En los rincones del bosque ausente
desnudamos las hierbas crecientes de nuestros cuerpos cautivos.
Mil recorridos en el sendero lleno de avena y miel castiza,
mil señales en el arbusto creciente de una historia muerta y perdida.

El sol ha tocado nuestros cuerpos
y se ha llevado nuestras ropas al infierno.
He dejado de amar al silencio
porque no puede rozar mi piel con sus manos,
he dejado miles de refugios escondidos en las paredes oscuras de su alma
tal vez por la absurda razón
de volver al círculo budista de mi crecimiento inferior.

Quiero morir en ti diciendo tu nombre
mientras insultas a mi espíritu con tus creencias paganas.
Deseo hacer el amor en la lluvia serena
y recorrer esos truenos que el mar acompaña con sus olas.

Brindemos,
brindemos a tu salud y a la de esos esclavos olvidados,
bebamos mi sangre amarga
para limpiar de esa luz esta bella oscuridad.

Bailaremos este ritmo púrpura con nuestras túnicas corruptas
y flagelaremos nuestra piel con cada compás místico
mientras continuamos creyendo.

He visto la magia de tus ojos por las noches,
he observado como deseas llevarme a tu lado en sueños proféticos.
La realidad es misteriosa fuente de saber
mas no deseo saber,
sólo aceptar que elegiste un castillo lejano
y que seré una gitana culpable de vivir.

Tengo en mis dedos verdades ajenas
mientras la mía pende de un hilo gris.
Quise cambiar,
quise cambiar mil veces.
Quise ser oveja
y resulté ser estiércol.
Quise ser amada
y sólo logré ser enjuiciada.
Quise vivir en el silencio
y aún hablo como si fuera mi castigo hacerlo.

La luna hoy toca mis pies
llevándose la sensibilidad de mi piel,
cambiando mis tobillos como si fueran monedas.
Las estrellas cuentan todavía historias macabras a mi soledad y a tus hijos.
Pude estar sola nadando entre delfines,
pero preferí estar acompañada de tiburones suicidas.

Mis uñas crecen a mil por hora
como preparándose para la batalla,
mis ojos se cierran despidiéndose de tu amor lejano,
es tiempo de ser honestamente libres en el cielo de ausencias.

Es tiempo de despegar de esos sueños
y caminar al final,
sin voltear.

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