Vivía en un mundo puntual, mi vida era incómoda,
multitudes de puntos estaban en mi camino.
Lo que más me molestaba eran sus conceptos puntuales,
su mentalidad de piedra,
su vida se resumía en un devorar, descansar y devorar,
¿de que nos alimentábamos? de puntos,
otros seres iguales a nosotros,
colocados en una ubicación aproximada,
apetetecibles, tan cercanos a nosotros.
Se hablaba en nuestro mundo puntual de filosofía,
los seres puntuales, pero sólo algunos de ellos,
que no estaban devorándose unos a otros, nos hablaban de los seres lineales,
¡qué extraño parecía entonces nuestro mundo puntual!.
Decían que el mundo donde habitábamos era una línea,
un extraño concepto que no podia entender sino como teoría hermética.
Sin embargo veo algunos fenómenos extraños en mi mundo,
sombras angustiantes, sonidos extraños,
me veo rodeado de extraños seres lineales,
como si alguno de ellos me mirara de reojo.
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