quiero mil besos y ******Matilde mancuspia |
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25-03-2008 |
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Buenisimo! Hace que el lector no pueda abandonar el cuento hasta el final. Te felicito! lucgar1 |
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