Me vino a la mente escribir en verso esta historia relatada en un libro de Formación cívica y ética que data de hace muchos años. espero sirva la reflexión.
Sujetado lo llevaban
Con grilletes en las manos,
Soldados lo escoltaban,
Parecían unos tiranos
Decían que hacía mal
A toda la sociedad,
Y que era un criminal,
Que debía de pagar.
Quise conocer la historia
De aquel joven infortunado,
Y la traigo en la memoria,
Y nunca la he contado.
Siendo pequeño robaba
Lápices en la escuela,
Y nadie le preguntaba,
Sobre la acción aquella.
Parecía un mueble más,
No llamaba la atención,
Sus padres nada más,
Miraban la televisión.
El niño siguió creciendo
Y sus robos continuaban,
Pero seguía obteniendo,
Cosas que le agradaban.
Al obtener buen dinero
Por los robos realizados,
Se convirtió en pandillero,
Y en joven mal portado.
El vicio lo aprisionó,
Cayó hasta el precipicio,
Y su moral decayó
Fue muy amigo del vino.
La cocaina llegó
A perturbar su cerebro,
A ella se le entregó
Y comenzó su infierno.
No había dinero suficiente
Para los malditos vicios,
se hizo un indigente
y se quedaba en los quicios.
Una noche de enero
Nunca la va a olvidar,
Asaltó a un pordiosero
Y lo tuvo que matar.
Una mísera moneda
Que le arrebató la vida
Al viejito que se hospeda
En la “Quinta Avenida
Le dieron diez puñaladas
Para quitarle el dinero,
Allá por la madrugada
Del frío mes de enero.
Agarraron al asesino
Que ni siquiera huyó,
Se sentó a tomar más vino
A un lado del que mató.
Ya lo llevan los soldados,
Es muy gris aquella tarde,
Atrás viene llorando,
Su infortunada madre.
El joven pide a los guardias
Que lo dejen un momento,
Ellos cruzan sus miradas
Y le dan un poco tiempo.
Se acerca a su progenitora
Y ella feliz lo deja,
De pronto la señora llora,
Le han arrancado la oreja.
Los guardias lo azotaron:
Porqué muerdes a tu madre,
Al joven le preguntaron,
Lo tildaron de cobarde.
Si me han pedido que hable,
La verdad diré yo,
Ella ha sido la culpable,
Pues nunca me reprendió
Si me hubiera conducido
O me hubiera dado amor,
No me llevaban cautivo,
y sería un buen señor.
Más ahora que voy preso
Y que me van a matar,
Quiero que sirva “ese beso”
Que a mamá le supe dar
No descuiden a sus hijos,
Vigilen siempre sus pasos,
No dejen que los “ amigos”
Les arrebaten de sus brazos.
Ya me voy para otro mundo,
Tal vez a descansar,
Ya me siento moribundo,
El fusil quiero escuchar.
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